No es una mujer la que me inspira a reflexionar, sino todas las mujeres del mundo. Salvo excepciones de calidad humana, como existe en toda regla. Veamos y analicemos...
La mujer es novia, amante, esposa, madre, abuela, ama de casa, empleada, ejecutiva o profesional en diferentes especialidades. Transita el embarazo de 9 meses con expectativas diferentes sin abandonar las tareas precedentes prácticamente hasta el parto, su etapa de menopausia transcurre discretamente y continúa siendo ella.
La cantidad de eximias, heroínas y abnegadas en la historia de la humanidad sumarán millones. Pero con ser mujer basta. Que una mujer te ame es insuperable.
Es parte de la columna vertebral, comparten con nosotros la educación de nuestros hijos y practican deportes con destreza. Me siento orgulloso del sexo al cual pertenezco, porque además del otro tramo de la columna vertebral, tenemos el honor y el deber de defender nuestra patria y si es necesario dar la vida por ella.
Como paradoja del destino la vida nos la da una mujer y la primera arma que debemos empuñar es el respeto hacia ella.
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