Cuando conviene no avanzar con un proyecto comercial

Emprender es una tarea que demanda todo tipo de esfuerzos. Diversos disparadores de chispas creativas encienden las llamas para iniciar un negocio, un comercio o una empresa. Intuición, experiencia y el rol del Estado

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En el mundo del emprendedurismo
En el mundo del emprendedurismo tendremos a quienes siguiendo una corazonada se lanzan a la pileta y otros que realizan todo tipo de análisis de factibilidad, evaluando los proyectos de inversión con sofisticadas herramientas y consultores

La necesidad de conseguir el dinero para vivir, o ese deseo de crecer económicamente hacia el infinito, presente en la psiquis de los más ambiciosos, proyectan una realidad concreta del ahora hacia un futuro exitoso, o al menos en sintonía con los objetivos planteados.

En el mundo del emprendedurismo tendremos a quienes siguiendo una corazonada se lanzan a la pileta y otros que realizan todo tipo de análisis de factibilidad, evaluando los proyectos de inversión con sofisticadas herramientas y consultores. El éxito de los primeros depende de la intuición y la suerte, mientras que en el segundo la suma de las experiencias profesionales acota los riesgos.

En conclusión, emprender involucra combinar tiempo y dinero, más allá del tamaño o tipo de negocio siendo el mejor camino para crecer económicamente, para ser independientes, y para tener una calidad de vida acorde a nuestras expectativas.

Las preguntas típicas que se realiza un emprendedor están orientadas a evaluar:

1. Mercado. ¿Dónde, a quién, y cómo ofrecer los productos?;

2. Inversión. ¿Cuánto dinero se necesita ?, ¿quién lo aporta?, ¿cuándo se recupera?,¿cuánto puedo ofrecer de rentabilidad a los inversores?, ¿cuál es el costo financiero que puedo afrontar?, ¿cuánto queda para el emprendedor?;

3. Recursos. Disponibilidad de cuadros humanos, materiales, máquinas, infraestructura, energía, caminos y cualquier otra cosa que sea necesaria para llevar adelante el proyecto;

4. Riesgos. ¿Qué factores pueden afectar desfavorablemente al proyecto?, ¿Cómo mitigar estos efectos? ¿Cómo afecta al medio ambiente y al entorno? Dentro de este punto se deben identificar cuáles son los potenciales riesgos propios, o internos y los de entorno, o externos. Es decir, hay aspectos a tener en cuenta que pueden ser previstos y otros no; y

5. Sector. En ocasiones los resultados económicos directos del negocio se producen luego de enormes esfuerzos de tiempo y dinero. Sin embargo, el valor de la compañía sigue creciendo. Por ejemplo, las empresas de la “nueva economía” o tecnológicas han sido deficitarias durante décadas, pero las perspectivas que ofrecen las vuelven atractivas a los inversores de riesgo. De esta forma los emprendedores pueden evaluar si sus ideas tienen la posibilidad de ser exitosas y prevenir, con tiempo, las cuestiones que pudieran afectar el normal desarrollo de los negocios.

Existen ocasiones en las que, a pesar de revisar recomendaciones en contra, los emprendedores desoyen experiencias y recomendaciones

Contamos con muchos elementos para analizar si conviene o no encarar un emprendimiento, sin embargo, existen ocasiones en las que, a pesar de revisar recomendaciones en contra, los emprendedores desoyen experiencias y recomendaciones.

Un caso real

Durante 2016 un profesor de gimnasia invirtió en un centro deportivo $750.000 que al valor de la cotización de ese momento representaban unos USD 50.000. El negocio proponía ingresos netos anuales de $300.000, cosa que, en apariencia, le permitía recuperar la inversión en poco más de dos años, así fue que se animó a firmar un contrato de alquiler por tres períodos.

Durante 2016 un profesor de
Durante 2016 un profesor de gimnasia invirtió en un centro deportivo $750.000 que al valor de la cotización de ese momento representaban unos USD 50.000. El negocio proponía ingresos netos anuales de $300.000, cosa que, en apariencia, le permitía recuperar la inversión en poco más de dos años (EFE)

Cabe realizar una primera observación, es usual en este tipo de análisis que los emprendedores no evalúen el costo de su propio tiempo, en consecuencia, lo que aparenta ser rentabilidad podría ser el total o parte de su salario. Es importante incluir el costo de la actividad que desarrollen en forma directa los emprendedores, caso contrario no estarían considerando el costo de oportunidad de destinar su tiempo a trabajar para otro proyecto o en relación de dependencia.

