Hace muchos años, trabajando en Rosario, se hablaba de la implosión de las villas periféricas hacia el centro, haciéndose cargo del poder político; hoy lo vemos con una delincuencia imparable y en que no se encuentra forma de soportar la embestida del narcotráfico y del delito que ensucia y pone en jaque al gobierno y a la democracia.
Creer que los piqueteros, y los líderes piqueteros, son un problema o resultado de la pobreza y de la falta de criterio político para manejarla, a mi entender es una nimiedad. Es más, creo que el árbol no nos deja ver el bosque y, con la licencia que me da la libertad de pensamiento y el seguimiento histórico de los acontecimientos, creo que va mucho más allá, que no es casual el traslado de las villas circundando la Capital Federal, tomando campos en la provincia de Buenos Aires, al igual que los seudo Mapuches en el sur y en otra cantidad de puntos; que, si usted se dedica a investigar, encontrará en todos estos hechos una coherencia de conducta que nos puede hacer pensar en un ejercicio de implosión revolucionaria imparable.
Le explico, pero piense que es sólo una idea de un trasnochado observador de Latinoamérica, porque no pensar que un sector de la política, que ya nos preanunció que iba a ir por todo, tiene como plan a largo plazo la utilización de un ejército de necesitados, a los que ellos mismos llevaron a ese estado para, en un momento determinado, y cuando las papas quemen, hacerlos implosionar apoderándose absolutamente de todo lo que a usted le pertenece. Recuerde que Carlos Marx promulgaba que “la propiedad no existe "
Y siento que los actos políticos de algún sector son manejados más por grupos de tareas, como los colectivos de Maduro, que por la voluntad de la gente de pelear por su pobreza y dignificarse.
Creo también que pensar que los grupos piqueteros y sus líderes con movimientos estratégicos finamente calculados, cronometrados y controlados son una queja al gobierno es infantil.
Creo que dedicarnos a discusiones bizantinas nos lleva a una pérdida de tiempo por lo cual que en pocos meses será tardísimo para salvar lo que queda de la República.
Démonos cuenta de que acá no se discute el hambre, se discute el “VAMOS POR TODO "
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