El comercio mundial agropecuario: altos precios con nuevos riesgos y oportunidades

El origen de la suba de las cotizaciones internacionales de las materias primas y expectativas del mercado

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En un mundo convulsionado, aun
En un mundo convulsionado, aun en su condición superavitaria de alimentos, el país puede verse sometido a riesgos en los mercados internacionales agropecuarios (Reuters)

Los altos precios de los alimentos en el mundo son anteriores a la invasión rusa a Ucrania, pero el conflicto ha consolidado ese crecimiento comprometiendo la seguridad alimentaria de los países más pobres y complicando el funcionamiento de los mercados asociados (transporte, fertilizantes, biocombustibles). La Argentina y Brasil tienen una oportunidad para coordinar esfuerzos y consolidar su rol de abastecedores internacionales confiables y comprometidos con la seguridad alimentaria.

La Argentina ha sido y continúa siendo uno de los mayores productores netos de alimentos para el mundo. Pero en un mundo convulsionado, aun en su condición superavitaria de alimentos, el país puede verse sometido a riesgos en los mercados internacionales agropecuarios. Esos riesgos son consecuencias de las características del comercio de las materias primas, sus principales exportaciones.

Las commodities son productos homogéneos que presentan frecuentes fluctuaciones en precio y cantidad. Esos riesgos se dan tanto en el plano internacional como en el regional y, en nuestro caso, también en el plano nacional.

A nivel mundial, la Pandemia y las consecuencias de una campaña agrícola mundial en 2021 con importantes problemas climáticos, llevaron a un aumento de precios que precedió a la invasión de Rusia a Ucrania (gráfico). En efecto, ya en el último año los principales productos agrícolas experimentaron aumentos de entre el 20% y 30% en granos y de entre 60% y 90% en aceites vegetales. Los problemas internacionales en los fletes marítimos sumaron costos que también ayudan a explicar esos incrementos.

La Pandemia y las consecuencias de una campaña agrícola mundial en 2021 con importantes problemas climáticos, llevaron a un aumento de precios que precedió a la invasión de Rusia a Ucrania

Sin haberse resuelto ese escenario, el estallido de la guerra entre dos países productores y exportadores de granos y aceites complicó aún más el panorama. Ucrania y Rusia proveen al mercado internacional de casi el 30% del trigo, el 27% de la cebada, el 60% del aceite de girasol y el 12% del maíz que se comercia anualmente. Sus principales mercados están en Asia, Norte de África y Europa. Por tratarse de participaciones importantes y de productos básicos, su reemplazo como oferentes es muy difícil o prácticamente imposible en el corto plazo.

Esta situación determinó el subsiguiente aumento de precios internacionales que fue del orden del 20%-30% (destaca el aumento de aceite de palma por incertidumbre sobre la oferta de Indonesia, principal exportador).

Fuente: FIEL en base a
Fuente: FIEL en base a CBOT y FMI

Por su parte, la Argentina junto con Brasil abastecen el 30% del maíz mundial y nuestro país, con sus propias exportaciones, abastece el 5% del trigo mundial, casi el 10% de la cebada y el 10% del aceite de girasol.

La importancia de Argentina y Brasil en el complejo exportador sojero (harina, aceite y biodiesel) operará en este mercado caracterizado por la escasez, aportando a las oportunidades de sustitución dentro de los granos forrajeros como el maíz, por lo que también se están registrando aumentos en esos precios internacionales.

A la vez, lo que ocurre con el precio del petróleo también afecta a los precios de los principales productos agrícolas por una doble vía: el crudo es un insumo de producción (transporte, fertilizantes) y los biocombustibles activan su elaboración cuando el precio del petróleo sube, restando oferta de granos para forraje y consumo humano.

Aunque a finales de marzo se observaba alguna tendencia a la baja en estos mercados, está claro que desandar estos aumentos llevará tiempo y dependerá de múltiples factores en juego (solución del conflicto, normalización de las cadenas de transporte, eventos climáticos, etc.).

Lo que ocurre con el precio del petróleo también afecta a los precios de los principales productos agrícolas

La suba excepcional de precios, al que se suman los de la energía (petróleo y gas), crearon alertas internacionales con respecto a su impacto en la pronosticada inflación mundial que ya se observaba como una secuela de la Pandemia a fines de 2021. La generalización y persistencia del aumento de los precios internacionales más allá de lo ya incurrido es motivo de discusión entre los analistas.

