“Es necesario que juntos enfrentemos los discursos populistas de intolerancia, xenofobia, aporofobia —el odio a los pobres—, como todos aquellos que nos lleve a la indiferencia, la meritocracia y el individualismo; estas narrativas sólo sirvieron para dividir nuestros pueblos y minar y neutralizar nuestra capacidad poética, la capacidad de soñar juntos”. (mensaje Santo Padre Francisco para los Movimientos Populares).
El camino del diálogo social que alienta el gran poeta de los Evangelios, en nuestro país está obstaculizado por gigantescas piedras. Para identificar una de ellas y removerla nació en tierra cervantina el término “aporofobia” (de “aporo” sin recursos y fobos, pánico, miedo, asco): el rechazo de aquellos que en su haber “no tienen” lo necesario para vivir con dignidad.
Claro que las piedras suele ponerlas Moloch. Encubiertas -con nombres ideológicos como “orden”, “seguridad”, “progreso”, “defensa nacional” o “propiedad privada”- los “aporofóbicos tapan las verdaderas características del problema.
Lo que nos va a enseñar la filósofa Adela Cortina es que las discriminaciones raciales, por razones de consideración social según la educación, género o antecedentes, la discriminación y el rechazo de los inmigrantes o contra los aborígenes, desaparecen cuando los negros, amarillos, ignorantes, incultos, africanos, paraguayos, bolivianos o ex convictos son personas pudientes, ricas o más o menos ricas, es decir, cuando no son pobres. Esto la lleva a concluir que la discriminación no está en el color de la piel, en la creencia religiosa u otra de esas supuestas razones donde se funda el rechazo hacia el otro sino en la pobreza. Pero haciendo un paréntesis sobrevolemos el caso de la supuesta “violencia mapuche” que escandaliza a la Argentina.
Persecución de grupos sociales so pretexto de combatir el terrorismo
Los delitos comunes deben ser tratados como delitos comunes. Los incendios, robos u otros realizados por delincuentes en Villa Mascardi o Bariloche no son “actos de terrorismo”. Vincular esos delitos a actos terroristas del pueblo mapuche como lo hacen algunos de la oposición o Sergio Berni es fruto de la ignorancia u “operaciones” de prensa que encubren una verdadera persecución y agravio a esa comunidad, persecución y agravio que constituye un delito. Por supuesto que esa persecución a la comunidad mapuche está enmarcada en la estrategia de borrar del mapa a los pueblos originarios cuando en juego hay territorios de un extraordinario valor por los recursos naturales que poseen.
Los aborígenes (pobres) de la Argentina en el Informe de Mutuma Ruteere, ONU 2016
El relator especial de la ONU sobre el racismo Mutuma Ruteere después de recorrer la Argentina durante los primeros meses del año 2016 instó al gobierno de Mauricio Macri a tomar medidas urgentes para hacer frente a “la marginación que sufren los pueblos indígenas, uno de los grupos más vulnerables del país.”
“La situación de los indígenas argentinos en ciertas áreas es terrible”
Después de reunirse con representantes de comunidades mapuches, tehuelches, qom y otras, hacer visitas y evaluar la situación de afrodescendientes y migrantes Ruteere dijo que el país cuenta con un amplio marco legal, pero la situación de los pueblos indígenas en ciertas áreas es terrible, ya que viven en la extrema pobreza, en un aislamiento socio-cultural y sin acceso a servicios básicos como la salud, una vivienda decente e incluso el agua potable”.
“Represión a las movilizaciones de los pueblos indígenas” (ONU)
En su informe dice el keniano Ruteere que en la Argentina se reprimen las movilizaciones de los pueblos indígenas y las fuerzas de seguridad discriminan a las poblaciones de los migrantes contribuyendo a su marginación.”(Informe Naciones Unidas Noticias ONU 24 de mayo 2016).
Hoy cuando el gobierno actual se niega a reprimir quienes ocuparon el gobierno de Macri piden que -como ellos hicieron -impartan orden de reprimir, involucrando a los mapuches en los titulares de los medios gráficos y televisivos.
Los intereses detrás de la última etapa genocida del pueblo mapuche
Y una digresión más. En tiempos del remate de Carlos Menem éste decidió entregar “la tierra que sobra” según sus propias palabras respecto de la Patagonia y esta se pobló de potentados e inversores extranjeros. Miguel Angel Toma autorizó la venta de 8.000.000 de hectáreas en las propias zonas de seguridad (150 km desde los límites cordilleranos hacia el centro del país) y se vendieron esos territorios a Joseph Lewis, Beneton, Ted Turner, Ward Lay por solo nombrar un puñado de los afortunados.
