El oficialismo quiere frenar el tratamiento y la aprobación del proyecto de Boleta Única de Papel pensado para mejorar y transparentar el actual sistema electoral de boletas partidarias, también conocidas como listas sábana.
El nuevo formato reúne en una misma boleta de papel los nombres y fotos de todos los candidatos para cada categoría, divididos en franjas o columnas para cada agrupación política que cuente con postulantes a ocupar los cargos electivos. El votante podrá marcar en la boleta a su candidato preferido o no elegir ninguno si prefiere votar en blanco.
Se trata de un trabajo conjunto auspiciado por la Fundación Red de Acción Política (RAP) en el que participaron dirigentes de casi todas las fuerzas para dotarlo del consenso necesario que necesita una iniciativa de estas características.
Su elaboración involucró a destacados constitucionalistas y expertos en temas de representación política haciendo un análisis minucioso de todos los proyectos legislativos presentados en la materia y recogiendo las experiencias ya puestas en práctica en provincias como Salta, Córdoba, Santa Fe, Río Negro y la Ciudad de Buenos Aires.
La fortaleza del proyecto radica en el consenso alcanzado en la diversidad de voces y colores políticos ya que firman y adhieren diputados del Radicalismo, Pro, Confianza Pública, Coalición Cívica, el Peronismo Cordobés y Santafecino e incluso una legisladora del Frente de Todos.
El sistema de Boleta Única le confiere mayor transparencia e igualdad al sistema electoral. Representa de manera más fidedigna la elección de los votantes al terminar con prácticas desleales como el denominado “voto cadena” y la adulteración, destrucción o robo de boletas.
Es importante destacar que, al centrar la responsabilidad de la impresión y distribución de las boletas en cabeza del Estado, se garantiza la presencia de la totalidad de la oferta electoral el día de los comicios en cada centro de votación, asegurando de este modo que ya no faltará ningún candidato o candidata al momento en que el elector deba decidir su voto ya que la boleta única los incluye a todos.
No puedo dejar de mencionar los beneficios en materia económica y medioambiental ya que el nuevo sistema propone terminar con la impresión injustificada de millones de boletas, que implican la tala de árboles, la utilización de tinta y otros elementos que castigan nuestro hábitat. Si en la última elección se hubiera implementado el sistema, el ahorro para las arcas públicas habría alcanzado los 3 mil millones de pesos.
Resulta contradictorio y difícil de entender por qué algunos legisladores que en sus provincias apoyaron la boleta única de papel y sus beneficios, ahora por un capricho de política partidaria se oponen a su tratamiento y aprobación en el Congreso nacional.
La mayoría de las democracias europeas utilizan algún sistema de boleta única y algo similar está ocurriendo en América Latina.
Esperamos que el próximo jueves se pueda debatir el proyecto en el recinto para mejorar el sistema electoral argentino, sin caer en temas ideológicos que ahoguen esta iniciativa en la grieta. En este punto no puede haber discusión: se trata de mejorar nuestra democracia para respetar nuestro derecho a elegir en beneficio de todos los ciudadanos y en perjuicio de los vivos de siempre que hacen negocios a costas de un sistema arcaico y primitivo reñido con la lealtad y la transparencia que debe tener el acto eleccionario. Tenemos frente a nosotros una oportunidad histórica que no podemos dejar pasar.
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