Axel Kicillof: clase magistral de un relato sin autocrítica

Las esperanzas de tener un año legislativo marcado por la búsqueda de consensos para generar las políticas que necesitamos los bonaerenses se desvanecieron con el discurso del Gobernador

Axel Kicillof

Axel Kicillof se olvidó por un rato largo del rol que ocupa y se calzó el traje de profesor. Durante dos horas y media tuvo la voluntad de convertir el Palacio Legislativo en un aula magna de lujo, con el propósito de dar cátedra sobre cómo gobernar la provincia de Buenos Aires. Lo cierto es que fue una clase magistral de mentiras en tres espacios temporales. Pasado: se limitó a echarle la culpa de todos los males a la gestión anterior. Presente: nos intentó convencer de que vivimos en el Primer Mundo. Futuro: no dio un indicio de cómo piensa resolver los graves problemas que aquejan a los bonaerenses.

Las esperanzas de encarar un año legislativo acompañado por el trabajo del gobierno bonaerense y la búsqueda de consenso para generar las políticas que necesitamos para mejorar la vida de los ciudadanos se desvanecieron con el discurso que brindó el Gobernador. Pareciera que el kirchnerismo todavía no se dio cuenta de que el único crecimiento que ha habido en la Provincia durante estos últimos dos años ha sido el hambre, junto a la inseguridad y los cargos para sus militantes. Se requiere un poco de autocrítica para corregir los errores y poder mirar hacia adelante.

Siete de cada diez chicos son pobres en el Conurbano, según datos oficiales. Se trata de una situación alarmante para la Provincia y las perspectivas de que estos niños tengan un futuro más próspero se van diluyendo día a día, ya que cerca de 280 mil chicos han sido desvinculados del ámbito educativo entre 2020 y 2021 como consecuencia de la decisión del gobierno bonaerense de cerrar las aulas.

Mientras Kicillof exige aplausos y reparte culpas, los bonaerenses nos preguntamos cuál es la estrategia que va a implementar el Gobierno para generar políticas públicas que den respuesta a esta situación sin precedentes. Es necesario conocer en detalle hasta dónde llega la crisis educativa, de qué modo se realiza el seguimiento de los alumnos que se han reincorporado para que no vuelvan a abandonar la escuela y en qué plazo se cree que volverán al colegio los que todavía no lo hicieron.

Para cumplir con esos objetivos se deben realizar estudios y análisis profundos en materia educativa. Pero pareciera que el único plan vigente es el de perpetuarse en el poder.

Kicillof hizo alusión a un supuesto plan del gobierno bonaerense de seis años de duración, que no es más que un coqueteo anticipado con la reelección de cara al 2023. Estoy convencido de que hay cuestiones más importantes y urgentes que atender, como las casi mil hectáreas ocupadas en distintas zonas de la Provincia o la inseguridad, que ha crecido notablemente durante los últimos dos años.

Desde el primer día de la gestión de María Eugenia Vidal hubo un claro mensaje en contra de las mafias y de las organizaciones criminales. Así fue que se alcanzó un récord de detenidos contra el narcotráfico y de búnkers derribados. Por el contrario, la actual gestión no puede demostrar nada en materia de seguridad. Mucho menos si el ministro Sergio Berni prefiere destinar su tiempo a las internas de la coalición gobernante que a hacer el trabajo que le corresponde.

Para combatir la inseguridad y solucionar los problemas de los ciudadanos es insuficiente con medidas de tinte electoral. Además de admitir los problemas y tomar medidas para solucionarlos, se requiere una articulación entre los municipios, las provincias y Nación. En ese sentido, me pregunto: ¿cuántas políticas nacionales o provinciales han fracasado justamente por no comprender los problemas del territorio?

Es necesario descentralizar y darle a los municipios las facultades que necesitan para ejercer de hecho las tan manoseadas autonomías. Asuntos como las fuerzas de seguridad locales (también el arreglo de un caño de gas o los insumos de un hospital, solo por citar algunos) pueden tener una resolución ágil y mejor si se dejan en manos de los municipios. No se trata de empoderar a los jefes comunales, sino que la gente pueda vivir mejor. Más aún cuando la Provincia tiene un gobernador que es porteño y no conoce el territorio más allá del conurbano.

Otra de las grandes mentiras del relato kirchnerista que se hizo presente durante el discurso de Kicillof hace referencia a una supuesta campaña exitosa de vacunación en territorio bonaerense. Sin embargo, ya son más de 58 mil los muertos por coronavirus en la Provincia. Él representa a un gobierno que se robó las vacunas y rompía la cuarentena mientras les impedían trabajar a los argentinos.

Kicillof quiere dar cátedra, pero su gestión al frente de la provincia de Buenos Aires es un desastre en materia social, económica y de seguridad. Ni hablar del aspecto educativo. Por eso le sugiero que se baje de la tarima y empiece a trabajar en pos de lograr una mejora en la vida de los bonaerenses. Para eso lo votaron; no para adiestrar con falsedades.

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