Sin margen económico, el Gobierno tiene que remontar noviembre y aguantar dos años más

En principio parece un resultado muy difícil de remontar a pesar del aumento del gasto público primario en los últimos meses para tratar de ganar las elecciones

Alberto Fernández (Télam)

Si bien las PASO son una encuesta y todavía no se hizo la elección que define cómo se conformarán ambas cámaras de Congreso, el resultado de esta “encuesta” hace pensar que el oficialismo va a tener serios problemas en noviembre para retener el quorum propio en el Senado y en diputados no se los ve tomando el control.

Es más, es altamente probable que en noviembre vaya más gente a votar y ese voto se traduzca en una victoria más amplia por parte de la oposición.

En base a estos datos de las PASO, ¿cuál es el escenario económico que puede ocurrir de aquí a noviembre? En principio parece un resultado muy difícil de remontar a pesar del aumento del gasto público primario en los últimos meses para tratar de ganar las elecciones, en particular en junio y julio generando un aumento del déficit fiscal en ambos meses y una mayor expansión monetaria y más tensiones inflacionarias.

Dos años más de populismo no son fáciles de imaginar porque no hay margen y el acuerdo con el FMI luce bastante complicado en marzo próximo

Si con el aumento del gasto público que impulsó el Gobierno en los últimos meses, el atraso tarifario y cambiario y el desastre de endeudamiento del Banco Central, el oficialismo perdió en casi todo el país, el Gobierno tiene tres opciones de aquí a noviembre. Una es dar marcha atrás con el lío económico que generó en estos casi dos años, con lo cual puede llegar a perder más votos aún. Es decir, iniciar el proceso de ajuste de aquí a las elecciones, lo cual luce bastante poco probable.

La otra opción es mantener el actual ritmo de gasto público, déficit cuasifiscal, atraso cambiario y tarifario. Igual, como se señalaba más arriba, en noviembre le costará buscar alguna laguna adicional para ir a pescar más votos.

vLa tercera opción es redoblar la apuesta de populismo y aumentar el gasto repartiendo más plata (emisión monetaria) y continuar con el desajuste del resto de las variables. Eso le acumula más problemas para después de noviembre si es que las variables económicas no se le van de las manos antes.

Al incluir el gasto cuasifiscal en los números fiscales, el Gobierno tendrá que presentar un programa de reducción de déficit consolidado del tesoro y del BCRA del orden del 11% del PBI

El primer interrogante es, entonces, ¿qué hará el Gobierno de aquí a noviembre para tratar de dar vuelta una elección en las PASO que parece irremontable?

El segundo interrogante es el siguiente, si se mantiene este resultado electoral en noviembre o incluso se amplía, ¿cómo hace un gobierno sin ninguna credibilidad para sostenerse dos años sin estallidos inflacionarios y cambiarios? ¿De qué manera logra mejorar algo el nivel de actividad económica de una economía que hace 10 años que no crece ni crea puestos de trabajo?

Dos años más de populismo no son fáciles de imaginar porque no hay margen y el acuerdo con el FMI luce bastante complicado en marzo próximo. En efecto, al incluir el gasto cuasifiscal en los números fiscales, el Gobierno tendrá que presentar un programa de reducción de déficit consolidado del tesoro y del BCRA del orden del 11% del PBI. Difícil de imaginar una propuesta en un Gobierno de fuerte contenido populista.

Ningún economista con trayectoria que genere confianza se va a sentar en el sillón del ministro de Economía

Tampoco se ve salida por el lado de un cambio de gabinete. Ningún economista con trayectoria que genere confianza se va a sentar en el sillón del ministro de Economía y tampoco los agentes económicos van a apostar en los próximos dos años por un gobierno débil, populista y sin un manejo serio de la economía.

En síntesis, dos grandes interrogantes se presentan de ahora en más. El primero es, ¿cómo llega el gobierno a noviembre sin un desborde económico y qué va a hacer para tratar de revertir o amortiguar el resultado adverso de las PASO?

El segundo interrogante es: ¿cómo aguanta la economía dos años más de un gobierno populista y débil?