Entonces, jamás se tuvieron en consideración las tierras de los pueblos originarios para quienes había un siniestro y sordo proyecto: discriminarlos, perseguirlos y desalojarlos o concluir con el genocidio iniciado en los años 1876 y 1879.
¿Acaso estos cuatro vándalos de V. Mascardi son parte de un juego? ¿acaso las policías provinciales sólo obedecen a Lewis, Beneton, Turner y a Lay? ¿Porqué los multimedios no arman escándalos cuando los sojeros queman los campos en Córdoba, Chaco, Formosa Junín o Salta?
Pero volvamos a España y a “la palabra del 2017″ que uso el Papa.
La palabra del año 2017 empleada por Francisco y su capacidad transformadora
Fue la filósofa valenciana Adela Cortina autora del libro Aporofobia, el rechazo al pobre, Paidós, 2017 la creadora de esta palabra que la Real Academia después de 22 años le abrió la puerta del diccionario en el año 2017 y la FUNDEU RAE la calificó la “palabra del año” premiándola por su capacidad transformadora.
Somos seres “reciprocadistas”, dice Cortina
Dice la maestra a quien seguimos que somos una sociedad contractualista. “¿Qué otra cosa sino un inmenso sistema cerrado de mutuas utilizaciones instrumentales es la convivencia social y política en las sociedades «modernas»? se preguntaba el filósofo Laín Entralgo hace ya medio siglo y decía que “fundada sobre esta visión instrumental del otro, una enorme y minuciosa serie de contratos tácitos o expresos sirve de osamenta a la sociedad de nuestro tiempo…” y que “cualquiera sea la idología que se tenga es justo reconocer que “no hay sociedad que en alguna medida no sea comunitaria, ni comunidad que no posea elementos contractuales en su estructura.” Adela Cortina señala en igual sentido hoy que nuestro mundo es el del contractualismo y de la reciprocidad “te doy a cambio de algo que me reciprocás”.
Pero, ¿qué pasa con los que no tienen nada para dar a cambio?
Siguiendo a Cortina, para dar algo hay que tener ese “algo”, sea dinero, capacidad de realizar una tarea u otros bienes, ocurre que el pobre suele tener muy poco y el extremadamente pobre muchas veces no tiene nada para dar. Tiene familia y alforjas cargadas de sueños, fe en Dios, piernas capaces de peregrinar, espera y esperanza de cambiar su suerte, comunidad, tiene su cuerpo, acaso hambre, frío, dolores. Es todo lo que tiene pero difícilmente sea reciprocable.
Pero también, en muchos casos, el que no tiene medios de cambio tiene odio.
¿Guillotina o democracia para desactivar el rechazo al pobre?
La filósofa Cortina no dice nada de la guillotina ni de la práctica del garrote vil dejado sin efecto en 1978 ya que de suyo rechaza esos métodos inhumanos para desactivar el rechazo al pobre, pero dice en cambio, que “el cerebro es enormemente plástico y podemos ir reformándolo” y tiene la ilusión de iluminar con esta nueva palabra el camino de respeto por el derecho a la dignidad de todos garantizada por la declaración Universal de los Derechos Humanos.
Donde esta vigente la fobia a los pobres no es posible la democracia
Y dice la filósofa Adela Cortina que la democracia es incompatible con la aporofobia y donde no hay un cierto grado de igualdad. Por eso la aporofobia y la desigualdad son realidades que hay que desactivar ¿Cómo? A través de la educación. Educar en eso y en la compasión, sentir lo que siente el otro y agudizar la mirada lúcida para ver lo valioso que siempre tiene el otro aunque sea pobre.
El Papa Francisco y la profesora Adela Cortina
El Santo Padre nos invita a la conversión o a la reconversión y a caminar todos los fieles, pobres y ricos, pastores y laicos, en una iglesia en salida persiguiendo el bien común. A transitar el camino del diálogo social. El camino de la compasión como lo predica Adela Cortina y la lucidez para encontrar en el otro todo lo que tiene para darnos aunque no sea a cambio. Con toda la energía puesta amorosamente en nuestros sueños por un mundo mejor “enfrentando los discursos populistas de intolerancia, xenofobia, aporofobia, como todos aquellos que nos lleven a la indiferencia, la meritocracia y el individualismo.” (Papa Francisco).
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