Hayek, Alberdi y L. Erhard: se trata de la libertad, Sr. Feletti

El problema con las políticas de contenido voluntarista por parte del gobierno, es que al querer violar las leyes de la economía y del funcionamiento de la sociedad, sólo lograran que se produzca el “cierre” de un determinado problema al costo de “abrir” otros de mayor magnitud

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Roberto Feletti
Roberto Feletti

Controles cambiarios, congelamiento de precios, leyes de abastecimientos, impuestos exorbitantes y aislamiento de las corrientes de inversión y comercio, entre otras medidas, han sido y son el paisaje habitual de las crisis argentinas. Ahora, ¿por qué la República Argentina, parte de sus ciudadanos, se caracterizan por su bostezante recurrencia en apoyar políticas económicas que han evidenciado en el tiempo su fracaso? Aunque no resistan la evidencia empírica, desde la llegada de Roberto Feletti al gobierno estas medidas se exacerban casi sin resistencias.

Señala Friedrich Von Hayek en su libro “Camino de servidumbre”, capítulo 7, “La intervención económica y el totalitarismo”, que el error por parte de la sociedad de solamente aborrecer intromisiones del estado en el campo político, pero no rechazar las interferencias en el campo económico de igual forma, no visualiza que el control de la producción de riqueza por parte del gobierno, es el control de la vida humana misma. La cuestión de la intervención económica es profunda, en definitiva, se dirime en: “si seremos nosotros quienes decidamos acerca de lo que es más y lo que es menos importante para nosotros mismos o si ello será decidido por el planificador”. A la larga, el poder interventor seria menos efectivo si el consumidor fuera libre para gastar sus ingresos conforme a sus gustos.

¿Por qué la República Argentina, parte de sus ciudadanos, se caracterizan por su bostezante recurrencia en apoyar políticas económicas que han evidenciado en el tiempo su fracaso?

Una observación de Hayek muy valedera, que recuerda tanto a lo sucedido en Venezuela, un camino que muchos aquí idealizan recorrer, y a este momento de la Argentina, con un gobierno que dificulta fuertemente el contacto con el exterior ya sea vía restricciones a la compra de moneda extranjera, adquisiciones de pasajes o las importaciones/exportaciones de bienes y servicios. ‘’En ninguna parte se ilustra mejor que en el ámbito del cambio exterior la extensión de la intervención sobre la vida entera que confiere el control económico. A primera vista, nada parece afectar menos a la vida privada que la intervención oficial de las operaciones sobre el cambio exterior, y la mayoría de la gente consideraría su introducción con completa indiferencia. Y, sin embargo, la experiencia de la mayoría de los países continentales ha hecho que la gente reflexiva considere este paso como un avance decisivo en el camino del totalitarismo y de la supresión de la libertad individual”.

Sobre este último asunto, Ludwig Erhard autor del “milagro económico alemán”, en su libro “Bienestar para Todos”, califico al control de divisas como ‘’el símbolo del mal, sea cualquiera el ropaje con que se presente’'. Sostenía que: “Esta mala economía, así originada, es la que llevó a las distintas economías nacionales a la idea perfectamente suicida de suprimir la competencia para poder progresar”. Convierte al comercio exterior: ‘’en función de la política de poderío estatal y fue dejando de cumplir su misión de servir a la prosperidad económica de todos los ciudadanos de un mundo libre”.

Alberdi advertía que la recaudación nunca podía obtenerse a costa de la libertad del individuo y que los gobiernos tendían a avasallar libertades individuales y sus derechos naturales a la hora buscar más recaudación

Los impuestos exorbitantes también son otro ataque a la libertad individual. El camino que conduce a la destrucción de las instituciones republicanas implica un proceso donde los gobiernos han comenzado a dominar directamente más de la mitad de la renta nacional, es decir el manejo o condicionamiento de los resortes que hacen al libre desenvolvimiento de los habitantes de la nación.

Alberdi advertía sobre esto, al señalar que la recaudación nunca podía obtenerse a costa de la libertad del individuo y que los gobiernos tendían a avasallar libertades individuales y sus derechos naturales a la hora buscar más recaudación: “la tendencia natural de la renta pública. es a ser grande y copiosa; pero en la doctrina económica de la Constitución argentina, la abundancia de la renta pública depende del respeto asegurado a los derechos naturales del hombre, en el empleo de sus facultades destinadas a producir los medios de satisfacer las necesidades de su ser. Esos derechos, en que reposa el sistema rentístico, son la propiedad, la libertad, la igualdad, la seguridad en sus relaciones prácticas con la producción, distribución y consumo de las riquezas”.

Ahora, ¿cuál es el tipo de intervencionismo que tanto Hayek, Alberdi y L. Erhard observan? Una excelente explicación, la ofrece el Dr. Ricardo Rojas en su libro la ‘’Supresión del derecho de propiedad como crimen de lesa humanidad’', definiendo este concepto como un modelo de gobierno basado en un sin número de acciones estatales irregulares, en la cual millones de finalidades individuales, persiguiendo valores personales, en uso de capacidades y conocimientos dispersos, son sustituidos por la decisión centralizada. Se impone compulsivamente a personas decisiones que no tomo y las consecuencias de los errores del interventor. Cuando se admite deseable o aceptable la intervención estatal en asuntos privados, tal intervención tendera a convertirse en ilimitada y las limitaciones constitucionales al poder de intervención serán anecdóticas.

Toda nueva intervención que busque solucionar esos fallos provocados por el mismo gobierno, implicara un retroceso de las libertades en Argentina, comprender esto es vital para nuestro futuro

El error de aceptar que el estado tiene valores superiores que puede imponer, financiado con recursos de los habitantes, se materializara en formas más profundas y peligrosas de intervención que resultaran inevitables.

El problema con las políticas de contenido voluntarista por parte del gobierno, es que al querer violar las leyes de la economía y del funcionamiento de la sociedad, sólo lograran que se produzca el “cierre” de un determinado problema al costo de “abrir” otros de mayor magnitud que el anterior. Toda nueva intervención que busque solucionar esos fallos provocados por el mismo gobierno, implicara un retroceso de las libertades en Argentina, comprender esto es vital para nuestro futuro.

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