Para recuperar Malvinas, hay que encarecer los costos de ocupación colonial

Respuesta al artículo publicado por el ex Embajador, Roberto García Moritán

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Mural que reivindica la soberanía de Argentina sobre las islas Malvina
Mural que reivindica la soberanía de Argentina sobre las islas Malvina

El ex Embajador Roberto García Moritán, de larga trayectoria diplomática tanto en funciones bilaterales como en el ámbito multilateral, publicó un artículo en Infobae bajo el título Islas Malvinas: es hora de poner el futuro delante del pasado”.

Los abajo firmantes, veteranos de la guerra de Malvinas, discrepamos con las expresiones del ex Embajador por considerarlas contrarias a lo establecido en la Disposición Transitoria Primera de nuestra Constitución Nacional, falaces desde el punto de vista histórico, y funcionales a los intereses coloniales británicos en el Atlántico Sur.

El articulista comienza haciendo referencia al Acuerdo de Comunicaciones de 1971, enmarcado en el espíritu y contexto de la Resolución 2065 de la Asamblea General de la Naciones Unidas de 1965. Eran tiempos en que el Reino Unido de Gran Bretaña se había manifestado dispuesto a discutir con nuestro país la transferencia de la Soberanía, intención que había explicitado en el Memorándum de Entendimiento de 1968, mientras se respetara el modo de vida de los habitantes de las Islas.

A partir de allí, en efecto, la Argentina realizó todos los esfuerzos posibles para generar confianza entre los habitantes de las Islas, proveyéndoles gas, construyendo un aeropuerto, estableciendo vuelos regulares, enviando maestras bilingües, brindando asistencia médica, otorgándoles becas para estudios de nivel secundario y superior, etc.

Todos esos esfuerzos resultaron en vano, porque el Reino Unido decidió congelar toda conversación con nuestro país, a partir de dos factores de su propia política interna: 1) la presión de la Falklands Islands Emergency Committee; 2) los prometedores resultados sobre relevamiento de recursos hidrocarburíferos, ictícolas y minerales, contenidos en los Informes Griffiths y Shackleton.

El diplomático García Moritán no debería omitir esos hechos. Sin embargo, en el propio epígrafe del título, asevera: “Para acordar un período de vínculos y estímulos recíprocos monitoreado por Argentina y el Reino Unido con representación isleña”, contradiciendo abiertamente la posición argentina de reconocer los intereses de los isleños, y no sus “deseos”, sin aceptar jamás la categoría de contraparte a los isleños en ningún diálogo y /o negociación.

Abogar por una “representación isleña” es adoptar como propia la principal trampa británica frente al reclamo argentino, porque supondría desconocer la violencia original del despojo, expulsando a los pobladores argentinos y procediendo a la implantación de una población exógena a la geografía, a la etnicidad patagónica, y a la cultura de la naciente Argentina.

A continuación, García Moritán, define su propuesta como diplomacia creativa: “Es hora de poner el futuro delante del pasado para acordar un período de vínculos y estímulos recíprocos monitoreado por Argentina y el Reino Unido con representación isleña. La creatividad, en momentos de intransigencia, es la que da valor a la diplomacia”.

Pero no hay nada de original ni creativo en la llamada “teoría de la seducción de los kelpers”, como ya lo vimos en los fracasados intentos de principios de la década del 70, que fueron retomadas a fines de la misma por José Alfredo Martínez de Hoz en sus conversaciones con los británicos, por Guido Di Tella y sus ositos “Winnie Poo” en la década del 90, o por Susana Malcorra y Jorge Faurie en el pasado gobierno.

Vamos a repasar algunos acuerdos diplomáticos bilaterales relacionados con la cuestión Malvinas, que demuestran claramente que las “creativas propuestas” no son tales, y que si nos encontramos en la actualidad en posición desfavorable, es por haber aplicado las recetas que el ex diplomático nos quiere recomendar como remedio.

Durante el Gobierno de Carlos Menem, se suscribieron los Acuerdos de Madrid I y II, que fueron definidos con precisión como “los verdaderos tratados de rendición de la Argentina a su majestad británica”.

