El héroe impensado

En todo el mundo miles de millones lloran por las víctimas de Putin, se emocionan por la lucha de David contra Goliat, y admiran al pequeño gigante que conduce a su pueblo

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Volodymyr Zelensky, presidente de Ucrania
Volodymyr Zelensky, presidente de Ucrania

“Zelensky, el pequeño actor en el que nadie creía, interpretó su mejor papel y sorprendió a todos” - Javier Garcia, periodista

El 27 de diciembre de 1979, en una operación relámpago, el ejército sovietico tomó Kabul y asesinó al presidente Hafizullah Amin.

Moscú mató a Amin, un marxista moderado, que esperaba el apoyo del comunismo soviético y colocó a Karmal, un títere, en su lugar. Como hoy preferiría a Yakunovich, corrupto y alcahuete al frente de Ucrania.

Nueve años y decenas de miles de muertos y heridos después, el país seguía fuera de su control y debieron retirarse.

Era el comienzo del fin de la otrora poderosa URSS.

Más de cuatro décadas más tarde, Vladimir Putin intenta colocar un títere en Ucrania, una tierra donde habitan hombres tan difíciles de domesticar como los afganos. Pensó que el presidente Zelensky iba a huir despavorido.

Pero este ex actor cómico, que llegó a la conducción de su país porque los ciudadanos querían alguien sin pasado político, sin manchas de corrupción, es hoy el héroe impensado.

Habla al Parlamento Europeo y todos los legisladores (de todas las ideologías) lo ovacionan de pie. Dice: ”No me dejen solo”. Y miles de voluntarios se enrolan en las Brigadas de ayuda, como lo hicieron el siglo pasado en España.

Los crueles invasores, rusos, chechenos y bielorrusos, violan, torturan y matan sin comprender que están desatando un odio del que surgirá la resistencia que, antes o después, los expulsará.

Zelensky, como un De Gaulle del siglo XXI, los convoca a una batalla por su Patria, con una dialéctica poderosa y un arma temible: las redes sociales. En todo el mundo, miles de millones lloran por las víctimas de Putin, se emocionan por la lucha de David contra Goliat, y admiran al pequeño gigante que conduce a su pueblo.

La frontera con Polonia la cruzan mujeres, niños y algunos ancianos.

La mayoría de los hombres se quedan a luchar.

Los feroces Spetsnaz, enviados por el déspota de Moscú, buscan a Zelensky para asesinarlo.

Quizás lo logren. Pero el héroe impensado pasará de ser líder, a bandera y su pueblo lo llevará a la victoria.

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