Elecciones bonaerenses: ¿se altera la correlación de fuerzas políticas?

Una buena elección del oficialismo provincial puede otorgar a Axel Kicillof mayoría en ambas cámaras

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Legislatura bonaerense
Legislatura bonaerense

La Provincia de Buenos Aires renovará este año 35 bancas en la Cámara de Diputados, junto con la mitad de las bancas en ambas cámaras de la legislatura provincial (23 senadores/as y 46 diputados/as provinciales), y otros cientos de cargos de concejales y consejeros escolares. El Frente de Todos pone en juego 17 de esos escaños legislativos, al tiempo que Juntos por el Cambio deberá defender otros 14 lugares: ocho en manos del PRO, tres de la UCR y tres de la Coalición Cívica. Los restantes lugares corresponden al Frente de Izquierda (dos), Consenso Federal (uno) y Unidad y Equidad Federal (uno).

En estas elecciones nacionales el Frente de Todos se presenta a las primarias con una sola lista de candidatos/as, encabezada por Victoria Tolosa Paz; mientras que Juntos por el Cambio presenta competencia entre dos listas: una liderada por Diego Santilli, apoyado por el PRO, la Coalición Cívica y Confianza Pública, y otra encabezada por Facundo Manes, sostenido por la UCR, el Peronismo Republicano y el GEN. La Provincia de Buenos Aires posee una centralidad mayor en la contienda, pues allí se libra una batalla electoral que anticipa el futuro rumbo nacional de las dos coaliciones principales.

En una elección legislativa, más relevante que la cantidad de votos de cada partido es cuántas bancas quedan en manos del oficialismo y cuántas para la oposición. Y Buenos Aires es una provincia que elige 35 diputados/as nacionales, por lo que una buena performance de las fuerzas opositoras en las PASO estaría pre anunciando que, en las elecciones de noviembre, difícilmente el oficialismo obtenga el número de diputados necesario (129) para lograr el quórum propio. El resultado de las primarias puede ser un anticipo de lo que ocurrirá en la elección general. El espacio que gane en septiembre sentirá que tiene a mano la victoria en noviembre.

Seguramente la disputa principal será protagonizada por estas dos coaliciones principales, que alcanzan extensión territorial en toda la provincia y que probablemente obtengan, combinadas, alrededor del 80% del total de votos válidos emitidos. El resto se dispersará entre otras fuerzas, solo algunas con chances realistas de superar el umbral del 1.5% de los votos válidos y competir en la elección general: Vamos con Vos, encabezada por Florencio Randazzo y Carolina Castro; el Frente de Izquierda y de Trabajadores, que presenta competencia interna entre Bodart-Ripoll y Del Caño-Del Plá; y Avanza Libertad, que lleva a José Luis Espert y a Carolina Píparo como figuras principales, por citar a las que probablemente superen el piso, de 1,5% de votos válidos, necesario para participar en la elección general. Por lo tanto, las 28 listas que concurren a la elección demuestran una altísima y poco productiva fragmentación, que resulta escasamente significativa a la hora de ocupar una banca en el Congreso.

En cuanto a otras características de la oferta electoral, de las 28 listas que se presentan para Diputados a nivel nacional, solo 7 son encabezadas por mujeres; y únicamente en 3 casos hay competencia: en Juntos (entre Manes y Santilli), en el FIT, y en Alianza Unión por el Futuro.

Una cuestión importante a nivel provincial es que, de los/as 23 senadores provinciales que se eligen, Juntos por el Cambio pone en juego 16 de sus 26 bancas, en una cámara que hoy controla. Mientras que el Frente de Todos renueva solo siete de sus 20 bancas. Una buena elección del oficialismo provincial puede alterar la correlación de fuerzas en la provincia y permitir a Axel Kicillof tener mayoría en ambas cámaras.

La gran incógnita que se presenta en esta elección refiere a cuál será el número de votantes. Todo parece indicar que habrá una caída en la concurrencia a las urnas, producto tanto de la pandemia como del desinterés en torno a las elecciones primarias en general. Una baja participación puede favorecer al oficialismo, que cuenta con un piso electoral más firme y proclive a participar, razón por la cual las oposiciones deben estimular a sus electores para que concurran a votar, en vistas de no perder sus chances de triunfo.

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