Luego, durante el reciente gobierno de Mauricio Macri, se aplicaron las siguientes acciones bilaterales, continuidad perfecta de las políticas claudicantes de Menem.

-Acuerdo Foradori – Duncan, para “el mejoramiento de las relaciones entre la Argentina y el Reino Unido” (13 septiembre 2016).

-Declaración de Intención entre el Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva de la República. Argentina y el Departamento de Comercio, Energía y Estrategias Industriales del RU (2016).

-Memorando de Entendimiento entre el Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas y la Royal Society (2016).

-Acuerdo por Canje de Notas entre Argentina y el Reino Unido de Gran Bretaña e Irlanda del Norte, relativo a los restos de soldados argentinos sepultados en el cementerio de Darwin, Mandato de los gobiernos (argentino y británico) al Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR) y Plan de Proyecto Humanitario entre ambos países y el CICR (2016).

-Memorando de Entendimiento entre Francis Crick Institute, Glaxosmithkline Reserch and Develop limited y el Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva de la Rca. Argentina (2017).

-Memorándum de Entendimiento entre el Secretario de Estado de Comercio Internacional del Reino Unido de Gran Bretaña e Irlanda del Norte y el Ministerio de Producción de la República Argentina sobre el Establecimiento del “Dialogo Comercial Reino Unido-Argentina (2017).

-Declaración sobre el encuentro entre Miembro del Parlamento Greg Hands (partido conservador) y el Grupo de Parlamentarios de Amistad del Congreso de la Nación Argentina (20 de marzo de 2017).

-Memorándum de Entendimiento entre el Sistema Federal de Medios y Contenidos Públicos y el British Council (2018).

-Memorándum de Entendimiento en Cooperación Científica Antártica entre el Instituto Antártico Argentino y el British Antartic Survey (2018).

-Memorando de Entendimiento entre el Ministerio de Seguridad de la. Argentina y el Ministerio del Interior del Reino Unido (2018).

-Memorándum de Entendimiento sobre la Colaboración en Materia de Investigación e Innovación sobre Resistencia Antimicrobiana (RM) entre el Ministerio de Salud de la República Argentina y el Departamento de Salud y Atención Social del Reino Unido (2018).

A ellos, habría que sumar el agregado de un vuelo regular a las Islas que parte de San Pablo (Brasil), las concesiones petroleras en las cuencas patagónicas no disputadas a empresas ligadas a las compañías británicas dispuestas a explotar ilegalmente las cuencas adyacentes a Malvinas o el abandono de los reclamos sobre la concesión ilegal de licencias de pesca en aguas correspondientes a nuestras Islas, para agregar otros ejemplos.

Todos acuerdos en perjuicio de la Argentina y en beneficio británico, salvo el supervisado por el CICR para la práctica de pericias forenses, que fue inteligentemente utilizado por la diplomacia británica para encubrir las concesiones inusitadas que obtuvieron durante ese período.

Si la “creatividad” que pretende García Moritán es la continuidad de los hechos mencionados, la Argentina estaría ejecutando y tomando como propias las líneas argumentales, pretensiones y hechos consumados de Gran Bretaña, en detrimento de los intereses de la Nación y del pueblo argentino.

Una propuesta creativa y seria debe estar anclada en los intereses nacionales; pragmática, en tanto responda a la agenda de la Argentina y no a la del país invasor.

Llama poderosamente la atención que el ex Embajador, que cumplió en distintas etapas de su carrera profesional, misiones en materia de control e inspección de armas nucleares y de destrucción masiva, no haya emitido opinión ante la revelación que los británicos trajeron en 1982 al Atlántico Sur varias armas nucleares, según se desprende de la desclasificación de documentos secretos del Reino Unido de hace escasos días. García Moritán exige creatividad diplomática para debilitar los argumentos de nuestro reclamo, pero carece de ella a la hora de detectar las vulnerabilidades de la potencia ocupante.

