¿Puede una simple molécula modificar nuestro futuro y el del mundo? Hace pocos días se convirtió en noticia un anuncio sobre la producción de hidrógeno verde. El hidrógeno, un vector energético decisivo en la descarbonización de la economía, jugará un papel primordial junto a las energías renovables. Para conseguir esto se necesita sol y viento, algo que en nuestro país abunda. Pero ¿qué es y para qué sirve la generación de hidrogeno verde?
El Hidrógeno Renovable es una oportunidad para el desarrollo de nuestro país. El mismo facilita el almacenamiento químico de energía en poco espacio y durante mucho tiempo. Hasta hoy, los combustibles de origen fósil permitían almacenar grandes cantidades de energía para usos industriales o de movilidad. Ahora, podemos acumular esta energía con hidrógeno producido de manera sostenible a partir del viento y el sol. Éste se obtiene normalmente por hidrólisis, pero este método es ineficiente cuando la fuente de energía utilizada proviene de recursos no renovables. Es más la energía que se gasta para obtenerlo que la acumulada por el hidrógeno. Pero aquí juegan un papel fundamental las energías renovables, como la eólica y solar, ya que por medio de ellas es posible lograr un beneficio que de otra manera sería insostenible.
En verdad el hidrógeno ya se conocía. De hecho, impulsó el primer motor de hace más de un siglo y la NASA lo ha utilizado en sus misiones espaciales desde Gemini a Apolo para la obtención de electricidad y agua. Pero, durante años, producir hidrógeno fue muy caro y emitía dióxido de carbono, porque la electrólisis, la tecnología más extendida para generarlo, empleaba una gran cantidad de electricidad sin origen renovable. Pero, si se produce de manera sostenible, su versatilidad es absoluta. Puede utilizarse como combustible sintético, tener usos industriales y residenciales.
En países de la Unión Europea se prevé que el desarrollo de hidrógeno verde traerá gran cantidad de puestos de trabajo y un beneficio real para la economía
En el caso de hidrógeno puro, puede utilizarse en pilas de combustibles, que transforman al hidrógeno y el oxígeno a través de una membrana, obteniendo electricidad y agua. Esto puede utilizarse para mover un motor eléctrico. Esta solución es mucho mejor en el caso de vehículos de gran porte, donde una batería tradicional de litio implicaría un aumento del peso propio del vehículo.
Otra solución factible para la aplicación del hidrógeno es su utilización para la obtención junto al dióxido de carbono de lo que se denomina “e-fuel” (combustible sintético), a través de procesos conocidos desde la Segunda Guerra Mundial. Esto permitiría seguir utilizando nuestros motores de combustión interna y las turbinas de nuestros aviones, pero con suma neta 0 de dióxido de carbono.
Diversas empresas en el mundo están trabajando en estas tecnologías y nuestro país podrá obtener beneficios incalculables de ésta. Poseemos los recursos necesarios (viento y sol), y solo es necesario la aplicación de la tecnología específica. Esto es lo que anunció el gobierno. En países de la Unión Europea se prevé que el desarrollo de hidrógeno verde traerá gran cantidad de puestos de trabajo y un beneficio real para la economía.
El hidrógeno supone en la actualidad uno de los combustibles alineados con las estrategias mundiales de descarbonización para el sector del transporte en general y para la propulsión de los vehículos en particular. Es un tema que ha resurgido en los últimos años, despertando gran interés en distintos sectores industriales, ya que también podrá utilizarse en pilas de combustibles estáticas que permitirán reemplazar equipos electrógenos para generación de energía eléctrica. El futuro verde nos aguarda.
El autor es Director de las carreras de Ingeniería Electrónica y Electromecánica de la Universidad Argentina de la Empresa (UADE)
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