La aceleración de la inflación en los EEUU es permanente o transitoria

En septiembre volvió a subir por encima de lo previsto y llegó a 5,4% en los últimos 12 meses

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Está de moda predecir una hecatombe mundial, como consecuencia de la explosión de la burbuja bursátil que habría montado la FED con su dilatadísima política de “easy money” (EFE/EPA)
Está de moda predecir una hecatombe mundial, como consecuencia de la explosión de la burbuja bursátil que habría montado la FED con su dilatadísima política de “easy money” (EFE/EPA)

Está de moda predecir una hecatombe mundial, como consecuencia de la explosión de la burbuja bursátil que habría montado la FED con su dilatadísima política de “easy money”, a la que Germán Fermo denomina, con acierto, la provisión de un put gratis e ilimitado, por parte de la Reserva Federal hacia Wall Street.

En esta nota se propondrá una visión diferente, en la que la Reserva Federal obtiene una victoria pírrica a largo plazo, como consecuencia de la imposibilidad de desmontar la bomba de relojería que tan desaprensivamente ha construido.

La caja de herramientas de la FED

La Reserva Federal utiliza dos herramientas muy poderosas, para mantener la liquidez en los mercados financieros y alejar, transitoriamente, los peligros de recesión y caída en el nivel de empleo.

1. El sostenimiento de tipos de interés nominales cercanos a cero. Esto lo realiza mediante la fijación de un “objetivo de tasas de interés de los fondos federales”. Se trata de un mecanismo de cortísimo plazo que utilizan los bancos comerciales para prestarse entre sí, numerales, a fin de equilibrar los requerimientos de liquidez que se exigen legalmente.

Cuando un Banco comercial experimenta una salida de fondos, excesiva pero transitoria, por parte de sus depositantes, puede recurrir, entonces, al mercado de préstamos interbancario o de fondos federales.

La FED determina un “precio” objetivo para la tasa de interés de los fondos federales (o interbancaria), que actualmente se ubica en un rango de entre 0% y 0,25% anual.

La FED determina un “precio” objetivo para la tasa de interés de los fondos federales (o interbancaria), que actualmente se ubica en un rango de entre 0% y 0,25% anual

Cuando no existen numerales suficientes para atender la demanda de los bancos que se encuentran en “rojo”, a la tasa máxima de 0,25 %, se debe recurrir a alguna de las varias ventanillas de “redescuento” del Banco de la Reserva Federal.

En este caso, los tipos de interés son algo mayores, pero siempre es posible mantener la liquidez sin necesidad de atravesar por la traumática experiencia de negarse a pagar retiros de fondos de los clientes, por carencia de efectivo.

2. El “quantitave easing”. Ya van cuatro rondas de “inyección cuantitativa de dinero”. El mercado la denomina Q4. No es necesario explicar la razón. La FED compra, todos los meses, USD 120.000 millones en bonos, hipotecas y otros papeles comerciales, que paga inyectando nuevo dinero a la economía.

La FED compra, todos los meses, USD 120.000 millones en bonos, hipotecas y otros papeles comerciales, que paga inyectando nuevo dinero a la economía (Reuters)
La FED compra, todos los meses, USD 120.000 millones en bonos, hipotecas y otros papeles comerciales, que paga inyectando nuevo dinero a la economía (Reuters)

Como el dólar es utilizado como moneda de reserva mundial, su atesoramiento retrasa considerablemente el efecto inflacionario de esta descontrolada emisión.

El origen de la inflación se atribuye, usualmente, al aumento de la oferta monetaria por encima del aumento de su demanda. Si en todo el mundo se “demandan” más dólares, entonces es posible que, en un caso extremo, toda la nueva inyección de dinero americano sea aceptada voluntariamente en el mercado (mundial). En este caso se compensarían los incrementos de ambas curvas y no habría, a largo plazo, un incremento de la inflación.

El origen de la inflación se atribuye, usualmente, al aumento de la oferta monetaria por encima del aumento de su demanda

El tapering

El objetivo de inflación que persigue la FED es un 2% anual promedio. Es decir que, puede tolerar algunos años de variaciones mayores, que deberían compensarse con incrementos menores en los siguientes.

La suba acumulada del Índice de Precios al Consujmidor durante el transcurso del corriente año, se encuentra en 5%, muy alejada, obviamente, del óptimo deseado por las autoridades monetarias.

Como el dólar es utilizado como moneda de reserva mundial, su atesoramiento retrasa considerablemente el efecto inflacionario de esta descontrolada emisión (Reuters)
Como el dólar es utilizado como moneda de reserva mundial, su atesoramiento retrasa considerablemente el efecto inflacionario de esta descontrolada emisión (Reuters)

Si bien muchos analistas, incluyendo a los máximos directivos de la FED, opinan que este brote inflacionario es transitorio, otros opinan que tiene carácter permanente, y que se sostendrá, con tendencia a incrementarse, en el largo plazo.

Por una cuestión de prudencia, la FED se encuentra muy próxima a iniciar un proceso de retirada progresiva de los estímulos monetarios, más conocida como “tapering”.

Podría, por caso, anunciar que disminuye las compras de activos desde 120.000 M a 100.000 M mensuales, y luego repetir el proceso, por ejemplo, bimestralmente.

En este caso, al cabo de un año, dejaría de emitir nuevos dólares y la masa monetaria se mantendría estable. De esta manera, se dejaría de alimentar las presiones inflacionarias futuras, permitiendo un aterrizaje suave, que no impacte severamente en la producción y el empleo.

La suba de tasas de interés

Este idílico desenlace, que intenta “vender” la FED, se vería reforzado con modestas subas en los objetivos de los tipos de interés de los fondos federales, a partir del próximo año.

