Los argentinos destinamos gran parte de nuestro día a la vida digital. De acuerdo a distintos relevamientos, en promedio nuestro tiempo frente a las pantallas alcanza 8 horas, de las cuales 3 horas son invertidas en el uso de redes sociales. Además, las chicas y los chicos están accediendo a internet a edades cada vez más tempranas. A nivel mundial, los adolescentes y jóvenes son los más conectados. Como contracara a esta realidad, también aumentaron los delitos informáticos y los factores de riesgo a los que se encuentran expuestos.
El informe de UNICEF sobre “Las Víctimas contra las Violencias” 2019-2020 da cuenta de que el delito de grooming aumentó un 124%. Este organismo internacional define al grooming o ciberacoso como el proceso de captación de niños en línea, por el cual un individuo, por medio de internet, trata de ganarse la amistad de un menor de edad con fines sexuales, a veces mediante webcam que permiten compartir la explotación sexual entre las redes de delincuentes sexuales, y a veces llega incluso a reunirse con el menor para perpetuar el abuso sexual.
Ante situaciones de grooming, como familia y seres cercanos necesitamos saber cómo actuar, cómo realizar la denuncia pero, por sobre todas las cosas, contar con las herramientas necesarias para acompañar y contener a nuestros hijos. Es fundamental estar atentos, escucharlos y acompañarlos en el mundo digital, hablar con ellos es clave.
Como mamá de adolescentes, creo que uno de los principales desafíos es prevenirlo. Existen medidas de cuidado y seguridad que podemos configurar para su protección: establecer ajustes de privacidad en los perfiles de redes sociales, bloquear la posibilidad de que personas desconocidas puedan comentar o escribir, compartan o reenvíen nuestra información, configurar para prohibir los comentarios inapropiados incluso deshabilitar completamente la posibilidad de comentarios de cualquier tipo, habilitar gestión de tiempo en pantalla, activar modo restringido para las búsquedas de videos, etc.
No es sencillo y lleva tiempo. Pero nos interpela.
También es indispensable hablar sobre recomendaciones de cuidado de su identidad y reputación en medios digitales, ya que cuando utilizamos internet construimos una huella digital. Las fotos, videos, publicaciones, comentarios y la información compartida es difícil de borrar. ¿Cuántas veces hemos visto videos que se viralizan que no construyen una buena convivencia digital?.
Tenemos que acompañarlos en el uso de las nuevas tecnologías, incluso cuando ellos saben mucho más que nosotros. Dialogar, tener una actitud activa de charla y conocimiento sobre su vida online, sugerirles no hablar con desconocidos y si lo hicieran no usar la cámara web; utilizar un sobrenombre y no su nombre completo cuando juegan online, no compartir información privada y personal. Concientizarlos acerca de situaciones de extorsión y de que existe la posibilidad de que una persona adulta cree un perfil falso y mienta sobre su identidad. Lo que sucede en las pantallas está sucediendo en la vida real.
El 13 de noviembre se conmemora el Día Nacional de Lucha Contra el Grooming. El simple hecho de contactar a un niño, niña o adolescente con fines sexuales configura el delito, no importa si posteriormente se concreta o no un encuentro. El delito está penado por la Ley Nacional 26.904 e incluido en el Código Penal.
El Estado cuenta con dispositivos para combatir el grooming pero sabemos que el trabajo de prevención y detección es multidimensional y transversal; esto quiere decir que todos los organismos donde niñas y niños desarrollan su vida deben estar capacitados para prevenir, informar y denunciar.
Tenemos que trabajar todos en este sentido, para que cada niño, niña y adolescente pueda ejercer legítimamente y plenamente sus derechos. Acá estamos para cuidar sus derechos y acompañarlos.
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