Argentina, el país de Nunca Jamás

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9 de Julio,  la avenida principal de la Argentina
9 de Julio, la avenida principal de la Argentina

Si viajo hacia el pasado, hasta allí donde me permite mi memoria y empieza mi capacidad de observación fina, atención y reflexión, Argentina fue siempre un país en conflicto permanente en sus distintos ámbitos: Económico, social, educativo o cultural.

Las crisis han sido y son una constante a lo largo y a lo ancho de su compleja historia. En mayor o menor medida, siempre las tuvimos, pero “Cuando lo viejo no acaba de morir, lo nuevo no acaba de nacer”.

Cada vez que atravesamos una crisis, tenemos la oportunidad de trabajar con nosotros mismos para lograr crecer. La toma de conciencia, el reconocer y darnos cuenta, se da a partir de la Aceptación, el elemento clave y punto de partida para lograr un Cambio. El gran psiquiatra suizo Carl G. Jung decía: “Lo que resistes, persiste... lo que aceptas, te transforma”.

Cambiar requiere salirnos de la zona de Confort, que, aunque a veces sea traumática, insalubre y dolorosa, nos da la sensación de seguridad. Salirnos de ella implica una verdadera decisión, trabajo, esfuerzo y sufrimiento.

Pero lejos de la Aceptación, la Negación, cuya raíz etimológica es la acción y el efecto de negar, de decir NO, lamentablemente nos acompaña todos los días, y vivimos en un contexto espeso, lleno de privación y Negación, obstáculos y dificultades que alimentan nuestra insatisfacción y nuestros miedos ante nuevos desafíos. Con lo cual, paradójicamente, cada uno de nosotros, termina usando el mismo mecanismo, para procesar y sobrellevar la propia carga que nos genera una realidad totalmente adversa, incongruente y llena de distorsión.

Palabras, hechos, promesas y acciones inexistentes, nos despiertan el escepticismo, la desconfianza, la desesperanza y la bronca, Ingredientes de un cocktail explosivo, que viajan por el torrente de nuestro ser emocional. Entonces me pregunto: ¿Será que convivimos con distintas clases de negaciones? ¿La negación de una realidad que está disfrazada ante nuestros ojos y la de un país serio con valores que nos identifiquen y completen? ¿Cómo despertar cada día con energía y optimismo, pensando en un futuro, si en Argentina el No es la constante?

Necesitamos urgente respirar aire puro, que oxigene nuestra Fe, nuestros sueños y poder creer en lo que no vemos. Necesitamos sentir que tenemos por delante un camino de alternativa y posibilidad de crecimiento.

Vivir en medio de la Negación, nos debilita día a día, y nos quita la energía para seguir luchando.

Vivir en Argentina, es la negación de una Justicia verdadera, transparente, equitativa y fuerte.

Es la Negación de una vida de calidad, con tranquilidad, estabilidad, y convivencia armónica, que nos permita sentir amor por el prójimo y por el país. Necesitamos Afirmación para sentir el deseo, el compromiso y las ganas de seguir habitándolo.

Vivir en Argentina es la negación de una educación que nos permita prepararnos como individuos y como sociedad para pararnos ante el mundo como un ejemplo de Nación en desarrollo.

Es la Negación de un trabajo que nos dé dignidad como seres humanos y un bienestar con todo aquello que soñamos. Ni entender de límites nos exime del sufrimiento y la frustración que nos provoca no lograr orientar nuestro barco, hacia un camino de superación.

Somos como Peter Pan, navegando como niños que no crecen, en el país del Nunca Jamás. Pero nadie vendrá a salvarnos, si nosotros no tomamos el timón de nuestra travesía. Los tiempos actuales nos piden reacción. Los tiempos de hoy nos exigen acción. Cambiemos el destino.

Del país del “Nunca Jamás”, naveguemos al país del “Siempre”.

Terminemos con la Negación, Digámosle Basta hasta desterrarla por completo. No aceptemos el Nunca Jamás de nuestros sueños, y acabemos de una vez con la única crisis que nos amenaza... La tragedia de no querer luchar por superarla.

Mariana Clark es locutora nacional y consultora psicológica

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