Las trapacerías del Tío Alperovich

Todo pasa, cómo negarlo, pero hay que ver de qué manera gira la ruleta mientras tanto

Las trapacerías del Tío Alperovich (Nicolás Stulberg)

¿Puedo decirte tío? Bien sé del paso inolvidable por las gobernaciones de Tucumán -que lo tomen cómo quieran, buenas, regulares, deficientes o pésimas: la gente se divierte hablando-. No sé, es que se ha difundido y es tan popular llamarte así, ¿no? Supongo que no ofende, tío José-es una manera de decir, entendés- y con estas cosas que suceden desde que su secretaria de campaña y sobrina segunda hizo una desgarradora denuncia sobre vos, José, las cosas se le complicaron una barbaridad.

La denuncia fue en forma de carta donde clama por el abuso y la violación de varios encuentros en Tucumán y en Buenos Aires. Con urgencia de quien hace lo que quiere, ¿por qué se meten con vos, tío José, como en estado de aprisionamiento de la voluntad y cosificación que hubiera transformado a una chica de entre 29 y 30 años en un objeto de servidumbre sexual? ¡Hasta te llamó monstruo, fíjate la palabra elegida!

Dicen los melindrosos de siempre que no figura su nombre ni su imagen en ningún lado por alguna forma de protección, aunque no es difícil revolver el caldero para captar su identidad. Vos, tío, lo tuiteaste desde Miami con tu proverbial valentía y sinceridad, ¿te acordás? Ligero para los mandados desde joven: propiedades, hacienda gorda -la ponzoña aseguran que una parte proviene del cuatrerismo: ¡no lo creo, prócer! Y las concesionarias de coches. ¿No son valores firmes en lugar de vagabundear? ¿Creen que con las empanaderas de Simoca se hace una provincia?

Fue entre el 2017 en entre 2019 cuando vino a explotar la olla. Ya habías pasado al Senado, donde nunca pareciste cómodo del todo, sin dejar de sostener con voz metálica - macho, ganador, padrillo- y por escrito un patrimonio de $2.154 millones con un aumento del 65 por ciento anual aún de licencia para preparar su defensa y donde nadie es pobre, ni modesto, ni austero. ¿Acaso no decidiste luchar por nuestra Patria?

¿Y?¿Qué pasa?¿No se puede tener unos bienes y algo guardado para las sequías en nuestro país? La envidia nunca descansa, ni siquiera en una Cámara donde los millonarios rigen la mayoría como manda la democracia.

Te felicito, tío José. Antiguo gobernador -mezclaron asuntos turbios como la desaparición y muerte de Paulina Lebbos, el viejo cuento de los hijos y encubridores del poder, como siempre-, tipos pesados del fútbol, calumnias acerca de que la provincia es de tal belleza que solo puede compararse con la indigencia, la subalimentación infantil hasta la extinción disfrazada de manera macabra y obscena, dicen los maledicentes. Qué se dejen de embromar, por favor tío José: ¡Ya haremos con suerte una de esos asados que proveen proteínas para dos años en un pequeño país africano, allí, en el Jardín de la República! ¿No ,tío José?

Fue entre el 2017 en entre 2019 cuando vino a explotar la olla (Nicolás Stulberg)

Genio y figura

Uno no puede dejar pasar la figura algo carente de ángulos, la sonrisa ladeada- a lo Clark Gable -, los ojillos que con rareza fijan al interlocutor. No hemos venido a mentir sino a defenderte, Tío José, genio y figura. Bien cortados los bigotes, hizo un programa de televisión en Tucumán, viralizado, donde una periodista lo entrevistaba mientras vos, Tío, le decías cosas en otra dirección como “esas son las que me gustan a mí, como vos, ¿ves? Lindas, jóvenes, simpáticas.” ¡Un destino desde el principio, Tío José: “Varón, dijo la partera, y tiró de no sé dónde” . No rima, pero confirma, semental.

A la defensa, y no son molinos como Quijote sino otras realidades, dejó su banca pero con sus fueritos de mi alma, lo esperaron y por fin no hubo tiento que no se cortara y ya está a la descubierta.

Vos, José, intentaste que la denuncia fuera en Tucumán. Dos veces en duda por los fiscales Mariel Labozzetta, con cargo a la protección y justicia contra toda mujer, junto al doctor Vismara consultaron al juez Appa si lo denunciado iba a ser allá, donde las cuestiones pudieran -cómo decirlo- ser más manejables. La Corte falló que en la Capital Federal, y a otra cosa.

Hablamos de las humillaciones, abusos. violencia, violación, sometimiento. Hay más o menos una semana para la resolución. Vos, Tío José-los recuerdo con gran simpatía y elegancia montados en un camello– ella adelante, la fonoaudióloga Rojkés que pudo ser presidente por ausencias y defecciones constitucionales y lugar estratégico bien situado , él de shorts plásticos, ella como pudo. Reían. Otros tiempos.

La indagatoria del juzgado fue por Zoom, de una hora, y no contestó preguntas.

¿No se puede tener unos bienes y algo guardado para las sequías en nuestro país?

Todo pasa, cómo negarlo, pero hay que ver de qué manera gira la ruleta mientras tanto, Tío José. Además -empezás a saberlo- a veces tenés todo el mando y algo te hace bajar de un culazo al suelo.

Cuando el escándalo que te atribuyen, Tío, feo, muy feo, resurja como un géiser estaremos tranqui para hacer una buena carne, propio o prestado por un tiempo, y salir con las velas desplegadas. Pero no puedo escabullirlo, no puedo decirte una cosa por otra: ya hay mucho en contra de los fementidos y chismosos que acechan.

Una gran cantidad esperan nubarrones, Tío. Dirán de todo, pero no se dispersará el olor y habrá que taparse la nariz. Un hombre pegado a la fetidez, Tío. Un broche también podría ser útil también.

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