Hay una frase de autoría desconocida que dice que “la política es para ajedrecistas, no para boxeadores”. Esto se visualiza sobre todo en los últimos años, analizando cómo la principal potencia militar de Oriente se maneja en el plano internacional.
Una prueba de destreza y de movimiento de fichas fueron los acuerdos de Abraham. El 13 de agosto de 2020, Emiratos Árabes Unidos se transformó en el tercer país árabe, después de Egipto en 1979 y Jordania en 1994, en firmar un acuerdo de paz con Israel y el primero del Golfo. Le siguió inmediatamente Baréin, que ya en 2016 había cortado relaciones con Irán.
Al sumársele Sudán y Marruecos a EAU y Baréin, permitió no solo ampliar los acuerdos, sino también, geopolíticamente hablando, expandir las relaciones de Israel con el mundo árabe y con África, un continente en donde los Estados Unidos están perdiendo la competencia estratégica con China y en donde Israel tiene mucho para aportar.
Los acuerdos aceleran por otra parte la respuesta de la triada Irán-Qatar-Turquía. Es de público conocimiento que Erdogan, el presidente turco, se acerca cada vez más a estos países. Basta recordar el acuerdo firmado en 2017 para facilitar el transporte de los productos comerciales y el paso tránsito entre Turquía, Irán y Qatar.
Incluso Turquía realizó exportaciones por más de 220 millones de dólares estadounidenses a Qatar en las áreas de la industria aeroespacial y defensa entre los años 2019-2020. También, desde 2017, observamos un aumento en casi un 70% de las exportaciones turcas a Qatar y en un 27% las exportaciones qataríes a Turquía. Mientras que, para el período comprendido entre el 2017 al 2020, las inversiones productivas e inmobiliarias qataríes en Turquía fueron de aproximadamente 20.000 millones de euros.
Veamos en la relación qué puede sacar cada uno como ventaja. Qatar impulsa su internacionalización, sobre todo en vistas a su Mundial (otro capítulo complejo). A Turquía le proporciona un respiro económico y en el equilibrio regional lo continúa fortaleciendo como contrapeso de Estados Unidos. Para ampliar es recomendable seguir su intervención en la última negociación en el aeropuerto de Kabul.
La consolidación de la paz mediante la diplomacia comercial
Estamos observando un camino interesante para la continuidad y consolidación de la paz en Medio Oriente, se trata de la diplomacia comercial y los acuerdos de Abraham pueden ser muy ilustrativos al respecto.
El caso Israel-EUA sigue el camino descripto en los manuales de relaciones internacionales que versan sobre conceptos de la diplomacia comercial: el avance en términos generales de la internacionalización de la economía a través de las representaciones diplomáticas, el desarrollo y fortalecimiento de los parámetros del impulso a la promoción comercial y el marketing, el apoyo político a la actividad internacional de las empresas y la participación en la estrategia fijada del marco institucional del comercio internacional.
Desde la firma de los Acuerdos de Abraham el volumen de las exportaciones de productos y servicios israelíes hacia su nuevo socio ha superado los 500 millones de dólares, importantes fuentes en Israel confían que este año superarán los 1.000 millones de dólares en ventas.
En paralelo con el comercio bilateral y los multimillonarios fondos de inversión, ha florecido además un sinfín de compañías intermediarias con presencia en ambos países y cuyo objetivo es facilitar y promover acuerdos entre empresas. Una de estas compañías es el UAE-Israel Business Council (Consejo de Negocios Emiratos-Israel), fundado por Fleur Hassan Nahoum, vicealcaldesa de Jerusalén, y Thani al Shirawi, director ejecutivo de uno de los conglomerados empresariales más importantes del golfo Pérsico. Las Bolsas de Diamantes israelí y de Dubai firmaron un acuerdo para abrir oficinas de representación en Israel y Emiratos Árabes Unidos.
También empresas israelíes de áreas como la agrobiotecnología, defensa e incluso investigaciones relativas al COVID-19 iniciaron sus respectivos intercambios, lo que permitió de enero a julio del 2021 acrecentar el flujo a una cifra de 613,9 millones de dólares.
Según la oficina central de estadísticas de Israel, podemos comprobar que no solo los acuerdos de Abraham estarían permitiendo aperturas comerciales a lugares con los que anteriormente Israel no comerciaba, por ejemplo Baréin, que de enero a julio del 2021 realizaron transacciones por 300 mil dólares. También podemos observar que dichos acuerdos produjeron un impacto positivo en la aceleración del comercio con aquellos países que ya habían firmado acuerdos de paz, tal es el caso de Egipto que pasó en el 2020 (enero-julio) de un intercambio de 92 millones de dólares al mismo período 2021, a 122,4 millones dólares, y Jordania (enero-julio 2020) de 136,2 millones de dólares, a 224,2 millones de dólares este año.
El mejor camino para la región es la paz y una de las mejores formas de consolidarlo el intercambio comercial.
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