Pero es evidente el contraste entre una situación pre-Pandemia, en la que los principales Bancos Centrales buscaban estimular el incremento de precios en un mundo con tasas de interés muy bajas y deflación, y esta nueva realidad, luego de la Pandemia, en la que los analistas advierten sobre el exceso de oferta monetaria, el endeudamiento de los Estados y la necesidad de intervención coordinada por parte de los Bancos Centrales de los principales países para mantener la reactivación conteniendo nuevas presiones inflacionarias.

La situación de los más vulnerables

A la vez, los problemas en el abastecimiento y el encarecimiento de los alimentos generan escenarios de catástrofe para los países más pobres. Según la FAO, la pobreza extrema habría aumentado en 100 millones de personas (sobre todo en el Sur de Asia y África Sub-sahariana), perdiendo la ventaja transitada desde 2015. Esas personas podrían estar sujetas a episodios de hambrunas y a malnutrición en los próximos meses.

Según la FAO, la pobreza
Según la FAO, la pobreza extrema habría aumentado en 100 millones de personas (sobre todo en el Sur de Asia y África Sub-sahariana) (EFE)

En el caso de los fertilizantes, los de mayor uso mundial como la urea y el fosfato monoamónico, ya habían duplicado su precio en el segundo semestre de 2021 por limitaciones en la oferta y aumento de fletes internacionales. La normalización del mercado estaba en proceso cuando la Federación Rusa invadió Ucrania, lo que abrió nuevas dudas sobre su abastecimiento. Rusia y China se dividen el 30% de la oferta exportadora mundial y ambos países le venden al nuestro. La Argentina es productora de fertilizantes, pero su producción sólo abastece el 20% de la demanda local. Algo similar ocurre en Brasil.

Desde mediados de la primera década del Siglo XXI y la actualidad, el uso de fertilizantes casi se duplicó en la Argentina y se ha reconocido que un aumento de su aplicación es imprescindible con el doble objetivo de aumentar la productividad hasta niveles comparables con otros países principales productores y para intensificar la producción en áreas centrales, evitando extender la frontera productiva a zonas de fragilidad ambiental.

En el corto plazo, la Argentina corre el riesgo de que sus proveedores internacionales limiten su oferta y, además, que los precios de los fertilizantes se mantengan altos por algún tiempo. La liberación de impuestos sobre el sector para financiar mayores costos, dar prioridad a los insumos agropecuarios como éstos en la aplicación de las divisas bajo control del Banco Central y el análisis de las barreras que impiden la ampliación de la oferta local aparecen como los mejores cursos de acción frente a este riesgo ya presente en el mercado argentino.

En el corto plazo, la Argentina corre el riesgo de que sus proveedores internacionales de fertilizantes limiten su oferta y, además, que los precios de los fertilizantes se mantengan altos

En el corto plazo, ni Brasil ni la Argentina podrán compensar completamente la falta de oferta de Rusia y Ucrania. Sin embargo, la estrategia a seguir se presenta muy clara para ambos países. Ambos están ante una nueva oportunidad para invertir las ganancias de este momento excepcional de precios en una mejora de su productividad agropecuaria y en un avance de su crecimiento agroindustrial.

En el caso argentino, además, deberían despejarse las dudas sobre el transporte de granos exportados a través de la Hidrovía, dándole a esta infraestructura una administración eficaz y estable de largo plazo.

En el caso argentino, además,
En el caso argentino, además, deberían despejarse las dudas sobre el transporte de granos exportados a través de la Hidrovía, dándole a esta infraestructura una administración eficaz y estable de largo plazo (Fernando Calzada)

A la vez, ambos países deberían mostrar su capacidad como proveedores seguros y mantener su compromiso con la Seguridad Alimentaria nacional e internacional.

En el caso argentino, se hace urgente revisar la política local de precios y abastecimiento de alimentos, mudando su enfoque desde el intervencionismo y los controles por el lado de la oferta hacia un enfoque basado en la promoción del crecimiento y la diversificación de la canasta alimentaria, sin descuidar la evolución del poder de compra de los sectores más vulnerables, asistiéndolos por el lado de la demanda.

Esta nota es un anticipo de la publicación Indicadores de Coyuntura N° 640 de la Fundación FIEL

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