Una verdadera organización federal en la Argentina debe propender al desarrollo armónico entre todas las regiones del país, a la vez que posibilitar a todos sus habitantes y a las empresas radicadas en su territorio un acceso igualitario y equitativo a los servicios y a los estímulos para producir y generar empleo.
Por cierto, estamos muy lejos de que ello ocurra en nuestro país. No ha sido posible reformular la enorme influencia de la región del AMBA en la estructura de funcionamiento económico argentino.
Al mismo tiempo, muchas zonas y provincias han quedado desplazadas en términos de producción, empleo, alcance de prestaciones de educación y salud y acceso a distintos servicios necesarios para la vida cotidiana.
Uno de ellos, fundamental, es la energía. En la región del Noreste Argentino (NEA) el acceso a la energía muestra un panorama severamente inequitativo respecto de otras regiones del país.
Provincias como Misiones, Corrientes, Chaco, Formosa y el norte de Santa Fe carecen en su mayor parte de fuentes alternativas de energía para acondicionamiento domiciliario y cocción de alimentos distintas al servicio eléctrico.
Esto provoca que el consumo y gasto en este insumo sea elevado y asimétrico cuando se lo compara con otras zonas de la Argentina que cuentan con fuentes más económicas, como por ejemplo el gas de red.
Es importante destacar que las provincias mencionadas consumen entre un 50-70% más de energía eléctrica para abastecimiento residencial que otros territorios de país, no sólo por la ausencia de otras fuentes de energía más económicas, sino también por las condiciones de altas temperaturas que caracterizan a esta región en gran parte del año, especialmente entre los meses de octubre y marzo.
Por otro lado, este gasto tiene un impacto económico negativo en el núcleo familiar, lo cual contribuye a aumentar la desigualdad territorial antes señalada, ya que el ingreso per cápita es en promedio 50% inferior en estas provincias del norte.
En definitiva, existe una realidad verdaderamente desalentadora: mayores costos de energía y menores ingresos.
Atendiendo a estos fundamentos, un grupo de diputados de Juntos por el Cambio hemos presentado un proyecto para establecer un régimen compensatorio de tarifa de energía eléctrica para usuarios residenciales de las provincias del NEA y región norte de Santa Fe, con el objetivo de aliviar el costo energético en estas zonas.
Lo que proponemos es una medida que ya rige en otras regiones geográficas del país para distintos servicios públicos, pero que en las provincias señaladas no ha sido implementada, constituyendo una notoria discriminación.
La propuesta contempla una compensación hasta un nivel de consumo 1.200 kw/h por bimestre, con mayores beneficios para quienes se encuentren en condiciones de vulnerabilidad social, concentrando de esta forma los estímulos en un estrato de la sociedad que realmente los necesita y a la vez incentivando la utilización racional del servicio público de energía eléctrica.
Al proponer una mirada social para el otorgamiento del beneficio en cuestión, el costo fiscal de la medida será acotado, pero redundará en un escenario más equitativo que favorecerá el consumo y permitirá mejorar el nivel de vida de los habitantes de las provincias involucradas.
El federalismo no sólo hay que declamarlo sino ponerlo en práctica con decisiones que permitan equilibrar de algún modo desigualdades que no han sido atendidas a lo largo de los años y cuya superación es un requisito indispensable para pensar en un desarrollo económico y social sostenible y con equidad.
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