Los empresarios Pymes necesitamos previsibilidad

El sector representan el 97% del universo productivo y generan el 65% de los puestos de trabajo

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Las Pymes en Argentina hemos ido acentuando nuestro desarrollo luego de estos dos últimos años de pandemia. Anteriormente, durante el gobierno de Mauricio Macri, las políticas de libre mercado sin acciones proactivas hacia el sector y con un escaso desarrollo del mismo hicieron que las empresas se vieran afectadas seriamente hasta el punto de dejar como saldo cierres y reducciones en la oferta de algunas industrias.

Las nuevas políticas económicas implementadas por el actual gobierno y la limitación al desenfrenado libre mercado permitieron el renacimiento y desarrollo del sector Pyme. En la actualidad a representan el 97% del universo productivo, y generan el 65% de los puestos de trabajo, alcanzando alrededor del 50% del PIB de Argentina.

La rápida reacción del Gobierno hacia las pymes durante el año 2020 fue fundamental para mitigar una situación que podría haber sido aún más dramática y catastrófica. Se aplicaron programas de sostenimiento al empleo, se reprogramaron deudas bancarias, hubo reducción y hasta exención en impuestos, y se facilitaron créditos y garantías. Todo ello requirió de grandes esfuerzos en partidas presupuestarias y mayor endeudamiento público. Lo importante se cumplió: sostener la actividad económica y miles de puestos de trabajo.

Ahora bien, nos encontramos en este contexto con una falta de análisis estratégico del empresariado. Esto no es una situación deseada por el empresario Pyme, sino una consecuencia de que su tiempo es consumido por situaciones operativas de la organización y/o dando respuestas a situaciones del día a día, que merecen una resolución inmediata.

Entonces, habiendo llegado a esta etapa de desarrollo y de incidencia de la Pyme en la economía Argentina, es necesario el acceso a espacios de cooperación público/privada en donde se analice, se evalúen alternativas y se implementen acciones estratégicas para este sector. Estas acciones deben tener un prioritario y único fin: “Agregar valor y sustituir importaciones”.

Haciendo que el objetivo que se plantee analizar debe estar relacionado con crear valor en origen para que se vean involucradas, de manera directa o indirectamente, todas las capacidades productivas, y analizando y profundizando un verdadero programa de sustitución de importaciones integrado con todos los sectores más dinámicos de la economía. Si respetamos estos conceptos, la decisión que implementemos ocasionará recíprocamente valor a nuestras Pymes y a los sectores que lo ejecuten.

El sector privado crea riqueza, genera empleos, utiliza recursos naturales y atrae inversiones a niveles sin precedentes. El consumo juega un papel central aquí, es el motor de todo este engranaje y hasta una fuerte influencia en la conformación de nuestra identidad personal. También se exige que las empresas sean más transparentes, que mejoren su política de recursos humanos, que se establezcan relaciones justas de comercio con los proveedores y consumidores, que no dañen el medio ambiente y que no sean cómplices de regímenes políticos dictatoriales.

La reestructuración de la producción nacional para generar una industria más integrada, el desarrollo tecnológico necesario para poder competir internacionalmente y sustituir importaciones y la atracción de capitales para poder aumentar las capacidades productivas nacionales y nuestras reservas de divisas son los desafíos que tenemos como sociedad para que el federalismo pyme deje de ser una utopía y se convierta en un proyecto de país que trascienden los diferentes gobiernos.

Finalmente, la reactivación económica y el mejoramiento de las condiciones sociales en nuestro país implicarán necesariamente un apoyo continuo y adecuado hacia las empresas. Los empresarios Pymes sabemos y estamos convencidos que somos una parte importante de la solución.

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