Una vez más el gobierno recurre a la contabilidad creativa para financiar el desequilibrio fiscal utilizando el regalo que le cayó del cielo: los US$ 4.334 millones equivalentes en Derechos Especiales de Giro (DEGs) que recibió del FMI.
¿Cómo es la estrategia? El Tesoro le vende al BCRA los DEGs por el equivalente a $ 422.174 millones. Obviamente que el BCRA esos pesos tiene que emitirlos. A los pesos emitidos contra los DEGs que le da el Central el Tesoro los usa para cancelar parte de la deuda que tiene con dicha entidad por Adelantos Transitorios, que son los pesos emitidos por el BCRA para financiar al Tesoro en el pasado. Esta cancelación parcial la hace para que las autoridades del Central no incumplan la ley de Carta Orgánica de la entidad y puedan seguir emitiendo para financiar el gasto público.
Pero, al mismo tiempo, el Tesoro emite una Letra Intransferible en dólares por el monto de US$ 4.334 millones que le entrega al BCRA a cambio de los DEGs y con éstos le paga al FMI la deuda que vence en lo que resta del año, para no entrar en default con el organismo. ¿Por qué el Tesoro emite esos US$ 4.334 millones de letras Intransferibles? Para que queden en el “activo” del BCRA y éste le entregue los DEGs para pagarle la deuda al FMI.
Triple mortal
Hasta acá, haciendo un triple salto mortal, el BCRA cumple con la partida doble de contabilidad desarrollada por el fraile Luca Pacioli allá por 1494. El tema es que se quedará con US$ 4.334 millones de Letras de un insolvente, el Tesoro. El Central no solo tiene problemas patrimoniales, sino que además recibe un bono de un insolvente. En otras palabras: un insolvente financia a otro insolvente que supuestamente lo “fortalece” con sus pagarés de insolvente.
Para tener una idea, el último balance semanal del BCRA muestra en el activo Letras Intransferibles del Tesoro por el equivalente a USD 53.377 millones y reservas brutas por US$ 45.900 millones. Es decir, ya tiene más bonos de un insolvente que reservas brutas. Si tomamos las reservas netas, la situación del BCRA es horrorosa. Y si tomamos las líquidas, para salir corriendo.
Ahora bien, dejemos de lado la contabilidad creativa y veamos qué pasa con la macro. En definitiva, el BCRA emite pesos para financiar al Tesoro en su fiesta de aumento del gasto público. La pregunta pertinente es: ¿querrá la gente esos pesos emitidos por el BCRA? La demanda de pesos no crece, de manera que cuando esos pesos entren en circulación van a generar presiones inflacionarias que se van a ir al dólar blue y/o a precios. O sea, a pesar que se emita contra los DEGs, cuando éstos vayan de vuelta al FMI para cancelar la deuda que vence este año, los pesos emitidos habrán quedado respaldados por las Letras Intransferibles de un insolvente, el Tesoro.
La emisión monetaria de toda esta pirueta contable equivale al 15% de la Base Monetaria. Difícilmente el mercado digiera esta mayor cantidad de pesos. Lo que puede hacer el Central es retirar parte de esa emisión colocando más LELIQs en los bancos, que las seguirán comprando con los depósitos de la gente. El Gobierno tiene que rezar para que la gente no vaya a retirar los pesos de los bancos y haga estallar el sistema, porque el BCRA no tiene cómo pagarle a los bancos las LELIQs que le compraron con la plata de sus depositantes.
Comparación preocupante
Actualmente el total de deuda emitida por el BCRA equivale a 1,5 veces la Base Monetaria. Si el BCRA absorbiera los pesos emitidos por los DEGs vía LELIQs pasaría la deuda pasaría a equivaler 1,6 veces la base monetaria. Para dar una referencia: cuando estalló la crisis del 2018 que llevó a Cambiemos a la derrota electoral, esa relación era de 1,4 veces la Base Monetaria. El kirchnerismo no está haciendo nada diferente a lo que en su momento hizo Cambiemos, que emitía pesos contra deuda externa para financiar el gasto público. Lo hacía con deuda voluntaria que colocaba en el mercado. Ahora el kirchnerismo lo hace contra el “despreciable” FMI, que tanto detesta y denuncia.
En síntesis, la pirueta contable para poder emitir más pesos sin afectar jurídicamente al directorio del BCRA le cierra al gobierno. Lo que no le cierra es la macro, porque al final del día va a estar financiando más gasto público con más emisión monetaria, pero sin tener reservas para dominar el mercado de cambios si este se le desboca.
La gente no quiere los pesos que emite el BCRA y por lo tanto el lector puede firmar que luego de toda esta voltereta contable estará peor: con más inflación y un BCRA contablemente más débil, y seguirán pendientes de resolución el atraso de las tarifas de los servicios públicos y del tipo de cambio oficial.
El gobierno está armando la tormenta perfecta.
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