Vamos a votar para conversar

La campaña electoral finaliza sin exposición de ideas y mucha crítica y descalificación al otro. Sin búsqueda de consensos no hay salida de la crisis

“Una parte del pueblo va votar a sus verdugos, que van a ir por sus derechos. Van a votar a sus verdugos y se van a pegar un tiro en el pie. No hay mucha explicación”. Textual. Esta es la opinión de Aníbal Fernández acerca de quienes van a votar (Ministerio de Seguridad de la Nación)

“Una parte del pueblo va votar a sus verdugos, que van a ir por sus derechos. Van a votar a sus verdugos y se van a pegar un tiro en el pie. No hay mucha explicación”. Textual. Esta es la opinión de Aníbal Fernández acerca de quienes van a votar, supongo, por la oposición a su partido o a sus ideas.

No es la opinión acerca de los verdugos sino acerca de quienes los eligen y que, al hacerlo, dice, se van a pegar un tiro en el pie. Es decir, si llegara a ganar la oposición, los votantes -para el ministro de Seguridad- serán unos imbéciles. No es que los “verdugos” sean naturalmente criminales, asesinos, mala gente aún por obligación. Es que quienes votan “no se dan cuenta”.

Debe pensar Aníbal, dado que dice, “no hay mucha explicación”, que el electorado no piensa. Que, en definitiva, esto de votar y que lo puedan hacer todos, es extremadamente peligroso. Se suma a declaraciones que componen un futuro de horribles relaciones.

Martín Guzmán, una voz nueva y de la que nadie esperaba malas maneras, sostuvo que los opositores son “anti argentinos”. Antes otro funcionario, Emilio Pérsico, señaló que hay que terminar con esto de “la alternancia”.

Martín Guzmán, una voz nueva y de la que nadie esperaba malas maneras, sostuvo que los opositores son “anti argentinos”

El cuadro completo que fue pintado por las áreas de Economía, Desarrollo Social y Seguridad -allí toman decisiones estos funcionarios- es “imbéciles, anti argentinos, si son elegidos no deberían asumir”.

Pero Aníbal es una de las voces más potentes y más representativas del Frente de Todos. Fue elegido tanto por Alberto Fernández como por Cristina Fernández de Kirchner, refleja el pensamiento íntimo de ambos.

Aníbal es una de las voces más potentes y más representativas del Frente de Todos. Fue elegido tanto por Alberto Fernández como por Cristina Fernández de Kirchner, refleja el pensamiento íntimo de ambos (NA)

No es que Alberto o Cristina se anden con chiquitas. Pero Aníbal es una voz más clara y -como dicen ellos mismos- la de más volumen político.

De los tres que pintan este cuadro (Martín, Emilio, Aníbal) él es el elegido, después de una derrota -bajando de la montaña- atravesando el desierto, para comenzar a escalar la que lleva al triunfo final en 2023. Por eso su palabra es importante: encierra las consecuencias de ese triunfo.

Fue el elegido por Cristina como candidato a Gobernador en 2015 y -nadie lo duda- fue quien urgió la derrota en el orden nacional al entregar la provincia de Buenos Aires. ¿Nada enseña más que una derrota?

No es que Alberto o Cristina se anden con chiquitas. Pero Aníbal es una voz más clara y -como dicen ellos mismos- la de más volumen político

Las declaraciones de Aníbal debemos entenderlas como un consejo a los votantes. Escuchando consejos sentimos la voz del Quijote que nos dice: “Los oficios y grandes cargos no son otra cosa sino un golfo profundo de confusiones”. Y esas tres declaraciones de funcionarios, puestas una al lado de la otra, denotan una enorme confusión.

Mucha soberbia

¿Martín Guzmán tiene el detector de argentinidad que esgrime sin rubor? ¿O quién sueña la democracia imaginaria sin alternancia de Emilio? ¿O la estupidez del votante que no me vota según Aníbal? golfo profundo de confusiones si las hay.

¿Martín Guzmán tiene el detector de argentinidad que esgrime sin rubor? ¿O quién sueña la democracia imaginaria sin alternancia de Emilio? ¿O la estupidez del votante que no me vota según Aníbal? golfo profundo de confusiones si las hay

De los primeros consejos que da el Quijote para el arte de gobernar y que tienen tanto recorrido que nadie debería ignorarlos, es que lo primero de aquél que ejerce un cargo es “poner los ojos en quien eres, procurando conocerte a ti mismo, que es el más difícil conocimiento que puede imaginarse. Del conocerte saldrá el no hincharte como la rana que quiso igualarse con el buey”. Mucha soberbia en esas afirmaciones.

Y luego -entre otras muchas alertas- nos recuerda ya que siempre somos jueces de los hechos y las personas, “aparta las mientes de tu injuria y ponlas en la verdad del caso”. O bien “No te ciegue la pasión propia en la causa ajena, que los yerros que en ella hicieres las más veces serán sin remedio, y si le tuvieren, será a costa de tu crédito”.

Lo primero de aquél que ejerce un cargo es “poner los ojos en quien eres, procurando conocerte a ti mismo, que es el más difícil conocimiento que puede imaginarse (Quijote)

La política, los que ejercen la política en nuestros días, no hablan ni de ideas ni de concepciones, ni de programas, hablan en general de los demás y no los tratan como personas, no son “el otro” cuya existencia necesariamente es parte de la mía.

Y no hay diferencia en la colaratura política. Patricia Bullrich, que en la etapa de violencia juvenil perseguía el socialismo por las armas, ahora próxima al retiro destrata con el arma de la palabra y el juicio, de una manera inimaginable, a una adversaria política por haber cometido la falta de internarse para una intervención quirúrgica durante la campaña electoral. Lamentable.

Patricia Bullrich, que en la etapa de violencia juvenil perseguía el socialismo por las armas, ahora próxima al retiro destrata con el arma de la palabra y el juicio, de una manera inimaginable (Nicolás Stulberg)

O Mauricio Macri, el máximo heredero de la Patria Contratista, que él mismo acusó de haber cometido delitos, aboga por el “anarco capitalismo” con la única intención de torpedear a los candidatos de su partido que han osado, como muchos otros de otras formaciones políticas, dar a entender que si no conversamos no hay salida.

No son todos, pero muchos y muy destacados están jugando con fuego cuando, la única elección que ocurrirá en unos días es para ver quiénes conversan para encontrar una salida.

Sin conversación civilizada para el consenso no hay salida, será un eterno “cul de sac”.

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