Tiempos violentos

A la sensación de desconcierto en relación a cómo sigue el día a día para el común de la gente, se suma el desamparo. Una seguidilla de hechos extremos sobresaltaron el ánimo de todos. La irrupción de la violencia política, puso la nota oscura de la semana

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Encapuchados atacaron con bombas molotov el edificio de Clarín
Encapuchados atacaron con bombas molotov el edificio de Clarín

El Gobierno admite que la Ley de Alquileres no funciona y decide rectificar el error. Se propone suspender su vigencia por 180 días mientras se discuten cambios que conviertan a la norma en un instrumento viable para ordenar el mercado.

La ley fue aprobada en 2020, o sea durante el actual Gobierno, y aunque obtuvo la media sanción de diputados en 2019 sobre un proyecto de la bancada de Cambiemos, recibió un amplísimo apoyo del Frente de Todos. Es un caso de acuerdo, de “éxito”, si se pretende analizar el tema desde el punto de vista de algo que se ha debatido y consensuado entre oficialismo y oposición, pero terminó en un desastre. Una responsabilidad compartida por todes. Mal que les pese.

El impacto de la norma en el mercado inmobiliario fue inmediato y demoledor. Cayó la oferta de manera rotunda y los precios subieron a niveles inaccesibles.

Los legisladores fueron adelante desoyendo todas las advertencias. La presión inflacionaria, la devaluación del peso (que desvincula la renta del valor dolarizado de las propiedades) y el jaqueo sobre el concepto de propiedad privada que bajo el relato dominante hicieron el resto.

Fue la crónica de un fracaso anunciado que dejó a la intemperie el drama social que supone un déficit habitacional que alcanza a 3 millones y medio de familias. Eso es lo que ahora se pretende enmendar.

Los que conocen del tema aseguran que para revertir la escasez de viviendas deberían construirse no menos de 250.000 unidades habitacionales por año. Hoy se están levantando un promedio de 25.000.

La UOCRA propone lanzar un “dólar ladrillo”. Una iniciativa que anime a sacar los ahorros del colchón para volcarlos a un mercado de renta. La iniciativa suena interesante pero demanda un marco de certidumbre jurídica que por el momento parece lejano.

El anuncio de los cambios en la Ley se inscribe en un contexto de buenos modales y mejores intenciones pero también de diferencias y contradicciones en lo más alto del poder.

El “relanzamiento” del gobierno de Alberto Fernández, escenificado en la plaza del 17 de noviembre, presenta al jefe de Estado arropado por el blindaje de una CGT unificada, movimientos sociales que le son afines, algunos gobernadores del peronismo no kirchnerista y los intendentes bonaerenses que salieron empoderados tras la remontada. Un combo envalentonado tras los resultados electorales que emite señales manifiestas de recuperar espacio.

La CGT marca presencia en la nueva escenografía de la política y se distancia del kirchnerismo. Espera que el Presidente encabece un cambio de fondo en la composición del poder.

Discurso del Presidente Alberto Fernández en Plaza de Mayo (REUTERS/Mariana Nedelcu)
Discurso del Presidente Alberto Fernández en Plaza de Mayo (REUTERS/Mariana Nedelcu)

La expectativa de los mandamases de la Central Obrera unificada es que el jefe de Estado se fortalezca y diseñe un nuevo esquema de poder. Apuestan a que AF convoque a cambiar sin romper.

La idea es recuperar el Frente de Todos para el peronismo, imprimirle a la coalición de gobierno una matriz peronista. Aseguran no estar en absoluto de acuerdo con lo que se hizo hasta aquí. Se proponen acompañar la gobernabilidad.

“La gobernanza está garantizada por el andamiaje del PJ”, aseguran. Se proponen ir despacio, sin hacer destrozos, sin fracturar el Frente.

Como prueba de las buenas intenciones que los animan, se jactan de haber dejado liberado el paso la calle Rivadavia el día de la marcha para permitir el acceso de los militantes de “La Cámpora” con la idea de integrarlos en la movida. La lectura final es que al llegar tarde a la Plaza, fueron los militantes cristi-camporistas los que decidieron ningunear a los organizadores de la convocatoria.

Uno de los más altos referentes de la Confederación General del Trabajo describe el momento con crudeza: “Nosotros, como CGT, nunca fuimos parte del Frente de Todos”.

Para los líderes sindicales, el kirchnerismo es parte del peronismo, pero no se sienten peronistas. No se auto perciben de Perón y Evita. Son otra cosa. Ahora los perciben debilitados y deciden avanzar.

Aseguran que la imagen de CFK se va deteriorando día a día y que ese deterioro tiene una dimensión que abarca a todo el país. En el mismo curso de sostenida devaluación ubican la figura de Máximo Kirchner. Antonio Caló no pudo ser más explícito. En una entrevista periodística le dedicó una parrafada devastadora al hijo de los dos Presidentes.

Descreen que Alberto Fernández tenga chance de ser reelegido. Solo esperar de que se predisponga a recuperar el sentido común y ordenar la economía. En ese plan acompañan un acuerdo con el FMI.

