Estereotipadas, poco representadas o discriminadas, el liderazgo femenino en emprendimientos, empresas o desarrollos hace unos años atrás era una utopía.
El cambio de paradigma en este sentido comenzó a ser una realidad, y cada vez somos más aquellas mujeres que lideramos nuevos emprendimientos, organizaciones reconocidas o ingresamos en terrenos que durante muchos años estuvieron otorgados al mundo masculino.
Según datos de la Global Entrepreneurship Research Association, en el continente americano, la mayor proporción de emprendedoras se encuentra en la región Latinoamérica. Asimismo, el Banco Mundial destaca la importancia de fomentar la cultura emprendedora entre las mujeres, dado que información del organismo resalta que, en 2020, uno de cada tres propietarios de empresa es mujer.
Tras un COVID que devastó economías y la necesidad de los países para recuperarse, el rol de los emprendimientos y la innovación es fundamental, y la necesidad de conocer, impulsar y relacionar emprendimientos, desarrollos y experiencias de liderazgos femeninos es clave para seguir fortaleciendo la tendencia, que enhorabuena, ya comenzó a ver resultados y se evidencian con los indicadores.
Leí hace un tiempo una nota en un portal tecnológico, Techcetera.co, que reflexionaba sobre la necesidad y las posibilidades que brinda la incorporación de las mujeres en el mundo tecnológico, entre ellos destacaban que:
1- La inclusión a la mujer reduce la desigualdad social: uno de los trabajos mejores pagos son los que se asocian con la informática, y el acceso de las mujeres a este tipo de trabajo es mínimo. Al menos el 95% de los trabajos incluyen tecnología y por eso es fundamental que todas desarrollemos habilidades en esa área y así disminuir la desigualdad en futuras generaciones.
2- La mujer ayuda a mejorar la innovación técnica: se han realizado investigaciones sobre ambos géneros y en las mujeres hay un grado superior en la resolución de problemas, innovación y productividad. Por eso, limitar a la mujer al acceso de investigación podría hacer que se pierdan al menos un 50 % de valiosas perspectivas.
3- La participación reduciría la salida de mano de obra: ¿sabías que al menos un 56 % de las mujeres abandonan sus empleos a penas a la mitad de su carrera? En su mayoría tiene que ver con la competencia a la que se enfrentan diariamente –con hombres– y la falta de participación de demás compañeras.
4- Se puede incentivar el pensamiento crítico y liderazgo: para que cada vez las mujeres puedan ser tomadas en cuenta por los hombres necesitan elevar su confianza y seguridad; por eso, al momento de crear tecnología las mujeres comienzan a tomar experiencia en el lenguaje a la hora de explicar su trabajo. Con la creación de un software se puede fomentar el pensamiento crítico y la creatividad.
5- Aumentemos la presencia de mujeres en la tecnología: los puestos en tecnología y ciencias por mujeres se reducen a estas cifras: en Estados Unidos menos del 25% de las mujeres participan en estos puestos y en Reino Unido las cifras son de al menos 15,5% (al momento de consignada la nota referida). Son apenas un 0,5% de mujeres que se inclinan por estudiar este tipo de carreras. Además, según Agyare, para el año 2043 tan solo el 1% de las mujeres ocuparán fuerza tecnológica.
El ingreso para las mujeres a algunos ámbitos específicos suele ser difícil, el de la tecnología es uno de ellos. BANEDI es la primera Batería Digital Neuropsicológica Digital Infantil en español, un desarrollo inédito que permite cambiar el rol de los profesionales en relación y colabora en diagnosticar las causas en las dificultades de los niños para una rápida intervención. Nos encontramos desde su nacimiento con muchas situaciones que nos dificultaban el desarrollo, sin embargo, en el proyecto trabajamos con un equipo interdisciplinario de especialistas en diferentes áreas (neuropediatras, fonoaudiólogas, psicomotricistas, psicopedagogas, terapistas ocupacionales, psiquiatras de niños y adolescentes, docentes), así como también expertos en psicometría y análisis de datos. Y si bien en este desarrollo también participaron varones, la gran mayoría fueron mujeres, que comprometidas con el hacer, colaboraron en romper barreras y ser parte de este proyecto.
Nadie dice que es fácil, mi experiencia como profesional de la salud, investigaciones y, sobre todo, la necesidad de cambiar una situación que posterga el diagnóstico de niños con dificultades en el aprendizaje, me motivaron a emprender. Dejar de lado la desigualdad y los prejuicios me ayudó a mantener el rumbo, a levantarme cada vez que sentí que los ámbitos me relegaban y es clave rodearme de personas que me ayudan a ser resiliente y creativa.
Ojalá estas reflexiones y este espacio permitan y ayuden a muchas mujeres a animarse a crear, participar y ser parte de ámbitos que también son de nosotras.
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