Cristina fue la que más endeudó al país después de Alberto

La actual vicepresidenta aumentó la deuda pública en su segundo mandato a razón de 17.000 millones de dólares al año y Mauricio Macri lo hizo a razón de 12.000 millones de dólares por año

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La actual vicepresidenta endeudó al país en 5.000 millones de dólares más al año que el ex mandatario Macri (REUTERS/Agustin Marcarian)
La actual vicepresidenta endeudó al país en 5.000 millones de dólares más al año que el ex mandatario Macri (REUTERS/Agustin Marcarian)

Cristina Fernández de Kirchner fue la Presidenta que más endeudó a la Argentina en la historia de nuestro país. Punto. Basta de mentir sobre la deuda. Ni Mauricio Macri ni ningún otro. Ahora es Alberto Fernández quien camina a destronarla, luego de haber hundido a la sociedad en un confinamiento voraz que partió la economía y agudizó la pobreza.

Lo más grave es que la deuda contraída por Cristina Kirchner se destinaba a pagar los sobreprecios de la Obra Pública, de la corrupción que todos vimos por televisión. Mientras que el aumento de la deuda en el gobierno de Macri iba a pagar deuda anterior, contraída por Cristina Fernández, y a reducir el déficit que él disminuyó casi hasta lograr equilibrio fiscal.

En números y para que quede claro: Cristina Fernández aumentó la deuda pública en su segundo mandato a razón de 17.000 millones de dólares al año y Macri lo hizo a razón de 12.000 millones de dólares por año.

Pero el desastre mayor lo está mostrando el presidente Alberto Fernández, quien aumentó la deuda pública en su primer año de gestión en 33.000 millones de dólares y en los primeros siete meses de 2021 aumentó en 17.000 millones más.

Se argumenta que el endeudamiento de Alberto Fernández es en pesos. Pero no dicen que más del 70% de esa deuda está indexada por CER, o sea, ligada a la inflación y al dólar. Lo que implica que están pagando intereses cercanos al 40 o 50% anual, contra el 4% que pagarían en cualquier crédito internacional.

En diciembre de 2019, cuando Macri entregó el gobierno, la deuda de Lelic era de 1 billón de pesos. En esa oportunidad, Alberto Fernández repetía que no iba a pagar con los jubilados el endeudamiento de Lelic. Bueno, a julio de 2021, la deuda en Lelic se multiplicó por 4. Hoy es de 4 billones de pesos y, obviamente, los jubilados no sólo no ganaron, sino que perdieron un 20% de su poder de compra.

Los intereses que hoy se pagan por año a los bancos tenedores de Lelic por esa deuda de 4 billones de pesos es de 14.000 millones de dólares (o su equivalente en pesos). Mientras que, si hubieran tomado esa misma deuda en dólares al Fondo Monetario Internacional (FMI), se pagarían 1.400 millones de dólares, o sea, 10 veces menos. Lo que significa que estamos pagando tasas 10 veces superiores a las del mercado internacional. Obvio que no podrían tomar deuda afuera, ni con el FMI ni con ningún otro organismo o bancos, simplemente porque no les prestarían.

El relato los transformó en rehenes y la estupidez ideológica los conduce por la cornisa del caos social.

El origen de las deudas que Argentina toma de manera patológica radica en que el país gasta más de lo que recauda. Así de sencillo. Por lo tanto debe cubrir esa brecha con plata prestada o con nuevos aranceles; ya nadie le presta y la presión fiscal es intolerable, no resiste aumentos ni creación de nuevos impuestos. Por lo tanto, terminan haciendo lo único que saben hacer: emitir billetes sin respaldo que nos terminan posicionando entre las economías con mayor inflación en el mundo.

Por eso, volvemos a la receta doméstica más sencilla: no gastes más de lo que tienes.

Cabe decir a esta altura que Cristina Fernández recibió el gobierno de manos de su marido con un superávit cercano al 3%, y luego entregó el gobierno a Mauricio Macri con un déficit primario mayor al 4%. O sea, desequilibró las cuentas fiscales en un 7% del PBI, dilapidó el 3% de superávit heredado, y agigantó la brecha en 4 puntos de déficit.

Sin embargo, sólo 4 años después, Macri le entregaba el gobierno a Alberto Fernández prácticamente con las cuentas en equilibrio: con un déficit menor al 0,5%. Claramente, hacer el esfuerzo de ordenar el final de fiesta de Cristina Fernández seguramente le costó perder las elecciones.

Hoy, promediando la gestión de Alberto Fernández, el déficit fiscal volvió marcando un preocupante récord: 6,5% en términos de PBI. Este dato representa el desequilibrio más grande de los últimos 50 años en el país, una exageración que sólo se explica en los excesos de gastos del gobierno para sostener medidas populistas y demagógicas, en un contexto de país quebrado.

La irresponsabilidad, la estupidez y la impericia del Presidente y su equipo económico traerá más inflación, más pobreza y más dolor a todos los sectores de la Argentina. En especial a la clase media, que es siempre la que recibe la mayoría de los golpes, y son quienes pagan la fiesta de otros, a la que obviamente nunca son invitados.

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