Aún con liquidación y precios récord, las cuentas externas generan alarma

De no acumular dólares en la temporada alta, las presiones sobre el mercado de cambios podrían ser más intensas a partir de agosto, cuando el ritmo de liquidación de exportaciones vuelve a descender

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Banco Central de Argentina en Buenos Aires
Banco Central de Argentina en Buenos Aires

A través de los guarismos que siguen llegando en esta primera parte del año, vemos que el EMAE estimó que la actividad económica, en enero, se desaceleró, en términos mensuales, casi 0,5% (en su medición desestacionalizada). Mientras que el avance interanual estuvo en el 5,4%. Así, según este indicador, la actividad económica supera los niveles de enero de 2020 en un 3,2% aproximadamente. Los sectores que presentaron importantes subas interanuales fueron: “Restaurantes y Hoteles” (+51,1%), “Explotación de minas y canteras” (+14%) y la “Administración pública y defensa” (+10%).

Algunos de los sectores que continúan deprimidos son: “Otras actividades de servicios comunitarias, sociales y personales” (-15,3%) y “Transportes y comunicaciones” (-6,5%). Por otra parte, en lo comercial, el INDEC informó que, en enero, las ventas en centros de compras, a precios constantes, tuvieron una variación del 22,7%, respecto al mismo mes del año anterior. Aunque aún se encuentran un 16% por debajo de los niveles de ventas de enero de 2020. “Diversión y esparcimiento” (+994%) y “Patios de comidas, alimentos y quioscos” (+132,8%) fueron los que más aumentaron. Y, por su parte, las ventas en supermercados presentaron una variación interanual del 57,6% nominal, lo cual se traduce en un 4,2% real.

Asimismo, el INDEC, mostró que el porcentaje de personas bajo la línea de pobreza se ubicó en el 37,3% en el segundo semestre de 2021. Esto representa aproximadamente 16,9 millones de personas a nivel nacional. La pobreza, de esta forma, tuvo un descenso de más de tres puntos respecto al último dato y de casi cinco puntos anualmente, pero continúa siendo más alta que en 2019. La pobreza infantil fue la más alta (entre los diferentes segmentos) posicionándose en el 51,8%, presentando así un retroceso respecto al 54,9% del primer semestre de 2021. La indigencia se posicionó en el 8,2%.

En el plano monetario-financiero, luego de la última licitación de deuda de marzo, en el primer trimestre de 2022 (según el Ministerio de Economía), el financiamiento neto acumulado alcanzó los $640.367 millones. Las colocaciones se posicionaron en $1,91 billones, mientras que los vencimientos en $1,27 billones. De esta manera, el porcentaje de refinanciamiento alcanza el 150%.

1- El factor interno, la mayor cosecha de trigo de la historia con que cerró el 2021 (21,8 millones de toneladas que dejaron un saldo exportable de casi 15 millones de toneladas de trigo)nos y sus derivados industriales en particular, liquidaron una cantidad de divisas récord. Entre enero y marzo, el complejo cerealero y oleaginoso ingresó más de USD 7.900 millones. En promedio, entre 2010-2020 para el mismo período, la liquidación de exportaciones era de USD 4.400 millones aproximadamente. A solo un año de haber marcado un récord en el ingreso de dólares, el sector está encaminado a volver a marcar un máximo en este 2022, superando los USD 32.800 millones ingresados durante todo el 2021. Esto se explica por dos vertientes:

1- El factor interno, la mayor cosecha de trigo de la historia con que cerró el 2021(21,8 millones de toneladas que dejaron un saldo exportable de casi 15 millones de toneladas de trigo).

2- El contexto internacional que, desde las primeras semanas de enero (antes del conflicto Rusia-Ucrania), empujó los precios de las commodities agrícolas hasta nuevos valores récords. Soja, maíz, trigo y aceite de soja tocaron valores máximos.

Dada la composición del comercio exterior, la suba de los precios de los commodities agrícolas no garantizaba una mejora instantánea de los términos de intercambio si el proceso era acompañado por la suba también récord de los commodities energéticos, de los cuales somos importadores netos. Pero también la importación de energía durante los tres primeros meses del año es muy pequeña. En este caso, el problema vendrá en los meses de invierno.

No obstante, las cuentas externas no se ven lo holgadas que deberían estar dado este ingreso de agro dólares. En efecto, durante el primer trimestre del 2022, el BCRA no terminó con compras netas de reservas, sino que su intervención cerró en terreno negativo por unos USD 50 millones. Durante enero-marzo de 2020, con precios internacionales bastante menores, el BCRA había podido terminar el período comprando USD 670 millones. Y el año pasado (2021), en el mismo período, se llegó con USD 2.270 millones. El mayor nivel de actividad económica y los incentivos generados por un esquema macroeconómico inconsistente (centralmente en el esquema cambiario) están consumiéndose los dólares que ingresan por las exportaciones, aún con control de cambios y trabas múltiples a las importaciones.

Habitualmente, entre abril y julio, el BCRA se hace de dólares debido a la liquidación de las cosechas de maíz y soja. Pero este año, estarán las importaciones energéticas compensando en gran medida ese flujo positivo de divisas. De no acumular dólares en la temporada alta, las presiones sobre el mercado de cambios podrían ser más intensas a partir de agosto, cuando el ritmo de liquidación de exportaciones vuelve a descender.

Como efecto colateral (a escala global) está el incremento del precio de los alimentos. Según la FAO, el costo actual de los alimentos en el mundo está tocando un máximo histórico. La situación de hoy (febrero, y medido en términos reales) superó al promedio de 1973 (shock petrolero). El aumento de los commodities es una presión extra para el índice de precios de nuestro país. Pero, más allá de esa variable, con una inflación arriba del 50% y con varios precios congelados y controlados, no es posible encontrar en este fenómeno el factor explicativo principal. Al margen, dado que Argentina es un exportador neto, el excedente de dólares que se generan es una fuente antiinflacionaria.

En síntesis, en el actual contexto, exportaciones más bajas representarían mayor inflación que la presión adicional que pueda generar, sobre algunos alimentos, la suba de precios internacionales. Si con tal suba de precios, el BCRA terminó el trimestre vendiendo USD 50 millones, con términos de intercambio claramente inferiores (como los que tuvimos antes de la pandemia) tendríamos dos mundos posibles:

1- Más controles en importaciones, con recesión económica

2-Una pérdida de reservas fuerte y una devaluación oficial y/o en el mercado paralelo (en cualquier caso con aceleración inflacionaria)

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