Cartera de inversión: qué y cómo

Elegir los activos en los que se va a invertir requiere sopesar el riesgo al que se está dispuesto a exponerse, los plazos de inversión y el grado de conocimiento de cada activo

El riesgo no es algo malo, sino algo a entender antes de decidir una inversión

Crear una cartera de inversiones es importante para cualquier persona que quiera preservar sus ahorros. En ella se concentran un conjunto de activos financieros en los cuales se invierte y se obtienen diferentes rentabilidades. Si bien puede parecer sencillo y uno tendería a inclinarse hacia aquellas inversiones más rentables, hay varios puntos a tener en cuenta.

Lo primero que hay que entender a la hora de armar una cartera es que el riesgo y la rentabilidad son opuestos, donde hay mayor rentabilidad hay mucho riesgo, y donde hay menor rentabilidad hay menos riesgo. Entonces hay que decidir hasta qué punto uno está dispuesto a arriesgar y hasta qué punto prefiere inclinarse por opciones más seguras, aunque menos rentables. Esto no quiere decir que el riesgo sea malo, sino que hay que entenderlo antes de tomar decisiones.

“Donde hay mayor rentabilidad hay mucho riesgo, y donde hay menor rentabilidad hay menos riesgo”

A partir de acá uno tiene que saber qué es lo que quiere de su cartera y si eso que quiere es compatible con su situación, ya que no es lo mismo si se tienen 30 años con toda la carrera por delante, o si se tienen 70 años y se quiere preservar lo hecho. Además, un punto muy importante es tener en cuenta los gustos de cada uno y decidir de acuerdo a ellos. Por ejemplo, si uno quiere estar pendiente de las alzas y bajas de sus inversiones puede elegir un camino, pero si prefiere mayor tranquilidad puede elegir otro. Esto es importante para estar cómodo y conforme con las propias decisiones.

Por otro lado, además de los gustos también hay que considerar los conocimientos que se tienen de las diferentes inversiones. Hay que entender lo que se está haciendo, dónde se está invirtiendo y cómo seguir esas inversiones, porque si no se tiene esta base hay peligro de caer en estafas. Lo mejor es siempre ir hacia donde uno se sienta seguro.

“Hay que entender lo que se está haciendo, dónde se está invirtiendo y cómo seguir esas inversiones, porque si no se tiene esta base hay peligro de caer en estafas”

Lo ideal en una cartera de inversión es generar un equilibrio entre aquellas inversiones de baja rentabilidad pero seguras que le permitan a uno estar tranquilo y aquellas de mayor riesgo que pueden traducirse en mayores ganancias. Por ejemplo, tener un 20% de propiedad de Real Estate en los Estados Unidos es algo que va a dar una rentabilidad baja pero segura y ayuda a estabilizar la cartera. Otras inversiones de mayor riesgo podrían ser los bonos de países, acciones e incluso las criptomonedas.

Lo importante entonces es no ir al atajo, es decir, no ir directamente a invertir en donde se dice que hay más posibilidad de ganancias, sino evaluar riesgos y beneficios de acuerdo al propio gusto y experiencia para construir desde allí nuestra cartera.

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