Cristina y el lado oscuro

La vicepresidenta volvió a hacer una declaración pública con una críptica catarata de tuits en la que se preocupa por la paz mundial, pero sin decir ni una sola palabra de la invasión rusa ni de la carnicería que está haciendo su aliado Vladimir Putin con un ataque ilegal

Vladimir Putin y Cristina Kirchner

Habló Cristina. No dijo nada de la inflación que carcome los salarios, ni de los catastróficos incendios de Corrientes. No mencionó las agónicas negociaciones con el Fondo ni el desplante de su hijo al Presidente. Quizás son cuestiones demasiado terrenales para ella ¿Qué hizo que rompiera el silencio luego de un mes exacto durante el cuál ni siquiera agradeció a la militancia los saludos por su cumpleaños ni hizo alguna referencia al cumpleaños de Nestor Kirchner?

Volvió a hacer una declaración pública con una críptica catarata de tuits en la que se preocupa por la paz mundial, pero sin decir ni una sola palabra de la invasión rusa ni de la carnicería que está haciendo su aliado Vladimir Putin con un ataque ilegal. Curiosamente Cristina parece reconocer la ilegalidad del proceder pero también justificarla.

Veamos.

La vicepresidenta pone como antecedente que Argentina votó a favor de la integridad territorial de Ucrania en 2014 ante un texto presentado por los Estados Unidos en el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas en el que se exhortaba a la comunidad internacional a no reconocer el referéndum por la independencia de Crimea que fue el preludio de la invasión rusa a la península. ¿Esto significa que Cristina Kirchner está en contra de la invasión y apoya la integridad territorial de Ucrania? No exactamente.

En su argumentación por Twitter y apelando a Malvinas, lo que la señora Kirchner sí critica es lo que llama el “doble estándar de las grandes potencias” que aplican el derecho internacional según les convenga.

¿El mensaje de Cristina es algo así como decir, no vengan ahora a pedir respeto a la ley internacional si sólo la defienden cuando les conviene por lo tanto lo que impera es la ley del más fuerte?

Lo que Cristina Kirchner no recuerda en sus tuits es que ese mismo día en Francia ella dijo públicamente en una conferencia conjunta con el presidente de ese país Francois Hollande que Crimea pertenecía a Rusia.

Y esto que Cristina Kirchner omitió en su andanada de mensajes es precisamente lo que los explica. Cristina apoyó la posición de Rusia entonces y la apoya ahora, basada en la supuesta falta de coherencia de las potencias para apelar a la ley internacional. O sea, bánquense la invasión.

Ahora bien, ¿por qué Cristina no lo dice abiertamente? “Apoyo la invasión rusa como apoyé la anexión de Crimea porque siempre fue de Rusia”. Probablemente porque sabe que la mayoría del pueblo argentino está en contra de la guerra y porque el mensaje es para los jugadores que lo entiendan y no para todos y todas.

Aquí es donde caben otras preguntas: ¿apuntar de nuevo contra los Estados Unidos en medio de una dramática negociación con el Fondo Monetario que debe definirse en horas confirma que su espacio no tiene interés en apoyarla? ¿Se viene en efecto un quiebre explícito en el gobierno a la hora de la votación y el presidente como ha trascendido evitará pedir el apoyo de los sectores kirchneristas más duros?

Es importante recordar que últimamente, esos sectores o han hecho silencio o se han expresado en contra del acuerdo.

Ya estamos parados en un contexto donde podríamos decir que existen dos gobiernos paralelos. El de Alberto y el de Cristina. Ella nunca cambió la dirección que invariablemente -no importa cuando se lea esto-, abraza las autocracias. Él, todavía no sabemos adónde va.

Como ejemplo de los dos gobiernos basta observar que ante la OEA donde se sienta un cristinista acérrimo nuestro país no condenó a Rusia y sí acaba de hacerlo en el Consejo de Derechos Humanos de la ONU.

¿Estaremos ante la primera decisión autónoma del Presidente poniendo a su costo el acuerdo con el Fondo? ¿Es quizás esta la forma de Cristina de aceptar lo inaceptable, cargándolo a la cuenta de su socio? ¿Que parezca que el acuerdo es cosa de Alberto? ¿Hay velados intentos aún de romper en los sectores K o es fulbito para la tribuna?

En estas horas, tres fuentes coincidieron en señalar que puertas adentro Cristina “festeja y aplaude” como goles propios los avances de Putin que van en consonancia con el cambio de orden internacional que siempre soñó en el que ella se asocia fervorosamente a China, Rusia, Irán, Venezuela, Cuba y Nicaragua, cosa que ha demostrado una y otra vez, de capelina y abanico en La Habana o firmando un pacto espurio con los iraníes.

No hace falta pensar mucho, para saber que la vicepresidenta no elige el llamado “mundo libre” y si por ella fuera, a ese lado lado oscuro de los regímenes autócratas es a donde realmente empujaría a la Argentina.

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