Los acontecimientos de la semana pasada terminaron hacia adentro con una unidad forzada, por lo tanto imposible de predecir su duración. Para afuera, para la sociedad argentina, generando una intranquilidad innecesaria, sumada a la carencia de rumbo explícito que viene manifestando el Gobierno.
La sensación es que las reacciones del Presidente llegan a destiempo, es decir, tarde y mal. Los gobernadores fueron hasta ayer, salvo Axel Kicillof, convidados de piedra del esquema político presidencial. Aclaración: en las provincias, las políticas inconsultas para con los gobernadores impactaron debilitándolos en sus territorios. Ver resultados electorales del domingo 12. Un dato a reflejar: la provincia de Buenos Aires recibió un 34% de recursos de Nación en 2019; en 2020 el aporte ascendió al 45%. Debe leerse como una sobreactuación del gobierno nacional sobre el conurbano bonaerense, donde el discurso y el accionar de la política nacional, impactan distinto que en el interior del país. Si se aplica la misma receta en el interior que en el Conurbano, los resultados son distintos, aunque a juzgar por los del domingo, tampoco sirvió allí. Hace tiempo esta cronista analiza especialmente para la región Centro que más radicalización significa menos votos para el oficialismo.
Hubo mala praxis política en dirigentes avezados. ¿Era necesario -mirando la proximidad del noviembre electoral y ante lo imperioso de señalar un rumbo-, hacer partícipe a toda una sociedad de un conflicto político interno? Indudablemente, no. Lo que deja en evidencia (atención oposición), es que en Argentina las coaliciones son armadas para ganar elecciones, pero no para gobernar. Triste papel de los principales actores que, conmovidos por una realidad que no fue: ganar las PASO; no pudieron acordar un discurso y una reacción conjunta ante la adversidad.
¿Pudo el Presidente romper con su vicepresidenta, especialmente, tras los agravios de la diputada Fernanda Vallejos, indudablemente consentidos por el Instituto Patria, dado que nadie adjetivó en contrario?¿Tras la durísima carta de CFK, marcándole la hoja de ruta al Presidente?¿Tras las innecesarias renuncias de funcionarios afines a Cristina que, al no ser indeclinables, hoy siguen en sus cargos? Indudablemente, aparecía como el momento oportuno para esa escisión, como señaló a oídos de la prensa más de un gobernador. Quedan en el Presidente las razones más profundas para que esto no se concretase.
En la seguridad de que no se puede propiciar un nuevo hecho de esta envergadura sin reacciones, que en esta ocasión no aparecieron; los protagonistas de esta disputa debieran suscribir un protocolo de entendimiento personal, para evitar nuevos incidentes públicos que profundicen aún más esta fractura expuesta, cuyo riesgo es que la sociedad toda, que en esta oportunidad miró atónita y comparó el conflicto de poder con sus propias realidades lacerantes: pobreza extrema, violencia extrema, desocupación extrema, ¿desesperanza extrema?; no tolere pasivamente otro escándalo.
Hay una regla no escrita que dice: sólo se puede hacer lo que se puede explicar. Si esto es válido, aquella decisión política de CFK de elegir a quien durante diez años fuera uno de sus más importantes detractores como candidato a Presidente en su espacio sólo fue entendido y reconocido por la política, remarcando la astucia de tal jugada, con resultados electorales favorables. Las razones que dio, y aplaudió la política en esa oportunidad, no son hoy entendidas por la ciudadanía en general que reflexiona: “Cómo pudo, qué arregló, por qué aceptó de ella semejante ofrecimiento”. Y rematan: “Si Alberto Fernández claudicó ayer, es lógico que lo haga hoy “.
En el nuevo gabinete aparece claramente una esperanza encomendada al peronismo de aumentar su nivel de influencia, para desequilibrar la injerencia de La Cámpora. No deja de ser una jugada riesgosa para el futuro del propio peronismo. Pareciera que tendría el Presidente un gabinete con más oficio, con más espalda; debería aprovechar para cambiar el chip porteño y consolidar la agenda federal.
El destrato prodigado al hoy ex canciller Felipe Solá, fue absolutamente innecesario. Solá caratula de falso el haberse enojado y encerrado en el hotel en México. Es un hombre de la política, sabe manejar injusticias. El ex canciller se entrevistó con el canciller Ebrard en el aeropuerto. “Convinimos que lo mejor era que me reemplazara –en la cumbre de la CELAC- el subsecretario de América Latina, Juan Valle”, un experto que viajaba junto a Solá. En ese momento, el ex canciller Solá decidió que era mejor que Argentina estuviera representada por alguien en funciones, dado que sabía, al igual que los presidentes y cancilleres de América Latina y el Caribe, que se había quedado sin autoridad. La situación no impidió que “coordinemos juntos los detalles del discurso y la respuesta, por si había agresiones de Nicaragua”.
En el caso del alejamiento de Juan Pablo Biondi, exigido por la Vicepresidenta, su pecado reside, a criterio de esta cronista, en ser leal al Presidente. En cuanto al nuevo gabinete, hay provincias, como la de Santa Fe, que esperan consensuar la agenda de lo urgente e importante con los nuevos actores: inseguridad, relación con el campo, cepo a la exportación de carne. Al cierre de este análisis, el gobernador Perotti se reunía con el nuevo ministro de Seguridad.
En lo económico hasta hoy, no hay cambios sustantivos. La prueba de cómo funciona la coalición post debacle estará dada en el debate del nuevo presupuesto. Presupuesto que prevé una inflación anual del 33%, poco creíble y que invalida cualquier otra proyección. También habilita una actualización tarifaria del orden del 33% para servicios públicos, ¿la mayoría de los legisladores del FdT acordarán con este ítem? Y en tercer lugar, se propone prorrogar el actual esquema de retenciones hasta diciembre del 2024. Ante esto, ya alzó su voz el presidente del Interbloque Federal, diputado Alejandro Rodríguez, alertando que el Gobierno se quedó con $12 mil millones que debían reintegrarse a pequeños y medianos productores, desobedeciendo el programa de compensaciones aprobados por el Congreso, que alcanza a 38 mil pequeños productores de soja de todo el país. Remata, diciendo el diputado Rodríguez a Infobae: “Entre enero y agosto del 2021 se destinaron $800 mil millones en pago de intereses por Leliqs y Pases (préstamos del Banco Central). ¿Cómo no van a tener $12 mil millones para destinarlo a la producción?”.
En lo pertinente a la designación del nuevo ministro de Agricultura, Julián Domínguez, el CAA espera que su proyecto avance y adquiera un nuevo impulso, dado que el flamante ministro conoce los puntos principales que hacen a la esencia del proyecto.
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