El 22 del corriente Infobae informó sobre la futura realización de una serie sobre Carlos Gardel, a cargo del joven y prestigioso Luis Ortega.
El entusiasmo provocado por esta noticia, se opacó al instante, al comprobar el desconocimiento que sobre la vida de nuestro artista tienen, tanto el propio Ortega cuanto sus asesores, incluido el historiador Felipe Pigna, autor de un reciente libro sobre Gardel.
Atribuye Luis Ortega a Gardel el haber sido ladrón y cantor oficial para una supuesta mafia del Abasto, también llevar desde niño un balazo en su cuerpo (sin aclarar cómo y por qué), y el cantar para los presos de Ushuaia. Todas estas afirmaciones no tienen sustento documental alguno. Sin contar con el extraño elogio que la voz de Gardel “hacía las delicias de matones y degolladores”.
En fin, para completar el cuadro, en otro reportaje el historiador Pigna nos asegura dos cosas. La primera, que Gardel es francés y la segunda que “en el medio” (supuestamente de la vida de Gardel) apareció un pasaporte uruguayo. Estas dos afirmaciones son inexactas.
Gardel nació en Francia, efectivamente, pero se nacionalizó argentino. Por lo tanto, la respuesta correcta a cuál era la nacionalidad de Gardel es simple: argentino.
En cuanto a la “aparición” del pasaporte uruguayo, sólo cabe afirmar que Gardel, ciudadano argentino, utilizó en todos sus trámites y viajes documentación argentina. Todos sabemos que la documentación y recuerdos de Gardel que poseía Irineo Leguisamo, está en posesión de Palito Ortega, su heredero, y suponemos que Luis habrá participado más de una vez en charlas familiares sobre el tema. Por eso resultaría doblemente doloroso que, so pretexto de una serie, se mancillara la memoria de la excelente persona que fuera en vida nuestro querido y admirado Carlos Gardel.
Sin petulancia y con toda sinceridad, me ofrezco a asesorar “ad-honorem” a los realizadores de la serie, para evitar que la aparente intención de homenajear a Gardel, termine resultando un ultraje a su memoria.
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