Cruzamos el puente

Como en los dibujos animados, Alberto Fernández, frenó antes del precipicio, y aceptó un acuerdo de entendimiento con el FMI

El presidente Alberto Fernández, y la directora gerente del Fondo Monetario Internacional, Kristalina Georgieva, llegaron a un "acuerdo razonable"

Los amigos lo corrían de atrás. Cristina en Honduras le mojaba la oreja al FMI hasta asociarlo al narcotráfico; y en C5N -programa especial altas horas noche del jueves- una tropa de economistas entusiastas K afirmaba con dramatismo la consigna de Víctor Hugo (el oriental) “firmar un Acuerdo con el FMI es sellar la pérdida de la soberanía”. Fue una noche con toda la carne en el asador kirchnerista insistiendo en la arremetida final.

La mañana siguiente los más entusiastas de la “pibes para la revolución”, recibieron un balde de agua fría que apagó lo que quedaba del fuego nocturno. Pagamos la cuota para poder sentarnos y además cerramos el compromiso camino al Acuerdo en condiciones, como mínimo, razonables.

Seguro que no nos ponen en “el potro” del ajuste brutal del gasto público más las reformas. Pero los detalles están en la letra chica y “gris es toda teoría y verde el árbol de oro de la Vida” (Goethe). Y hasta que el bicho no camina no sabemos si es bueno o malo.

Los detalles están en la letra chica y “gris es toda teoría y verde el árbol de oro de la Vida” (Goethe)

Pero, quién fuera secretario de economía de Cristina Fernández de Kirchner, bajo la gestión Axel Kicillof, la más desastrosa de todos los años K que dejó al BCRA sin una moneda, atraso cambiario y más pobreza sin medir porque estigmatizaba, el economista Emmanuel Álvarez Agis dijo que el Acuerdo “sorprende por lo bueno”.

Viniendo del riñón de la cultura K los sorprendidos por su afirmación somos los demás: el ya sabe con esos pocos datos que es bueno. Un prodigio de interpretación.

Pero ya se sabe que en el mundo de los conversos (Patricia Bullrich, Miguel Pichetto, para citar los famosos) la desmesura es una necesidad.

El futuro inmediato

¿Qué nos espera en la vida de la política mediática? ¿La venganza de tipo 1, la de las fuerzas K alineadas con CFK, será terrible? ¿Por ejemplo toneladas de piedra en Tribunales?

El 1 de febrero, el día de la Corte, tomaremos la temperatura. Puede pasar lo peor, un brutal enfrentamiento interno, o el milagro. No el que avisó Joseph Stiglitz. Sino el de un gobierno con un solo rumbo. Todos se ponen detrás de Alberto y Guzmán y eso, a esta altura, es un milagro.

Todos se ponen detrás de Alberto y Guzmán y eso, a esta altura, es un milagro (Franco Fafasuli)

Nos preguntamos por la venganza de tipo 2, la de los adalides de “las reformas”. El coro de economistas de la oposición que no dan crédito a los que sus “ortodoxas orejas de manual” están oyendo. ¿Cómo? ¿Qué el FMI no pide “las reformas” y tampoco una estampida de tarifas? ¿Y ahora qué decimos? ¿Cuál será, entonces, la catilinaria de todos los programas de TV opositores? ¿Y cuál aquella de los programas de TV oficialistas? ¿Se imaginan a todos a una aplaudiendo el acuerdo? Difícil. Sobre todo para C5N.

Por lo pronto los “libertarios” -animadores de la TV opositora están medios divididos. José Luis Espert dijo “firmaste una canción de cuna” “Es cualquiera este acuerdo” “Es una burla”. “Otra estafa”. ”Un gran tarifazo para la gente”. Pero “Soy crítico… pero antes a votar a favor o en contra necesitamos tener los números”. Burla, estafa, tarifazo…pero no sé si voy a votar a favor o en contra. ¿? Digamos que el consultor, ahora Diputado, no la tiene clara.

El que dice tenerla clara es Javier Milei “no está dispuesto a “convalidar” el acuerdo” “No vamos a acompañar esta porquería de acuerdo con el FMI porque representa el modelo del fracaso argentino”.

Otro milagro! van abrazados Milei y Víctor Hugo. Todo es posible en la “chantapolítica”. A confundir que sino baja el rating.

Volvamos. Ahora para algunos, con revisiones trimestrales del FMI hasta el final del mandato, ya no se pierde la soberanía. La gente cambia. Aquí todos están subidos a un tiovivo de la política.

Para algunos, con revisiones trimestrales del FMI hasta el final del mandato, ya no se pierde la soberanía. La gente cambia

¿Pero Cristina Fernández de Kirchner hará mutis por el foro, reconocerá que no le obedecieron o dirá - ¡horror! – estaba equivocada?

Para otros el FMI, aceptando un programa mesurado, casi lento, de equilibrio de las cuentas fiscales y de ordenamiento monetario, pero sin las “machacadas reformas”, se ha convertido en la “traición de la burocracia internacional”.

Por lo que ha trascendido el Acuerdo carece de exigencias incumplibles (EFE)

Por lo que ha trascendido el Acuerdo carece de exigencias incumplibles.

Por eso tiene el apoyo explícito de la CGT -a pesar de los discursos belicosos de la CTA- y también el de todas las organizaciones empresariales.

Digamos que el Acuerdo o el avance en el Acuerdo, ha logrado la convergencia del “mundo real”. Y el desconcierto de los agitadores de la espuma, integrados al oficialismo, a la oposición o al periodismo militante.

La mejor noticia, más allá de la crítica que merece el desmesurado tiempo de una negociación que podría haberse cerrado en los mismos términos hace muchos meses, es que gracias a evitar el default (que muchos en la Casa Rosada promovían desde el principio) los sectores de la economía real han encontrado el motivo para una convergencia y un buen clima para comenzar conversaciones sobre el futuro que, como todos sabemos, no se define ni se juega en este acuerdo con el acreedor financiero sino cuando empecemos a acordar cómo empezar a crecer, desarrollarnos y progresar.

Toda esta discusión es nada frente al 40% de pobreza, el estancamiento de cuatro décadas, el desempleo real que está por encima del 20% y las estrategias vigentes de combate al atraso

Porque toda esta discusión es nada frente al 40% de pobreza, el estancamiento de cuatro décadas, el desempleo real que está por encima del 20% y las estrategias vigentes de combate al atraso y procura del progreso que, sin ninguna duda, son absolutamente insuficientes y ni remotamente sugieren que vamos a salir del enorme default social, cultural y económico en el que nos estamos hundiendo.

Lo del FMI está muy bien. Pero es obvio que es absolutamente insuficiente. Lo grave es que para esto trabajaron dos años. ¿Se imaginan cuánto le va a llevar definir como escapar del default histórico del país?

No perdamos las esperanzas. Pero mejoremos las discusiones. Menos personajes vulgares y más convocatoria a los talentos que los hay. Hoy puede ser un gran día.

Pero depende de lo que hagamos mañana. Y no hay mañana sin un programa, consensuado, de largo plazo. Lo del FMI es un puente. Nada más.

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