Atucha III: buenos vecinos

Se trata de la cuarta central nuclear en Argentina, que logrará abastecer al Sistema Argentino de Interconexión (“SADI”) con una potencia eléctrica de 1.200 MW (mil doscientos megavatios)

La última reunión entre Argentina y China por el proyecto de suministro y construcción de la Central Nuclear “Atucha III” en la localidad de Lima, Zarate

Varios medios argentinos dan cuenta de una comunicación virtual desde la sede de la empresa estatal Nucleoeléctrica Argentina S.A. (NASA), en la cual estuvieron presentes Federico Basualdo, subsecretario de Energía Eléctrica de la Nación; Axel Kicillof, gobernador bonaerense; José Luis Antúnez, (presidente de la NASA y Yu Jianfeng, presidente de la Corporación Nuclear Nacional China “CNNC”. En este encuentro se sentaron las bases para un definitivo contrato en el marco del proyecto de suministro y construcción de la Central Nuclear “Atucha III” en la localidad de Lima, Zarate, de la provincia de Buenos Aires.

Esta será la cuarta central nuclear Argentina, y se destaca que logrará abastecer al Sistema Argentino de Interconexión (“SADI”) con una potencia eléctrica de 1.200 MW (mil doscientos megavatios) beneficiando altamente a la Provincia de Buenos Aires.

Esta conversación entre Argentina y China, lleva varios años y concluye con la anunciada inversión de U$S 8.300.000 (ocho mil trescientos millones de dólares estadounidenses). Fuentes y portales difieren en el porcentaje que le tocará financiar a China, pero es claro suponer que será superior al 80 % de la inversión. Por su parte, la construcción de la planta comenzará a fines de este año y lograría la creación de más de 7.000 puestos de trabajos directos y una integración de más del 40% de proveedores de origen argentino. Las diversas notas de prensa destacan que se utilizará una central del estilo de la “Hualong One HPR-1000″ que contará con una vida útil de 60 años y utilizará uranio enriquecido como combustible y agua liviana como refrigerante.

Las condiciones que propone China son las más convenientes. El préstamo para construir Atucha III tendría un plazo de 20 años, con 8 años de gracia para empezar la devolución, lo que haría que el saldo a abonar se pueda conformar con la venta de la electricidad producida por la propia central nuclear.

La firma del contrato para la construcción de la Central Nuclear Atucha III

La tasa actual no ha trascendido, pero ya en el pasado se había analizado que el país asiático ofrecería tasas de interés mucho más convenientes que las propuestas en el mercado internacional, con un piso de entre 10% y 11% anual en dólares estadounidenses. Debemos recordar que la compañía asociada con Argentina, la CNNC, se encuentra bajo tutela del Partido Comunista Chino.

En este mismo sentido, también debemos de tener en cuenta que, cruzando el Atlántico, en Europa se vive un proceso de abandono de la energía nuclear. Hoy en día, uno de los lideres en este proceso es Alemania, la cual ya desactivó la central de Brokdorf, y estima desactivar próximamente, las centrales de Grohnde y Emsland, en Baja Sajonia, la de Gundremmingen e Isar, en Baviera y la de Neckarwestheim, en Baden-Württemberg. Este proceso que lleva más de 10 años, fue implementado por diferentes gobiernos con gran beneplácito popular, con el objetivo de que más de 15 reactores dejen de funcionar. Hasta el momento, Alemania ha logrado el mayor avance mundial para mitigar la huella de carbono y ahora con la intención de guiar el G7, busca obtener la ayuda de otros Estados para que se impongan finalmente las energías limpias.

Pero sin irnos tan lejos, en Uruguay, país vecino a Argentina, y con el cual comparte buena parte de su geografía, ha cambiado su matriz energética para la eólica que junto a la hidráulica logra auto abastecer al país y su sobrante ser exportado.

Teniendo en cuenta que Uruguay es un país sin una base de activos energéticos tradicionales, sin poseer reservas probadas de petróleo, gas natural o carbón; ello no impidió que su operador estatal eléctrico (UTE) alcance a ser la mayor empresa exportadora del año 2021.

En la década del 2000 Uruguay había colmado sus posibilidades de aprovechamiento de la energía hidroeléctrica a gran escala y se enfrentaba a un nivel de crecimiento de manera sostenida, tanto en la industria, como en el trasporte y el sector residencial. En el año 2008 el país aprobó, por primera vez en su historia, una Política Energética con una mirada de largo plazo. La estrategia global incorporaba “una mirada multidimensional que incluye elementos económicos y tecnológicos, pero también ambientales, culturales, éticos y sociales”, según aclaró el Ministerio de Industria Energía y Minería (MIEM).

Dos años después, una comisión integrada por representantes de todos los partidos políticos y con representación parlamentaria, avaló la política definida en todos sus componentes fundamentales. De esta forma se obtuvo una estrategia a largo plazo que cuenta, asimismo, con un amplísimo resguardo a nivel nacional.

Foto de archivo del complejo de Vaca Muerta en Neuquen, Argentina Ene 21, 2019. REUTERS/Agustin Marcarian

Volviendo a Argentina, diversas noticias de Vaca Muerta informan sobre las grandes inversiones de las empresas privadas en relación al gas natural y su matriz de uso energético a futuro. Existen varios analistas que auguran en menos de 60 meses un aumento muy considerable de su capacidad energética. Además, Argentina, tiene una gran capacidad ociosa en lo que serían los proyectos macro y micro hidroeléctricos, incluso previendo posibles proyectos a poder ser implementados a futuro.

En el caso uruguayo la matriz de diversificación de las empresas que proporcionan energía eólica fue muy importante, donde calificaron empresas de larga trayectoria y que además su ente energético (UTE) también participo del mismo dándole una mayor sinergia al proceso.

Pero si consideramos a la empresa China, podemos leer en algunos portales especializados, que esta empresa asociada a Argentina, no parece tener demasiada experiencia ni en plantas activadas en su país o fuera de él.

Este punto no es menor, ya que el valor estratégico de la energía hace que las naciones tomen acuerdos duraderos, formales y se asocien con cadenas de valor energético probadas.

Las diferentes concepciones de los países y su soberanía son la base más importante del principio de derecho internacional sobre la “no intervención” y la “autodeterminación de los pueblos”, y en estos ambos principios se incluye, naturalmente, su política energética.

Como la historia invariablemente parece repetirse, en su acción de crear instancias tragicómicas, debemos recordar a los dos países que tuvieron una gran influencia de un inglés, Lord John Ponsonby. Tanto Bélgica como Uruguay fueron concebíos por este político como la creación de los llamados (y siempre controvertidos) “Estados Tapones” entre dos potencias. En un caso Alemania y Francia y en el otro, Brasil y Argentina

Pues bien, a Bélgica, para su felicidad, le tocó en suerte que su vecino (Alemania) sea el paladín de la energía limpia europea; por su lado, a Argentina, para su felicidad, le tocó en suerte y del otro lado del Rio de la Plata, a Uruguay.

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