El 10 de abril se celebró el Día del Investigador Científico, en honor a una de las figuras más relevantes de la historia de nuestra ciencia: el Dr. Bernardo Houssay, ganador del premio Nobel de Medicina y Fisiología y referente mundial en el área. Nuestro país fue y sigue siendo la cuna de cientos de investigadores que, con gran dedicación, hacen de la actividad científica su elección de carrera.
En el ámbito de la industria farmacéutica, el rol de los científicos está directamente relacionado con la Investigación Clínica, un área destinada a descubrir nuevas opciones terapéuticas para cubrir necesidades médicas insatisfechas. En las últimas décadas, las innovaciones desarrolladas a partir de la labor científica permitieron erradicar la viruela y la polio, curar patologías como la hepatitis C o desarrollar tratamientos para ciertas enfermedades, como determinados tipos cáncer o el VIH. Recientemente, nos permitió desarrollar vacunas y tratamientos que nos dieron la oportunidad de volver a encontrarnos con nuestros seres queridos y abrir las puertas de las escuelas, universidades, hogares y espacios de trabajo.
Argentina hoy tiene un potencial enorme, con la capacidad para convertirse en un importante referente a nivel internacional
Asimismo, la experiencia de la pandemia permitió que la comunidad en general tomara más conocimiento sobre este tipo de estudios clínicos, y hoy es más consciente de lo crucial que es la investigación y el desarrollo en el ámbito de la salud y como herramienta para que podamos llevar una vida plena. De acuerdo con un estudio reciente desarrollado por la Cámara Argentina de Especialidades Medicinales (Caeme), 7 de cada 10 personas participarían en investigaciones de este tipo.
En este sector, Argentina hoy tiene un potencial enorme, con la capacidad para convertirse en un importante referente a nivel internacional: a través de la mejora de procesos y la implementación de tiempos más competitivos, hemos logrado convertirnos en el país con la tasa de estudios más alta por millón de habitantes de la región, con un importante posicionamiento, a la vez de la excelente calidad de médicos investigadores. Si continuamos por esta línea, podemos seguir potenciándonos para atraer más investigación, continuar formando a nuestros profesionales, generar empleo de calidad, promover el ingreso de divisas y brindar servicios al exterior.
La experiencia de los últimos dos años nos ha permitido incorporar a las nuevas tecnologías de forma más estratégica, mejorar procesos y lograr que las soluciones terapéuticas lleguen a las personas a una velocidad incomparable
Con esta perspectiva es que invertimos año a año en proyectos de Investigación y Desarrollo en distintas áreas terapéuticas: a nivel global contamos con 89 moléculas en diferentes fases de investigación y en Argentina tenemos 38 proyectos que incluyen a las áreas de Vacunas e Infectología, Oncología, Enfermedades Raras, Enfermedades Inflamatorias (Reumatología) y Cardiología. Esta labor científica, que desarrollamos con nuestros equipos de investigación y con diferentes socios alrededor del mundo, nos plantea nuevos horizontes para tratar y curar enfermedades que, en muchos casos, solo cuentan con tratamientos orientados a paliar sus síntomas.
Estamos en un momento único para desarrollar la labor científica: la experiencia de los últimos dos años nos ha permitido incorporar a las nuevas tecnologías de forma más estratégica, mejorar procesos y lograr que las soluciones terapéuticas lleguen a las personas a una velocidad incomparable. Hoy, más que nunca, está claro que la ciencia es fundamental para el progreso de la salud mundial y, en consecuencia, para que las economías del mundo puedan seguir progresando. Tenemos los talentos y las herramientas, sólo resta articular para que logren encontrarse y potenciarse.
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