Frente al desánimo por las obstrucciones del Gobierno, mayorías reclaman nuevos arreglos

Del otro lado del Plata, la democracia funciona expandiendo los ingresos de los uruguayos respecto de los argentinos. Este domingo 27, elecciones en Uruguay por la Ley de Urgente Consideración

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El presidente de Uruguay, Luis
El presidente de Uruguay, Luis Lacalle Pou (EFE/Raúl Martínez)

Funcionarios argentinos pretenden determinar la economía, los ingresos y hasta los precios. No aprenden los errores de su prepotencia. Funcionarios sin credenciales ni garantías, a sólo juramento de cumplir la Constitución, obtienen poderes amplísimos sobre nuestros bienes, hasta estatizarlos. Las autoridades establecen precios, tipos de cambio, subsidian, gravan, bienes por cantidades determinadas, según de quién sean. Contrariando las enseñanzas de la competencia, establecen valores particulares, diferentes, para firmas, personas. Contradicciones de la “sociedad inclusiva” donde todo es desigual. Todo lo contrario a las naciones que avanzan, donde Integración y Justicia implica emparejar las reglas para todos, sean amigos o adversarios. Aprendimos: las reglas torcidas para empoderar a los que mandan empobrecen a la población.

Contundencia de las libertades y competencias. A la restauración de la democracia, el ingreso promedio de los argentinos duplicaba al de los uruguayos. No obstante, las interferencias económicas de la Argentina y liberaciones de Banda Oriental revirtieron la relación. En 2021, el PBI por habitante PBI/H de Uruguay superaba en 70% al de los argentinos. Es decir, en 36 años, los uruguayos triplicaron sus ingresos respecto de los argentinos; aumentaron a una tasa del 3% anual acumulativa por encima de lo conseguido en la patria de J. B. Alberdi. Por algo, Uruguay encabeza el ranking de la democracia en América Latina (calificada con 8,85 puntos, está en el puesto 13 del mundo); y es percibido como el menos corrupto en la región. Argentina es señalada como altamente corrupta; una democracia fallida (con 6,81 puntos, está en el puesto 50) de 167 países.

El gráfico delinea la evolución del ingreso por habitante de Argentina en comparación con el de Uruguay, en base al PBI/H, según datos del FMI WEO en dólares corrientes, al tipo de cambio oficial, si existieran varios. En Uruguay el tipo de cambio es libre.

Fuente: FMI WEO
Fuente: FMI WEO

El Estado debiera ocuparse de proveer los bienes públicos para facilitar actividades eficaces y reprimir delitos. Justicia significa reglas estables, iguales para todos. Las diferencias legales artificiales entorpecen la competencia y reducen los ingresos.

La ciencia económica enseña la inteligencia de las naciones progresa con las libertades individuales y la competencia difundiendo conocimientos, habilidades, respecto de las pretensiones de funcionarios encerrados en sus ideologías y desaciertos. Las estadísticas de los ingresos de los países comprueban las enormes superioridades de las naciones libres, reiteramos en notas sucesivas de Infobae. Las discusiones abundan y los datos confirman: con las libertades individuales crecen los ingresos. Cuánto más libres las naciones, mayor su prosperidad. Entre 1870 y 1930, la Argentina integró el grupo de las naciones más prósperas de la Tierra, atrayendo a millones de inmigrantes analfabetos y míseros que transformó en prósperos y orgullosos habitantes del país pletórico de las oportunidades. Sin interferencias sindicales, el trabajo abundaba tanto que los salarios eran los mas altos del mundo. Pero esa prosperidad se fue deteniendo a medida que los políticos y burócratas obtuvieron poderes económicos, configurando monopolios, exenciones particulares, enturbiando la competencia. “Vivir con lo nuestro”, “cerrar el comercio”, “privilegiar”, “el país que queremos” son rezos de la ideología puesta en boga que confunde y empobrece.

El Estado debiera ocuparse de proveer los bienes públicos para facilitar actividades eficaces y reprimir delitos. Justicia significa reglas estables, iguales para todos

Para no perderse en los laberintos políticos, traemos la voz de Michael Corleone en el film “El Padrino”. “No es personal, sólo negocios”. Los negocios de los políticos son exclusivos, preferentemente para militantes y amigos. A la gente común, comprobamos del otro lado, nos dejan a la intemperie, tapados de impuestos y cargas para sobrevivir. Imponen mayores contribuciones para sostener el gasto de público de los tres niveles de gobierno, que pasó de 25% del PBI, en 1980/90, a superar el 46%, en 2021. Fondos para los amigos, exigiendo pagos a quienes intentamos producir y sobrevivir. En Uruguay, el gasto es inferior al 32%. En notas en Infobae y libros expongo que todas las redistribuciones forzadas de derechos, como los impuestos, contraen los recursos e ingresos. Siempre.

En las sociedades libres, competentes, integradas con reglas parejas, cada individuo decide coordinadamente con los demás, atendiendo faltantes existentes. En tanto, en los países regimentados por los políticos interesados en la corrupción y en responder a demandas de grandes sectores afines, mucho queda sin resolver. Comentaba recientemente un referente de empresa petrolera, complacido por exportar 10% del petróleo producido. La falta de infraestructura junto con la restricción a las divisas, son dos principales causas limitantes el crecimiento de la producción. La industria desarrollará Vaca Muerta; la duda es el nivel necesario para el mercado doméstico o como gran exportador y generador de divisas. ¿A que precio venden el barril de petróleo al mercado local? Entre USD 55 y 60, cuando el precio de referencia sería 105 dólares. El gas es el mayor recurso de Vaca Muerta, pero necesita condiciones mas estables aún, como una planta GNL (de gas natural licuado) o convertirlo en petroquímicos. Pero se requieren unos 6.000 a 10.000 millones de dólares y los inversores exigen mas confianza en todo el proceso. El gas que no se extrae de Vaca Muerta debe ser importado, y cuesta varias veces más. El gas local cuesta USD 4,5 el millón de BTU mientras que la importación de gas natural licuado (GNL) supera los USD 33.

En Uruguay los productores y consumidores resuelven libremente sus necesidades de compra venta cambiaria.

Esto es, por falta de libertades o prioridad política, perdemos producciones, exportaciones y divisas. Los problemas típicos de sociedades escleróticas.

Los cepos cambiarios interfieren todas las decisiones. En Uruguay los productores y consumidores resuelven libremente sus necesidades de compra venta cambiaria. Todos satisfechos, no sobra ni falta nada. En Argentina, distintos funcionarios establecen permisos para comprar y vender divisas, en cantidades fijas por empresa y producto, particulares, entes estatales, etc. A unos les falta, a otros les sobra. Los funcionarios deciden por las personas. Todos contrariados y empobrecidos. No asombra el paulatino ascenso de la pobreza. ¿Hasta cuándo aguanta?

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