“Alguien tiene que desmalezar” Lo que viene es más conflictividad que aplausos.

En este contexto, el Ministro de Trabajo de la Nación dijo que se está pensando en no extender la prohibición de despido y la doble indemnización. Claudio Moroni hizo estas declaraciones ante el empresario Paolo Rocca. En el mismo ámbito, el Ministro de la Producción se diferencia de el Secretario de Comercio Interior por hablar de la posible suba de retenciones a la exportaciones.

“Esto de pensar en voz alta no es lo más apropiado”, dijo Kulfas, en orden a relativizar la posición de Feletti. Lo propio había hecho el día anterior el titular de Agricultura Julián Domínguez.

El Secretario de Comercio, que fue designado tras las PASO bajo el auspicio del Instituto Patria, reforzó su idea de desvincular los precios internos de los internacionales “para asegurar carne, pollo, pan y leche” a precios accesibles recurriendo a retenciones y/o fideicomisos para subsidiar el consumo interno.

En la noche del jueves el sorpresivo anuncio de la prohibición de financiar con tarjeta de créditos los gastos de viajes al exterior encendió una señal de alarma.

En vísperas del Black Friday y en el preciso momento en que miles de argentinos definen su plan vacacional la decisión complicó los proyectos de muchos y puso en evidencia la preocupación por la endeblez de las reservas. Algo que indirectamente la vocera gubernamental convalidó cuando salió a decir que la medida es “específica” y “momentánea” y que “se da en el marco de las negociaciones para hacernos cargo de resolver la deuda externa”.

“Las reservas están robustas”, dijo Gabriela Cerruti. Más aclara, más oscurece.

Martín Guzmán hizo su aporte a la confusión general cuando declaró: “Necesitamos acciones tributarias para evitar que los ricos se hagan más ricos y los pobres más pobres”. Fue rápidamente decodificado. Se vienen más impuestos. Con solo seis millones de trabajadores en el mercado laboral formal, la situación no resiste.

Los mensajes desde el oficialismo van y vienen. Se contradicen y neutralizan. El loteo horizontal de los ministerios sigue generando ruidos e incertidumbre.

Eramos pocos y habló Luis Ángel D’Elia. No dejó espacio a dobles interpretaciones. “Hay que abandonar el camino de Béliz, que es Estados Unidos, y retomar el de Cristina con Rusia, China e Irán”, dijo. Alberto sabrá qué teléfono atiende.

Apostamos al “Yo Alberto”, sostiene un insoslayable referente cegetista. Según nuestro interlocutor, Alberto Fernández tomó nota de que los peores ataques y descalificaciones le vinieron de dentro del FdT, del Patria, para ser más precisos.

Empeñados en fortalecer la relación política más allá de este momento, planean reforzar los contactos con la oposición y no descartan una reunión con los representantes de AEA antes de que termine el año. Entienden que la relación con el empresariado es clave.

“Necesitamos sumar toda la capacidad instalada”, pregonan.

Lo que manda es la economía, pero algo está claro para todos, la economía depende de la coherencia política. Algo que por el momento no aparece como garantizado.

Es el Presidente quien tendrá que optar por un rumbo cierto. En sus manos está la potestad de decidir. Veremos si dispone del coraje de ejercerla.

En el Peronismo cierran filas para contenerlo y evitar desviaciones. Consultados acerca de qué esperan del Presidente para seguir acompañándolo, son austeros. Pretenden que, al menos, no retroceda.

La particular foto de Fernando Gray, Juan Manzur y Matías Kulfas
La particular foto de Fernando Gray, Juan Manzur y Matías Kulfas

En tiempos en que las fotos implican definiciones políticas la imagen más provocativa de la semana la ofrecieron el jefe de gabinete Juan Manzur y el ministro de la producción Matías Kulfas con pico y pala en la mano. Al lado, Fernando Gay, intendente de Esteban Echeverría se muestra con un serrucho. El dirigente que quiere cortarle el paso a Máximo Kirchner hacia la presidencia del PJ bonaerense, el que se le plantó y le opuso resistencia todo el año, no podía ser más explícito.

Qué piensa Cristina sigue siendo la pregunta del momento. Resguardada en el misterio y el silencio, la vicepresidenta apareció muteada en una selfie. Se la ve rodeada de legisladores que le son afines.

Es hora de empezar a entender que lo importante no es lo que piensa CFK sino lo que AF hace con lo que CFK siente y piensa. Es hora de empezarnos a preguntar qué tiene en la cabeza al Presidente. De eso se trata.

Mientras la política sigue enroscada en sus asuntos y contradicciones, el común de la gente intenta organizar su vida en un mar de incertidumbre.

A la sensación de desconcierto en relación a cómo sigue el día a día, se suma el desamparo. Una seguidilla de hechos extremos sobresaltaron el ánimo de todos. La irrupción de la violencia política, puso la nota oscura de la semana.

El avance de los pseudo mapuches en el Sur, la escalada narco en Rosario, el comando anarquista que detona bombas molotov y la descarga de camiones de basura sobre la Intendenta de La Rioja, parecen no quitar el sueño de nuestra clase política hoy distraída en sus propias cuestiones.

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