Quienes pusimos a disposición nuestras vidas en defensa de la integridad territorial de nuestra Patria, conocemos perfectamente la naturaleza de estas posiciones, a las cuales venimos enfrentando desde hace cuarenta años. La razón fundamental es que a los generadores de este tipo de propuestas, no les duele Malvinas. Abordan la problemática de la ocupación británica de nuestro territorio solamente desde la perspectiva de la Cuestión Malvinas, como si se tratará de un problema meramente técnico. En las antípodas, la inmensa mayoría del pueblo argentino abreva en la Causa Malvinas, sufre el despojo como una herida grave, la percibe como la síntesis de nuestra situación colonial y constituye el principal factor de reafirmación identitaria y de unidad nacional: “Malvinas nos une”.

La ausencia de una política de Estado –coherente y perseverante- es la causa de nuestros principales desaciertos. La Cuestión Malvinas y la Causa Malvinas, son la cara y el anverso de un Objetivo Nacional plasmado en la Carta Magna vigente.

Mientras haya diplomáticos que no tengan asumido que Malvinas es un problema multidimensional, que trasciende a un reclamo, que los efectos de la ocupación, la presencia militar descomunal y el daño son gravísimos, continuará prevaleciendo el lineamiento de que “no necesitamos territorio”, que “recuperar Malvinas significarían un déficit”, que “¡bien por cambiar tierras por dólares!” (o por dosis de vacunas), que “no hay que enemistarse con Occidente”, etc., etc.

A contramano de la propuesta del artículo de referencia, sostenemos que entre las mejores estrategias que tiene la República Argentina para acercarnos al objetivo de una solución negociada con el Reino Unido, se encuentra una clara y perseverante política de encarecimiento de los costos de la ocupación colonial. Es decir, que les resulte más beneficioso sentarse a negociar, que mantener el statu quo colonial.

La conmemoración del 40º aniversario de la recuperación de Malvinas y de los territorios correspondientes, debe ser ocasión para que nuestra diplomacia, así como el conjunto de nuestra clase dirigente, asuman nuevos paradigmas; que la “Cuestión Malvinas” (razones técnicas e implementación de políticas concretas), sea compatible con la “Causa Malvinas” (sentimiento profundo de la comunidad nacional).

Por la memoria de nuestros Héroes, y por el futuro de nuestros hijos y nietos:

¡Malvinas Volveremos!

Fernando Pablo Cangiano, Ex Soldado VGM, DNI 14.189.366 (Escuadrón de Exploración de Caballería Blindada X, Ejército Argentino).

Jorge Andrés Fernández Cabral, Ex Soldado VGM, DNI 14.493.184 (Regimiento de Infantería Mecanizada Nº 6, Ejército Argentino).

Ricardo Benjamín Flores, Ex Soldado VGM, DNI 14.241.393 (Cdo. y Ser III° Brigada de Infantería. RI 4, Ejército Argentino).

Cesar Horacio González Trejo, Ex Soldado VGM, DNI 14.886.219 (Regimiento de Infantería Mecanizado 3, Ejército Argentino).

Rubén Víctor Pablos, Ex Soldado VGM, DNI 16.044.545 (Regimiento de Infantería Mecanizada Nº 7, Ejército Argentino).

Héctor Domingo Tessey, Capitán (R) VGM, DNI 11.303. 574 (Grupo de Artillería Nº 3, Ejército Argentino).

Jorge Daniel Torres, Ex Soldado VGM, DNI 14.954.267 (Regimiento de Infantería Mecanizada Nº 25,Ejército Argentino)

Miguel Ángel Trinidad, Ex Soldado VGM DNI 16.557.532, (Regimiento de Infantería Mecanizado 3, Ejército Argentino).

Juan Roberto Vera, Cabo Principal (R) VGM DNI 10.135.921 (Crucero A.R.A. “Gral. Belgrano”).

Rubén Alfredo Vicente, Ex Soldado VGM, DNI 16.101.441 (Compañía de Comunicaciones Mecanizada Nº 10, Ejército Argentino).

José Francisco Zelaya, Ex Soldado VGM DNI 16.176.322 (Batallón de Infantería Antiaérea, Armada Argentina).

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