“No mires arriba” o los tres “cometas” que enfrenta Argentina

El ex embajador evoca la película protagonizada por Leonardo DiCaprio y Jennifer Lawrence como ejemplo de sociedades que no atienden problemas que amenazan su propia supervivencia. Los riesgos y desafíos que tiene por delante el gobierno de Alberto Fernández y Cristina Kirchner

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"No Mires Arriba". Una parábola
"No Mires Arriba". Una parábola que debería tenerse en cuenta en Argentina.

La película que ha sido el “hit” del inicio del año, “No mires arriba” (Don’t Look Up), una sátira brillante que pinta con crudeza la “alienación” que padecemos la mayoría de los mortales frente a los mecanismos de “comunicación de masas”. Pero también desnuda la mediocridad y el cortoplacismo de una dirigencia incapaz de priorizar lo importante frente a la presión cotidiana de hechos frívolos o secundarios.

He aquí el guión de la película disponible en Netflix: se acerca a la Tierra un cometa de enormes proporciones que, en seis meses, impactará nuestro planeta y destruirá todo vestigio de vida. Sin embargo, un comisario candidato a la Suprema Corte, el romance de dos cantantes o un pedo de Sting desplazan la atención pública y, en el caso de la Presidenta de los EEUU, un negocio multimillonario propuesto por un mega empresario amigo, es más importante que una operación posible para desviar el cometa y evitar el holocausto final de la humanidad.

Alberto Fernández en la reunión
Alberto Fernández en la reunión con gobernadores en Casa Rosada.

Podríamos hacer una larga lista de “Cometas” que amenazan la seguridad y la existencia misma de nuestro planeta y que pasan a segundo plano opacados por personas y/o eventos que no deberían despertar la menor atención o ser sólo misceláneas en los momentos de ocio o entretenimiento. Concentrémonos en “tres cometas” que están cayendo sobre Argentina en el curso de los próximos tres meses:

1- La nueva ola de la Pandemia

2- La inflación galopante

3- El default que se concretará en marzo si no pagamos la cuota que se vence con el FMI y que, por la cláusula de “cross default” -una deuda que no se paga produce en cascada el default de todas las otras- nos llevaría al noveno default de nuestra historia, por un moto superior a los USD 300.000 millones (el doble del default del 2001)

Vale la pena aclarar que el FMI NO ES UN ENEMIGO, es un Organismo Internacional que nuclea a todos los socios de Argentina -con Estados Unidos, China, Japón y la Unión Europea a la cabeza- del cual SOMOS PARTE, que nos ha asistido durante TODAS las administraciones civiles y militares, radicales, peronistas, desarrollistas o de Juntos por el Cambio.

El Gobierno perdió las últimas elecciones del 14 de noviembre pasado. Sin embargo, retuvo el 30% de apoyo que legitima plenamente su capacidad de Presidir el país y convocar a la oposición para consensuar un “Programa de Emergencia” que nos permita enfrentar los “3 Cometas” inminentes.

Alberto Fernández y Cristina Kirchner
Alberto Fernández y Cristina Kirchner en el último acto que mantuvo en Plaza de Mayo.

Sin lugar a duda, ese 30% NO LE ALCANZA para gobernar en soledad y, mucho menos, para hacerse cargo del “tsunami” que ya llegó a nuestras costas. Lo que sí hacemos es perder el tiempo insultando y responsabilizando de todos los males a la anterior administración -solo 4 años de una cadena de errores y horrores de más de 50 años-, tratando de demostrar siniestras conspiraciones y persecuciones o discutiendo sobre “el idioma inclusivo”, mientras prohibimos la minería o limitamos las exportaciones agropecuarias (única forma de acceder a los dólares que necesitamos para reactivar nuestra industria y generar empleos genuinos, sino ver Australia, Canadá, Rusia o Brasil).

LO PEOR es que discutimos por UNA FOTO del ministro de Economía con gobernadores alrededor de una mesa, como si esto dejara de lado la falta de programa y de consenso REAL para enfrentar la tormenta que se avecina.

¿No habrá llegado el momento de “Mirar arriba” y enfrentar con patriotismo los problemas centrales que nos aquejan, dejando de lado las apetencias personales o partidarias?

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