Ante la inmovilización y perplejidad propia de la incertidumbre generada por eventos tan particulares como una pandemia, la guerra o la irrupción tecnológica a niveles desconocidos, la actitud emprendedora resulta sumamente necesaria para afrontarlos. Vivimos un mundo que es cada vez más dinámico e impredecible en su devenir; el emprendedurismo nos invita a transformar la incertidumbre en oportunidades para crear valor.
Lamentablemente la disminución constante de la pobreza global durante los últimos 20 años se ha visto frenada abruptamente en el año 2020 a causa de la pandemia, que ha generado un aumento significativo de personas pobres en todo el mundo. Y, peor aún, Latinoamérica terminó siendo la región más afectada del planeta.
Sin embargo, en este contexto, la actitud emprendedora ayudó al surgimiento de muchos nuevos emprendimientos en distintos formatos; y ahora que la vida vuelve a una nueva normalidad, debemos continuar reforzando esta capacidad en la sociedad y sus individuos.
El emprendedurismo es un modo indirecto de invertir en innovación, y la inversión en Investigación y Desarrollo (I+D) es un vector de crecimiento de los países. Los Estados que más invirtieron en esta área supieron desarrollarse, generar conocimiento y lograron unos niveles de calidad de vida mayores en comparación a aquellos países que no han invertido en los mismos niveles. La pregunta obligada entonces es: ¿cómo podemos fomentar el emprendedurismo en la región?
Por un lado, es necesario contar con un marco regulatorio adecuado de tal modo que el Estado facilite este tipo de iniciativas y simplifique las trabas burocráticas que dificultan el surgimiento de nuevas startups; por otro, disponer de un ecosistema sólido y rico que dé soporte a los emprendedores con mentorías, acceso al capital y conexiones de valor. Finalmente, es sumamente necesario ofrecer una formación orientada a desarrollar capacidades y actitudes emprendedoras. Es aquí donde las Instituciones de Educación Superior pueden hacer un gran aporte a esta causa: por medio de ellas, es posible promover en sus alumnos el espíritu emprendedor, al ser un terreno muy fértil para sembrar esta inquietud y brindar la capacitación adecuada.
De aquí se deriva la importancia que tiene que en todas las Universidades se desarrollen centros específicos de promoción del emprendedurismo, orientados a despertar en los alumnos el espíritu emprendedor, desarrollando en ellos capacidades emprendedoras, facilitándoles las herramientas adecuadas y generando un espacio institucional de relacionamiento con el ecosistema. Por ejemplo, por medio de MetaRedX, una red que vincula Universidades de Hispanoamérica (apoyada por Universia), se propone precisamente un trabajo colaborativo entre sus miembros orientado a facilitar y enriquecer esta tarea; dispone para ello de un curso online para las Instituciones de Educación Superior que deseen desarrollar centros de gestión del emprendimiento.
Las Universidades cuentan con un enorme potencial para convertirse en hubs para el desarrollo de ecosistemas y formadores, capacitadores de emprendedores. Es clave promover ésta y otras iniciativas similares, con la ayuda del Estado o por medio de organizaciones privadas.
Por Julián Rodríguez* y María José Soler**
*Rector de la Universidad Austral y Presidente de MetaredX Argentina.
**Profesora de Emprendedurismo de la Facultad de Ciencias Empresariales (Rosario) de la Universidad Austral y secretaria ejecutiva de MetaredX Argentina.