El ex Ministro de Salud de la provincia Daniel Gollán ha disparado una de las frases más desopilantes, ofensivas y lejanas de la realidad que se hayan escuchado luego del resultado adverso que vivió el oficialismo en las elecciones primarias de hace algunos días atrás: “Con un poco más de platita en el bolsillo, la foto de Olivos no hubiese molestado tanto”.
Lo cierto es que el hoy candidato a Diputado Nacional por la Provincia de Buenos Aires no entendió bien lo que le ha ocurrido a la Argentina durante el gobierno de Alberto Fernández. De por sí, el creer que el dinero como dádiva es razón suficiente para influir en el voto de la gente es un absoluto insulto a la inteligencia y a la dignidad de quienes convivimos día tras día con la decadencia de un país que los está haciendo responsables.
Con el gobierno de Alberto Fernández han perdido todos, los asalariados privados, los públicos y hasta los jubilados
En estos veintidós meses transcurridos desde que asumió Fernández como Presidente de la Nación la pobreza se ha incrementado de manera exponencial: se han generado desde el 10 de Diciembre de 2019 a razón de cuatro personas pobres por minuto. Aunque eso no es lo peor ya que además se ha generado en paralelo una persona indigente por minuto: un argentino cada sesenta segundos dejó de tener las posibilidades de alimentarse todos los días. Hasta aquí se ve que el candidato Gollán no ha podido registrar absolutamente nada.
A estos datos dramáticos se le deben sumar otras adversidades económicas: las miles de pymes que cerraron sus puertas para siempre, dejando atrás años de esfuerzo y dedicación. Esas miles de empresas pequeñas que eran parte del motor del empleo del país. Esas empresas muchas veces administradas por segundas o terceras generaciones de familias trabajadoras y con sueños de un futuro mejor. Esas empresas que empleaban miles de personas que hoy no tienen más que intentar escapar de la desocupación y el hambre.
También ha olvidado el candidato del Frente de Todos que cientos de miles de personas se han quedado sin empleo y que en este tiempo (quienes tuvieron la suerte de conservar el suyo) muchos han sufrido una importante merma en sus ingresos: les ha disminuido la cantidad de trabajo o han tenido que ajustar sus honorarios a los tiempos que se suscitaron. También olvido seguramente recordar el decaimiento del poder adquisitivo: con el gobierno de Alberto Fernández han perdido todos, los asalariados privados, los públicos y hasta los jubilados, esos que les prometieron que el mismo día de asumir se les ajustaría un 20% de sus haberes y nunca ocurrió tal cosa.
Seguramente olvidó también la inflación, hoy en un 50% anual. Olvido el tipo de cambio que hoy cotiza tres veces más de lo que cotizaba en los mercados libres cuando el actual Presidente se sentó por primera vez en el sillón de Rivadavia. Evidentemente tampoco recuerda las palabras del propio Fernández cuando dijo: “El dólar a 60 pesos está bien”.
También olvidó seguramente a los 115.000 muertos, esos a quienes sus familiares no pudieron despedir como corresponde
También se ha permitido olvidar cuestiones que no necesariamente tienen que ver con la economía: el vacunatorio VIP, el dedito levantado del Presidente diciéndonos que iban a secuestrarnos los autos si incumplíamos las restricciones impuestas por decreto, la impresentable gestión del ex Ministro de Salud de la Nación Ginés González García, que pasó de decir que “el Coronavirus jamás llegaría a la Argentina” a estar entre los países con más cantidad de muertos por Covid por millón de habitantes, el tildar de miserables a los empresarios, los intentos de expropiación de la agroexportadora Vicentín y el retraso en la llegada de vacunas al país que hizo que miles de personas que hoy debieran estar vivas, no lo estén. También olvidó seguramente a los 115.000 muertos, esos a quienes sus familiares no pudieron despedir como corresponde.
Lo han olvidado todo o tal vez simplemente no quieran que nosotros lo recordemos. Esta sociedad no permitirá que olvidemos todos por un IFE, un plan social, una jubilación anticipada o una heladera. Deben dejar de insultar nuestra inteligencia intentando comprar nuestras voluntades con indignidad. Ustedes olviden todo lo que deseen, nosotros intentaremos jamás olvidarnos de lo que han hecho con esta devastada Argentina.