Una inflación creciente condiciona las expectativas de inversión para el próximo año

Se sabe que la suba del promedio general de precios de la economía es la consecuencia del desequilibrio monetario y fiscal. Inquieta la inyección de pesos y la caída de reservas

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En un claro contexto de
En un claro contexto de aceleración del ritmo de alza del promedio de precios de la economía, seguimos recomendando la cobertura de los pesos con instrumentos claúsula CER (Reuters)

Aún con el congelamiento de 1.432 productos, la inflación de octubre fue de 3,5 %; similar a septiembre. Incluso superior a la esperada por el Relevamiento de Expectativas de Mercado del Banco Central del 3,2%, llevándola al 41,7% en el acumulado de los primeros 10 meses y 52,1% interanual.

En el orden de los “datos”, el congelamiento parece no estar teniendo mucho efecto. Sólo habría recortado 0,4% del capítulo de alimentos, siendo su impacto en el IPC de una caída del 0,1%.

¿Por qué la inflación no bajó? Analizando los datos (o la foto), la inflación del pasado mes fue una combinación de alza de estacionales y baja de los regulados, al “pisarse” subas permitidas junto a una inflación núcleo (65% de la canasta relevada por el Indec) que opera bien por encima del 3% desde hace 13 meses.

Saliendo de la “foto”, es más relevante ver la película y así entender que podemos anticipar en los próximos episodios.

Sabemos que la inflación es la consecuencia del desequilibrio monetario y fiscal. En el primer semestre, la inflación fue decreciente tras el pico de marzo (4,8%) hasta el piso de agosto (2,5%) casi coincidente con un desequilibrio fiscal del 0,5% del PBI y una asistencia monetaria del BCRA de $41.000 millones por mes.

El congelamiento parece no estar teniendo mucho efecto. Sólo habría recortado 0,4% del capítulo de alimentos

Pero el desequilibrio en el segundo semestre se aceleró y proyectamos que, en el cuarto trimestre, se agudice aún más. En efecto, hasta octubre el estimado de déficit fiscal primario de 10 meses fue 1,6% del PBI, creciendo más de un punto del PBI en cuatro meses, a la par de multiplicarse por casi seis veces la emisión fiscal del BCRA, hasta $231.000 millones por mes.

Más inyección de pesos

La cosa no termina ahí: el último bimestre promete otra inundación de pesos, ya que habría -fácil- un déficit adicional equivalente a 1% / 1,2% del PBI y una emisión fiscal adicional por 500/ 700 mil millones de pesos.

Consecuentemente, el exceso de pesos estará “dando vueltas” por la economía con un BCRA sin reservas netas líquidas propias.

El exceso de pesos estará
El exceso de pesos estará “dando vueltas” por la economía con un BCRA sin reservas netas líquidas propias (Reuters)

A la par, y tras las elecciones de medio término, habrá cambios en la política cambiaria inicialmente en tránsito hacia una negociación (de haberla) con el FMI (que inexorablemente tendría que terminar antes del 21 de marzo cuando se concentra un importante vencimiento de deuda con el organismo. Por lo que las pocas anclas inflacionarias desaparecerán.

Se estima que habría un crawling peg más cercano al ritmo de la inflación (combinable con desdoblamiento cambiario); una probable devaluación (todas las medidas de retraso cambiario dan entre 20% y 30%), menores frenos en precios regulados y alza de tarifas a medida que se acerca un acuerdo con el FMI.

En pocas palabras, cabe esperar muchos precios hacia arriba convalidados por un fuerte exceso monetario que generaría una inflación creciente. De acuerdo con el REM y al modelo de inflación de Porfolio Personal Inversiones, subiría más del 0,5% mensual, pasaría del 3,2% promedio de los pasados seis meses hacia una tasa de 3,7% / 4% en el próximo semestre.

Ccabe esperar muchos precios hacia arriba convalidados por un fuerte exceso monetario que generaría una inflación creciente

La suba de la inflación proyectada tendría que ir acompañada de un alza en la tasa de interés de política monetaria. De ser escasa la suba de la tasa, la inflación se aceleraría aún más.

De esta forma, del 50% de inflación en 2021, pasaríamos a un nuevo piso del 60% anual, que podría acelerarse ante mayor incertidumbre.

En este claro contexto de aceleración del ritmo de alza del promedio de precios de la economía, seguimos recomendando la cobertura de los pesos con instrumentos claúsula CER.

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