Una transición sostenible y con justicia social para enfrentar los desafíos de la crisis ambiental

En los próximos días Argentina volverá a participar de la COP26, que se llevará a cabo en Glasgow, donde planteará la importancia del acceso al financiamiento para poder realizar la reconversión de nuestras formas de producción y consumo

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Alberto Fernández durante la cumbre
Alberto Fernández durante la cumbre virtual "Diálogo de alto nivel sobre acción climática en las Américas", desde Buenos Aires

El cambio climático es uno de los desafíos más importantes que hoy tiene la humanidad y para nuestro país, la acción climática es una política de Estado. Por ello, en esta fecha que se celebra el Día Internacional contra el Cambio Climático resulta fundamental recordar las palabras del ex presidente de la Nación Néstor Kirchner, anfitrión de la Conferencia de las Partes (COP) en 2004, cuando señaló que la Argentina al mismo tiempo que deben enfrentar una deuda insostenible es acreedora ambiental del planeta ya que nuestros sistemas naturales benefician a toda la humanidad. En palabras del Néstor: “Advertimos que quienes cargamos con deudas de increíble peso en materia financiera somos a la vez los mayores acreedores ambientales en el planeta, en cuanto constituimos una verdadera reserva ambiental, que no recibe ningún tipo de compensación por parte de sus deudores ambientales. Los acreedores financieros que resultan implacables ante el incumplimiento de sus deudores no admiten hacerse cargo de la deuda ambiental que tienen contraída con los países menos desarrollados”. Por eso, siempre es oportuno señalar que las principales economías están en deuda con los países en desarrollo, ya que hoy padecemos consecuencias ambientales gracias a que los países más desarrollados han podido desarrollarse degradando el ambiente sin pensar en el resto de las naciones ni en las próximas generaciones.

También es importante señalar que no hay países que puedan escapar de la crisis climática y que nadie se salva sólo ni sola, necesitamos de la cooperación y colaboración de todos y todas, en donde las economías centrales realicen los mayores esfuerzos bajo el principio de responsabilidades comunes pero diferenciadas. El cambio climático es un hecho concreto a nivel mundial, lo vemos plasmado en los eventos extremos como las sequías intensas, las inundaciones, los incendios forestales, entre muchas otras manifestaciones que afectan a la humanidad.

En ese contexto, es necesario contar que en los próximos días Argentina volverá a participar de la COP26, que se llevará a cabo en Glasgow, Escocia, donde el país planteará la importancia del acceso al financiamiento para poder realizar la transición de nuestras formas de producción y consumo. Para poder hacer frente a la crisis climática nuestro país requiere de la cooperación internacional; necesitamos recursos y financiamiento para poder transformar la vida de muchos y muchas que no cuentan con acceso a servicios básicos, y a la vez proteger y cuidar nuestros ecosistemas. Debemos lograr una transición sostenible, justa y equitativa bajo el principio de que las personas somos parte del ambiente. Tenemos que hacer crecer nuestro PBI para que más argentinas y argentinos puedan estar incluidos en el principio de sostenibilidad, que es una necesidad en nuestro país y en toda Latinoamérica. América Latina es la región del planeta donde la división entre los que más tienen y los que menos tienen es cada vez más grande.

Debemos lograr una sostenibilidad sobre la base de la justicia social, porque las personas somos parte del ambiente. No hay posibilidad de sostenibilidad con justicia social si no tenemos un territorio federal equilibrado. Para ello, debemos construir mecanismos de distribución de ingresos y de distribución equitativa territorial también, porque de otra manera serían puras promesas y palabras vacías.

Para Argentina la acción climática es una política de Estado, por ello, el país presentó en diciembre de 2020 su Segunda Contribución Nacional que es 25,7% más ambiciosa que la presentada en 2016. En abril pasado, en la Cumbre de Líderes por el Clima, el presidente de la Nación, Alberto Fernández, expuso un compromiso aún más importante ya que Argentina aumentó su ambición llevando la meta de su contribución al 27,7 %. Este compromiso será formalizado en la próximo COP26, junto con la estrategia de desarrollo resiliente con bajas emisiones a largo plazo (ELP). Sin embargo, para lograrlo, Argentina necesita contar con los medios de implementación adecuados, y en ese sentido reclamamos el cumplimiento de los compromisos de financiamiento y transferencia de capacidades establecidos en Copenhague y París a los países desarrollados. En esta línea, nuestro país propone el pago por servicios ecosistémicos y el canje de deuda por acción climática, para poder invertir en energías renovables y la transición de los distintos sectores productivos. Estamos convencidos que el único camino posible es el de la producción sostenible.

Tenemos un fuerte compromiso con la acción climática y estamos realizando grandes esfuerzos, pero necesitamos de recursos para poder implementar estas políticas. Además, debemos implementar medidas de adaptación para mejorar las infraestructuras y prepararnos para la mayor recurrencia de fenómenos climáticos extremos. Somos una región vulnerable a las consecuencias del cambio climático, con una fragilidad ambiental y social muy grande. Estamos en una etapa donde tenemos la oportunidad de construir una transición justa y solidaria. No hay planeta B. Tenemos que ser capaces de pensar un desarrollo integral sostenible y equitativo. El tiempo de actuar es ahora.

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