Es usual en este tipo de análisis que los emprendedores no evalúen el costo de su propio tiempo, en consecuencia, lo que aparenta ser rentabilidad podría ser el total o parte de su salario

Por ser un conocedor de su negocio, este profesor cumplió con todos los pronósticos de ventas previstos cerrando el 2017 con los ansiados $300.000 de rentabilidad. Sin embargo, nada es lo que parece.

El socio Estado

Es ahí donde apareció el socio Estado, aplicando dos impuestos, “Ganancias e inflación’'. De esta forma le rebanó 35%, $105.000 de los $300.000 y con el resto el efecto inflacionario alejó las posibilidades de recupero de su inversión, al menos en los tiempos previstos.

Durante 2017 el peso se devaluó un 15%, es decir que con los $195.000 neto del Impuesto a la Renta pudo adquirir algo menos de USD 10.328, bastante menos de los USD 20.000 que tenía previsto.

Apareció el socio Estado, aplicando
Apareció el socio Estado, aplicando dos impuestos, “Ganancias e inflación’'. De esta forma le rebanó 35%, $105.000 de los $300.000 y con el resto el efecto inflacionario alejó las posibilidades de recupero de su inversión (AFIP)

Para 2018 pudo ajustar sus precios un 25%, en sintonía con la inflación que había proyectado el gobierno. De esta forma, su ingreso neto objetivo pasó a ser de $375.000, un poco más de los USD 20.000 iniciales, quizás de esta forma podría recuperar parte de los casi USD 10.000 diferidos. Una vez más, cumplió con sus objetivos y alcanzó el número buscado, solo que en este caso lejos de superar los USD 20.000 apenas llegó al equivalente a USD 6.770, el peso se había devaluado más de un 50% (suba del tipo de cambio 100%), es decir que, en diciembre con los mismos pesos, se podía adquirir la mitad de los dólares.

Para 2019 corrió idéntica suerte. El gobierno había anunciado una inflación estimada del 23%, ajustó ventas y costos para alcanzar su nuevo target, $461.250 de ingresos netos. En este caso y habiendo cumplido con todos los pronósticos de costos y ventas, tantos cualitativos como cuantitativos, los dólares que podría haber adquirido para recuperar su inversión fueron USD 4.080, pues pagó 35% de Ganancias y el tipo de cambio había alcanzado a 73,50 pesos.

Habiendo transcurrido 3 años desde aquella inversión de USD 50.000, cumpliendo con las premisas propias de un buen hombre de negocios y conocedor de su mercado, lejos estaba de haber recibido USD 60.000 equivalentes a los teóricos USD 20.000 por año, solo pudo recuperar USD 22.850 mucho menos de la mitad de lo previsto. Ya sea por medio del Impuesto a las Ganancias o del inflacionario el Estado Nacional había tomado el 62% de sus ingresos netos esperados.

Qué falló

Este “exitoso” profesor de gimnasia había hecho todo bien, de acuerdo con el manual de emprendedores, salvo un detalle: omitió evaluar el riesgo país, ese que se verifica en la deuda pública o en las posibilidades de adquirir algún producto importado. Ese que multiplica por cero cualquier análisis de factibilidad de inversión.

Este “exitoso” profesor de gimnasia había hecho todo bien, de acuerdo con el manual de emprendedores, salvo un detalle. Omitió evaluar el riesgo país

Muchos de nosotros hemos participado en forma directa o conocemos a quienes lo han hecho en diferentes proyectos o negocios durante los últimos 7 años. Salvo raras excepciones, el caso del gimnasio se repite en restaurantes, centros de estética, locales comerciales de indumentaria, empresas constructoras o lugares de entretenimiento.

Desde hace 7 años, en
Desde hace 7 años, en Argentina, es más conveniente no invertir qué invertir, no hacer que hacer, no emprender que emprender (Reuters)

Desde hace 7 años, en Argentina, es más conveniente no invertir qué invertir, no hacer que hacer, no emprender que emprender.

El virus inflacionario tiene sólo circulación local. Es una especie tremendamente letal que en principio afecta a las rentas, luego a los ahorros y termina aniquilando o expulsando a los emprendedores.

Para qué ser emprendedor en la Argentina no sea un “piletazo” a una piscina vacía, debemos poner sobre la mesa de discusión cómo se va a resolver la cuestión inflacionaria porque el oficialismo no lo considera prioritario y la oposición, que lo utilizó como bandera en la campaña 2015, no lo resolvió.

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