Web 3: cómo matar al intermediario

Todas nuestras actividades online están intercedidas por empresas que se quedan con nuestros contenidos y datos, y no redistribuyen el valor económico que generan gracias a estos. Pero ya existen muchos proyectos que buscan resolver este problema

Guardar
Las nuevas iniciativas se centran en acelerar la transición hacia una economía de datos abierta e inclusiva que nos dé a los ciudadanos el control (EFE/Emilio Naranjo)
Las nuevas iniciativas se centran en acelerar la transición hacia una economía de datos abierta e inclusiva que nos dé a los ciudadanos el control (EFE/Emilio Naranjo)

Web 1: las plataformas crean contenido y ganan dinero. Web 2: gente crea contenido y las plataformas ganan dinero. Web 3: gente crea contenido y gente gana dinero. Internet lo cambió todo y todo cambió tras internet. ¿Es posible dimensionar los fenómenos mientras los estamos viviendo?

La complejización de los problemas, el avance de la tecnología y el empoderamiento social son algunos de los factores clave a la hora de entender parte de la gran revolución que signa nuestro tiempo. Y si te digo intermediario, rápido, ¿qué pensás? Mediador, acuerdo, canales, beneficios. Probablemente ya sepas que todas nuestras actividades online (búsquedas, compras, interacciones) están intermediadas por empresas, plataformas centralizadas, que además de quedarse con nuestros contenidos y datos, no redistribuyen el valor económico que generan gracias a estos.

Hoy existen muchos proyectos que buscan resolver este enorme problema, centrados en la oportunidad de acelerar la transición del mundo hacia una economía de datos abierta e inclusiva que nos dé a los ciudadanos el control. Lo fundamental del planteo es un pasaje hacia la descentralización, un futuro en el que todas las personas, no solo unas pocas, se beneficien directamente de su participación y contribución. El éxito de estas iniciativas dependerá de que muchas personas y organizaciones se comprometan con el aprendizaje de estas lógicas y tecnologías emergentes, que trabajen juntas de forma activa dejando el hype a un lado y adentrándose en lo profundo y maravilloso que estas nuevas visiones proponen.

No importa tanto si las herramientas concretas que ofrece la web 3 son accesibles de usarse hoy en toda una organización. La gran revelación es entender qué nos están diciendo estas nuevas lógicas acerca de la manera en la que hacemos las cosas, qué nuevas lentes aportan a nuestros desafíos más grandes.

¿Cómo sería una organización Open Source? ¿Cómo construir un liderazgo descentralizado, con líderes menos dueños del poder y más parecidos a arquitectos, a visionarios de nuevos contratos sociales que encuentren balances entre la tecnología y el bien común? ¿Cómo funcionaría una organización sin roles estancos definidos, donde los proyectos puedan desglosarse en tareas, las remuneraciones por estas sean públicas y cada persona pueda colaborar según sus conocimientos específicos? Sin intermediarios y quedándose con beneficios, las comunidades crecen y se hacen fuertes. Aparecen personas dispuestas a ayudar, experiencias valiosas de ser difundidas, saberes que se disponibilizan.

¿Dónde están esos intermediarios que llenan de ruidos innecesarios las relaciones y transacciones? Hoy tenemos la tecnología para sacarlos del juego. De una vez por todas. Estamos viviendo un claro de oportunidad para la colaboración entre ingenieros, científicos de datos, empresarios y emprendedores sociales para diseñar la Internet del futuro. Para diseñar el futuro. Los emprendedores sociales son expertos en comprender la sociedad y están también a la vanguardia cuando se trata de detectar y descubrir las consecuencias no deseadas de la tecnología en una etapa temprana. Es imprescindible que las organizaciones sociales y las personas que las conforman aprendan estas nuevas lógicas, participen de estas conversaciones, así podremos tener opiniones robustas, completas. Nuestra voz será escuchada y nuestra contribución, valorada. Saquemos a los intermediarios y ocupemos, de la mejor manera, el lugar que nos toca a cada uno.

SEGUIR LEYENDO

Guardar