El 16 de febrero de 1972, el subsecretario de Relaciones Exteriores de Argentina -José M. Ruda- y el embajador chino en Rumania - Zhang Haifeng- firmaron en Bucarest el documento por el cual Argentina y la República Popular China iniciamos relaciones diplomáticas. El general Alejandro Lanusse era el presidente de Argentina y Mao Tsé Dong lo era de China.
Ese mismo año, Richard Nixon y Henry Kissinger estaban cambiando la historia del siglo XX haciendo lo mismo desde los EEUU.
Casi nada pasó en la relación Argentina-China, hasta que en el 2004 el presidente Néstor Kirchner visitó China y firmó con Hu Jintao el “Primer Acuerdo de Asociación Estratégica” entre los dos países. En ese momento se anunciaron “U$S 20.000 millones de inversiones chinas en centrales atómicas, gasoductos y trenes…” que se concretarían en forma inmediata. Poco de eso pasó…
En el 2014 fue el turno del premier Xi Jinping de visitar Argentina -presidencia Cristina- . Allí se sumaron, al concepto de “Asociación Estratégica”, los términos “Integral y Ampliada” por los cuales se pactaron U$S 10.000 millones de crédito “swap” -entre Bancos Centrales, que engrosan reservas pero no pueden tocarse- y se firmaron otros acuerdos comerciales y de inversión por varios miles de millones de dólares. La mayoría eran reiteración de los suscriptos en el 2004.
En el 2017 fue el Presidente Macri el que visitó Beijing en la primera convocatoria de China a sus socios en el mundo para ofrecerles integrarse a la “Iniciativa de la franja y la ruta” -ruta de la seda- como expresión de la irrupción de China en el escenario internacional como importante inversor y mayor mercado comprador del mundo.
Todos estos viajes, acuerdos y anuncios, dieron como resultado el crecimiento del comercio bilateral hasta la cifra del 2021 (U$S 19.000 millones), la radicación de importantes empresas y bancos chinos y un horizonte de crecimiento exponencial hacia el futuro.
Hoy repite ese escenario el presidente Alberto Fernández, con anuncios de U$S 23.000 millones de nuevas inversiones….Ni muy muy, ni tan tan. La realidad es que, gracias a la continuidad de la relación, hoy tenemos un stock de inversiones cercano a los U$S 20.000 millones y un comercio que, aunque desequilibrado, nos plantea la posibilidad de producir mucho más y tener un mercado seguro para colocar nuestros productos.
El nuevo listado de obras incluidos en el “Plan Quinquenal 2022-2027″, continuidad del firmado por Mauricio Macri para el período 2017-2022, es la reiteración de las obras no realizadas todavía más algunas que se espera hacer en los próximos 5 años.
Todo dependerá de que Argentina pueda cerrar su acuerdo con el FMI y no caiga en default nuevamente. China es, con Estados Unidos y Japón, uno de los 3 accionistas más importantes del FMI. Si la Argentina quiebra, China reaccionará como los EEUU y Europa : no nos dará crédito ni avanzará en las inversiones.
Respecto de “la Franja y la Ruta”, fui de la opinión de que este acuerdo debía procesarse en común con BRASIL -en el marco del “Triángulo Virtuoso de las 3 B” (Beijing, Buenos Aires y Brasilia) como un eje geopolítico fundamental para nuestra región. Pero ya lo hará Brasil en su momento.
Estoy seguro que, en en el curso de los próximos 15 años, un Mercosur fortalecido concretará el Acuerdo de Libre Comercio con Europa y hará lo mismo con los Estados Unidos y China. Espero poder verlo.
[Diego Guelar fue embajador de la Argentina en los Estados Unidos, la Unión Europea, Brasil y China]
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