El Gobierno puede emitir pesos, pero no tiene plata

Una cosa es aumentar el poder de compra de la población, otra muy distinta es imprimir dinero sin respaldo en divisas ni estabilidad macroeconómica

El Gobierno carece de habilidades, y apela a la emisión de dinero no demandado, una imposición, una acción forzada, de impacto divergente (Reuters)

Para aumentar los gastos privados, deseados por la gente, es necesario previamente aumentar la capacidad de compra de los ingresos de los particulares, trabajadores y jubilados y pensionados. Pero el Gobierno carece de habilidades, y apela a la emisión de dinero no demandado, una imposición, una acción forzada, de impacto divergente. Redistribuye capacidades de compra: aumenta el poder adquisitivo de los favorecidos con los fondos recibidos del Estado. Y contrae el poder de compra de los que sufren licuaciones en el valor adquisitivo de sus acreencias en pesos.

Si la población quiere menos pesos que los emitidos, el valor de compra del dinero disminuye y se contrae su capacidad de gasto y aumenta la pobreza.

El gráfico siguiente ilustra las variaciones de la base monetaria en términos del Índice de Precios al Consumidor del Indec. Esto es una aproximación al poder de compra del dinero emitido por el Gobierno durante su gestión. Evidentemente, desde febrero 2020, no consiguió incrementar el poder de compra del dinero en los bolsillos de la población.

El Gobierno durante su gestión. Evidentemente, desde febrero 2020, no consiguió incrementar el poder de compra del dinero en los bolsillos de la población

No es cuestión de imprimir billetes; la base monetaria se multiplicó con fuerza, por 1,55. Hace falta una administración favorable a la satisfacción de los deseos de la gente. En lo que va de 2021, el valor de la cantidad de dinero primario en valores reales se contrajo 10 por ciento.

Peor aún. Parte de los consumos y gastos requieren importaciones de insumos y también de equipo durable de producción, divisas que escasean para comprar en este escenario.

El protocolo del Gobierno es resolver conflictos imponiendo cupos a la compra de divisas, incrementando el poder de los burócratas y desencantando a las aspiraciones individuales.

El protocolo del Gobierno es resolver conflictos imponiendo cupos a la compra de divisas, incrementando el poder de los burócratas

El gráfico siguiente delinea el impacto de los cupos sobre las brechas cambiarias, el precio al que deben pagar las divisas para adquirir los bienes deseados que reprimen los funcionarios.

El Gobierno carece de crédito, credibilidad. Proclama y se ufana de “desendeudar”, aunque no sea cierto. No puede cancelar la deuda, la que por el contrario bate récord mes a mes.

Acumulación de vencimientos

Cuando se avecinan vencimientos importantes, por unos USD 20.000 millones en 2022, que si no se renuevan a través de un acuerdo con el FMI, previo consenso con la oposición, llevarían a un impasse, incertidumbre mayor. Con las exigencias, “el regalo de Troya”, que el organismo impuso al Gobierno de Mauricio Macri, la reelección sería improbable.

Repetimos “emisión sin respaldo”. ¿Respaldo de quien, qué? Emitir lo no demandado es lo contrario a una transacción voluntaria. Emitir lo no deseado, es una imposición, forzando una estafa. Al entregar pesos indeseados por el conjunto, contrae su valor adquisitivo. Unos pocos ganan, la mayoría pierde. El Gobierno no tiene crédito, compromiso, palabra valedera, coherencia.

Se avecinan vencimientos importantes, por unos USD 20.000 millones en 2022, que si no se renuevan a través de un acuerdo del gobierno de Alberto Fernández con la directora gerente del FMI, Kristalina Georgieva, previo consenso con la oposición, llevarían a un impasse, incertidumbre mayor (Reuters)

Una ideología que arrastra décadas “combatiendo al capital”, terminaron expulsando inversiones y empresarios locales. La Argentina es un país descapitalizado, empobrecido por una dirigencia política que no comprende el fenómeno de la creación de riqueza, ingresos. Altera normas, contratos, continuamente. Haciendo lo que no sabe ni debe hacer. Mientras la Constitución manda favorecer las libertades individuales, el intervencionismo continuado de los gobiernos empobrece raudamente a los argentinos, aunque no a los políticos y burócratas.

