La nueva economía en América Latina

En un contexto globalizado, nuestra región podría quedar nuevamente rezagada mientras Asia continuará con sus políticas de absorber inversiones

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El ex ministro de Finanzas griego Yanis Varoufakis
El ex ministro de Finanzas griego Yanis Varoufakis

El economista Yanis Varoufakis se permitió sugerir al Presidente electo de Chile, Gabriel Boric, el aumento de recursos a disposición del pueblo a través del sistema bancario. Varoufakis consideró que Chile debe elevar el porcentaje de endeudamiento recurriendo a la emisión para satisfacer las expectativas creadas durante la campaña electoral y que esos fondos solo podrían utilizarse mediante transferencias para evitar que se canalicen a la adquisición de moneda extranjera. La propuesta se asemeja al “corralito” ideado por Domingo Cavallo durante la crisis de 2000/2001 que preveía la utilización masiva de los posnet para que el dinero circulara sólo entre cuentas bancarias y no provocaran la quiebra en cadena de los bancos.

Cuando estaba en funciones, el ex Ministro de Hacienda de Grecia intentó crear un sistema de pagos paralelo con el uso de los códigos de impuestos. La iniciativa de Varoufakis provocó pánico porque se temió que el objetivo real era forzar el cambio del euro por el dracma para independizar a Grecia del cerrojo de los acreedores europeos. Varoufakis pretendía evitar la fuga de capitales que habían descapitalizado a los bancos griegos que no podían responder a la corrida para retirar los depósitos y evitar la eventual pérdida de valor de los ahorros. El Presidente Tsipras terminó pidiéndole la renuncia ante el fracaso de todas sus gestiones.

Varoufakis integra la lista de economistas europeos y norteamericanos como Joseph Stigliz, Jeffrey Sachs, Mariana Mazzucato y Thomas Piketty críticos del funcionamiento del sistema capitalista porque habría acentuado la desigualdad de la distribución de ingresos en los últimos treinta años. Todos ellos están vinculados a la Academia Pontificia de donde surgen estudios y declaraciones lamentando la pobreza y el descarte de los trabajadores; comparten la opinión de aumentar el rol y los gastos del Estado para orientar la economía financiándolo con transferencias de recursos vía nuevos impuestos sobre el sector privado. El cuadro se completa culpando al régimen capitalista de la crisis del cambio climático por su afán depredador de la naturaleza y su infinita avidez por obtener ganancias sin importarle las consecuencias sobre el medio ambiente.

Este grupo de economistas encontró en América Latina el campo fértil para promover sus ideas. Los principales líderes políticos no cesan de repetir que América Latina tiene la peor distribución del ingreso y niveles insostenibles de pobreza en sus diferentes facetas. La pandemia del COVID contribuyó a robustecer estas posiciones al afectar en forma desigual a los países que no tenían recursos para sostener la economía y afrontar la crisis del sistema de salud. La CEPAL aportó sustento estadístico y se convirtió en vocera reiterando con vehemencia la gravedad de la pobreza y la distribución del ingreso a pesar de los indudables progresos de los últimos treinta años.

Los oídos prestos en América Latina contrastan con la escasa repercusión que ese mismo grupo tiene en Europa, con excepción de España, y Asia. Varoufakis se encarga de destrozar las políticas de la Comisión Europea y del BCE a quienes acusa de distribuir los recursos entre las grandes empresas abandonando a los ciudadanos. Stiglitz y Sachs no dejan de criticar a la FED y el BCE mientras Mazzucato y Piketty hablan de un Estado que ahora sería eficiente y nuevos impuestos. Los países asiáticos parecieran recorrer el camino inverso al emprendido por América Latina. La simple recorrida por los discursos de Xi Jinping y las políticas de Narendra Modi muestran el interés en promover la inversión para disminuir la pobreza. El Sudeste Asiático, Corea y Taiwán tienen políticas similares. Ninguno de estos países intenta revertir la ecuación económica porque apostaron al desarrollo, la educación y la creación de empleos. Xi Jinping ha reiterado la importancia del mercado para asignar los recursos y además se comprometió a profundizar las reformas.

La aplicación de teorías experimentales genera el riesgo de que los resultados no sean los esperados. En un contexto globalizado, América Latina podría quedar nuevamente rezagada mientras Asia continuará avanzando con sus políticas de absorber inversiones que contribuyan a modernizar su estructura productiva y tecnológica.

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