Si bien es posible que una pequeña suba de los rendimientos logre alinear transitoriamente las expectativas, es ilusorio creer que la inmensa masa monetaria creada en estos últimos años no presionará la inflación al alza, luego de que finalice el proceso de absorción de este nuevo dinero por parte de todo el sistema de precios.

El rezago con que la política monetaria afecta a los diferentes sectores es explicado por lo que los economistas denominan “el efecto Cantillón”, entre 1,5 y 2 años

El rezago con que la política monetaria afecta a los diferentes sectores es explicado razonablemente por lo que los economistas denominan “el efecto Cantillón”, que implica que el nuevo dinero no impacta rápidamente y en igual proporción a todos los precios de la economía. El efecto total opera con un rezago de 1,5 a 2 años, aunque puede extenderse mucho más.

El ciclo económico de raíz monetaria

Importantes autores, entre los que se cuentan Ludwig Von Mises y Friedrich Hayek, predicen que la política monetaria expansiva no es neutral. Esto implica, a diferencia de lo que opinan otras escuelas de pensamiento económico, que no todos los precios suben con la misma intensidad, produciéndose una distorsión de precios relativos que, al acumularse tras muchos años de estímulos innecesarios, como ocurrió en las últimas décadas, tornan frágil al sistema de precios y hacen necesaria e irremediable la ocurrencia de una recesión que elimine los desequilibrios acumulados.

La distorsión de precios relativos, al acumularse tras muchos años de estímulos innecesarios, como ocurrió en las últimas décadas, tornan frágil al sistema de precios y hacen necesaria e irremediable la ocurrencia de una recesión que elimine los desequilibrios (Reuters)
La distorsión de precios relativos, al acumularse tras muchos años de estímulos innecesarios, como ocurrió en las últimas décadas, tornan frágil al sistema de precios y hacen necesaria e irremediable la ocurrencia de una recesión que elimine los desequilibrios (Reuters)

En la situación actual, con los precios del mercado accionario, adaptados a muchos años de bajas tasas, los múltiplos de precios/ganancias son tan elevados, que un mero amague de contracción monetaria o suba de tasas, sería capaz de provocar una avalancha de ventas que produciría una nueva “Gran Depresión”.

Los Mercados de Valores se han tornado adictos a los estímulos monetarios y miran con recelo el accionar de la FED. Algunas subas de tasas recientes, tan pequeñas como 0,50% anual han desencadenado correcciones relativamente importantes en los principales índices del mercado.

Un mero amague de contracción monetaria o suba de tasas, sería capaz de provocar una avalancha de ventas que produciría una nueva “Gran Depresión”

Un paso en falso de la FED y el estropicio sería de dimensiones colosales. Podría desencadenarse una hiper-recesión que destruiría masivamente los bienes de capital que fueron creados bajo la fantasía imaginaria de que las artificialmente bajas tasas de interés que propició la FED eran de “equilibrio de largo plazo”.

La debacle comenzaría en el mercado bursátil y luego se propagaría, rápidamente hacia el sector real de la economía, afectando en primer lugar a la inversión, y luego al consumo, el empleo y los salarios. Podría costar décadas salir de la trampa mortal en la que la montaña de dinero que se creó en el último año y medio tiene atrapada a la economía mundial.

Un paso en falso de la FED y el estropicio sería de dimensiones colosales. Podría desencadenarse una hiper-recesión que destruiría masivamente los bienes de capital que fueron creados bajo la fantasía imaginaria de que las artificialmente bajas tasas de interés que propició la FED eran de “equilibrio de largo plazo” (EFE/EPA)
Un paso en falso de la FED y el estropicio sería de dimensiones colosales. Podría desencadenarse una hiper-recesión que destruiría masivamente los bienes de capital que fueron creados bajo la fantasía imaginaria de que las artificialmente bajas tasas de interés que propició la FED eran de “equilibrio de largo plazo” (EFE/EPA)

Conclusiones

La FED no tiene espacio para subir las tasas de interés hasta un nivel que ahogue las expectativas inflacionarias. Su única salida, si es que existe, es tolerar un ritmo de crecimiento de los precios sustancialmente más elevado que el que desearía obtener.

En un escenario de tasas negativas, por muchos años, existe la probabilidad (pero no la certeza) de que la masa monetaria sobrante se licue. El dólar retomaría el camino hacia la baja y los precios de las materias primas seguirían subiendo, al igual que la renta variable de todo el mundo.

(Marcelo Regalado)
(Marcelo Regalado)

En este escenario, la fiesta bursátil continuaría por muchos años, las distorsiones de precios relativos se agigantarían y el peligro no desaparecería. Pero, al menos, daría tiempo para estudiar con detenimiento una manera genuina de desarmar la bomba monetaria que tan irresponsablemente se creó durante las últimas décadas.

Ayudaría muchísimo que se enciendan nuevos focos de crecimiento, ahora que el de China está flaqueando

Ayudaría muchísimo que se enciendan nuevos focos de crecimiento, ahora que el de China está flaqueando.

Por último, la FED debería elevar una plegaria para que no surja un cisne negro que derribe de un plumazo la frágil arquitectura económica mundial, que flota en un gigantesco océano de dinero. No debería olvidarse que, 4 de cada 10 dólares que circulan en todo el mundo, fueron creados en los últimos 18 meses.

Por último, la abundante literatura sobre la Gran Depresión, en la cual se destacan Milton and Rose Friedman y Ben Bernanke, enseña claramente que un apretón monetario desaprensivo es una manera muy segura de provocar la hecatombe que muchos auguran. No es razonable pensar que la FED dará ese paso.

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