Los argentinos espantados huyen de la patria de los contratos inciertos, con reglas cambiantes. Refugian capitales en el exterior, donde mantienen unos USD 400.000 millones, monto superior al PBI anual a valores de mercado, y al total de la deuda pública. Con libertades, esos capitales volverían al país, generando una explosión de los ingresos y una rápida reducción de la pobreza.

Mientras la Constitución manda favorecer las libertades individuales, el intervencionismo continuado de los gobiernos empobrece raudamente a los argentinos

Hoy es sumamente riesgoso mantener inversiones sujetas a las mutantes leyes argentinas, cuando los acreedores privados están poco resguardados ante incumplimientos. En su propio país, los particulares tienen reglas inciertas hasta la libertad de viajar al exterior.

La Argentina pasó de ser la tierra de las libertades, a la cual acudían inmigrantes y capitales de todo el mundo, al país de los individuos privados de derechos.

Explicamos en otras notas en Infobae: los patrimonios, ingresos, son la contrapartida de los derechos de propiedad individuales. Donde valen poco, los ingresos escasean.

Sin Justicia nuestras acciones son inciertas, pierden eficacia. Para progresar necesitamos reglas estables, iguales para todos, con las instituciones competitivas.

Los contratos sujetos a la ley de New York están mas resguardados, merced a las resoluciones del Juez Thomas Griesa y otros tribunales. Pero son los organismos multilaterales, tipo FMI, quienes tienen mayores protecciones; por eso cobran los menores intereses; se han convertido en los principales financistas y auditores.

Otra divergencia

La población reclama bienes para consumos particulares: alimentos, servicios privados, bienes de todo tipo para cubrir necesidades individuales. Haciendo oídos sordos, el Gobierno promete construir obras, empleos públicos que no producen los bienes reclamados. Los políticos aumentan los impuestos, obstáculos, a la producción y consumo de los bienes reclamados; mientras subsidian y alientan a los que no los producen.

El Gobierno promete construir obras, empleos públicos que no producen los bienes reclamados

Necesitamos mayores libertades para desarrollarnos, producir y consumir los bienes deseados; los gobernantes traban la atención de nuestras necesidades.

Faltan empleos productivos; los gobernantes impiden contratar. La creación de riqueza, de ingresos, es un proceso prolongado de prueba y error, sustentado en contratos, instituciones estables, seguros. Hay pocos candidatos a entrar a donde no se puede salir, o a comprometerse en relaciones inciertas de largo plazo donde no pueden negociar adecuaciones. El gobierno prohíbe despedir, suspender, empleos privados. Pero prohíbe, suspende, exportaciones, cambia contratos, leyes, normas. Y se queja de especuladores y ausencia de proyectos a largo plazo, en tanto contratan con empresarios amigos.

La población demanda seguridad pública, pero el Gobierno libera delincuentes. Los jueces exigen a las víctimas de violencias, y agentes de la ley, que traten a sus atacantes con más cuidado que al que los exponen. Al tiempo que no entrenan ni equipan suficientemente a sus agentes.

La Educación capacita a las personas a disfrutar y contribuir con sus semejantes. Las escuelas estatales permanecen cerradas demasiado tiempo, no educan en las habilidades requeridas y protocolos competitivos, que orientaron a millones de jóvenes desde la sanción de la Constitución en 1853/60. Los alumnos más afligidos por las necesidades diarias se sienten defraudados y abandonan las escuelas del Estado.

El gobierno aumenta impuestos al conjunto de los contribuyentes cumplidores mientras ofrece moratorias generosas para privilegiar a algunos evasores.

El 15 de mayo último Infobae publicó: “Auxilio: un gobierno ineficaz reclama poderes extraordinarios”. Nota que mantiene actualidad. Prohibiendo, decretando cuarentas, suspendiendo derechos, entorpecen la competencia, el motor del Progreso, explica libro “Por un País más Justo y Floreciente”.

Gran peligro para la sociedad. Los políticos discursean, la palabra se devalúa, como la moneda, los jóvenes desencantados emigran. ¿A quién le importa, mientras bailamos en el Titanic?

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