-En los últimos 40 años la mayoría de los países registró crecimiento en términos de dólares reales (deducido la inflación en los EE.UU. en 4 décadas), unos pocos retrocedieron. En el caso de Venezuela se achicó a la décima parte, el peor desempeño en Sudamérica. La Argentina es el segundo peor, apenas obtenemos un tercio de lo percibido en 1980, pasó del equivalente a USD 26.900 a USD 8.550, cuando en el origen del período considerado ambos países habían sido extremadamente exitosos.
Para alcanzar el ingreso de 1980, los argentinos necesitaríamos crecer a un ritmo del 2,8% anual acumulativo durante 40 años seguidos, hasta 2060. Terrible desafío.
La causa de la decadencia es la concesión de privilegios y repetidas alteraciones normativas. Proponemos un rápido remedio. Expone libro “Por un País más Justo y Floreciente” las personas tenemos gustos particulares, capacidades limitadas y, por eso, diferimos en habilidades y urgencias. Nos organizamos, decidiendo gobiernos, asociarnos con otros individuos, empresas, del país y del mundo, para protegernos, desarrollar ocupaciones, aprendiendo y compitiendo.
El desafío es acordar reglas estables, iguales para todos, con las instituciones competitivas
Sin Justicia las vidas son inciertas, empobrecemos. El desafío es acordar reglas estables, iguales para todos, con las instituciones competitivas. Tal es la forma de expandir las potencialidades, las ganancias del conjunto. Con las mayores libertades no habría nación más próspera que la Argentina, por su dotación de recursos.
Gobiernos que contrarían a la población
Juan Bautista Alberdi, padre de la Constitución Nacional, insistía: educar a valorar las libertades y trabajos. Venimos confundiendo, en vez de allanar obstáculos a la competencia para elevar los ingresos, sucesivos gobernantes conceden privilegios a actividades, organizaciones, regiones, particulares. Miran con un solo ojo las concesiones, sin advertir que trasladan mayores costos para los excluidos.
Privilegios vs. Libertades. Explicamos en Infobae: las redistribuciones forzadas de derechos empobrecen (RFDE). Durante años, los gobiernos repartieron y modificaron privilegios- barreras a la competencia, recortando libertades de decisión individuales. En su afán de contínuamente “crear derechos” particulares, restringen las libertades conjuntas, empobreciendo a los argentinos.
La Constitución es el mandato a los funcionarios, legisladores, jueces. Sin embargo, vienen suspendiendo; concediendo derechos desiguales; cepos a comprar dólares; suspensiones de exportaciones; prescindir personal; decidir contratos; cobrar deudas; impuestos desiguales, contribuciones a entes singulares. La abundancia de “derechos particulares”, en alteración permanente, derrumba las libertades individuales. Quedamos sometidos al activismo caprichoso del Poder Ejecutivo de turno.
Preferimos la atención privada, ajustada a cada uno, a la atención del sector público, incierta para todos, dependiendo de relaciones personales. Justamente, el valor particular de los bienes es el que aprecian los individuos. De ahí, las ventajas de los emprendimientos privados.
Que los individuos compitan, aprendan, ofrezcan mejores prestaciones, cargando con las pérdidas y ganancias.
Que los individuos compitan, aprendan, ofrezcan mejores prestaciones, cargando con las pérdidas y ganancias
Sin embargo, desde 2003 el sector público en su conjunto expande la nómina de personal y el gasto total en valores reales. Desplaza a los privados a fuerza de impuestos y trabas para producir y comerciar. Alientan los esfuerzos menos valorados, obstaculizando los deseados, como a los productores agropecuarios y a competidores de Aerolíneas Argentinas, entre muchos otros. El gasto estatal pasó del 23% del PBI en 2003, a 41% en el último año.
Encima, exigen pagos para beneficio de entes, sindicatos, organizaciones, empresas, regiones. El régimen promocional de Tierra del Fuego, la Coparticipación Federal de Impuestos, derechos aduaneros diferenciales, recortan las libertades individuales, las competencias.
Durante la década del noventa, con la dolarización de la economía, se privatizaron las principales empresas estatales y jubilaciones, y se logró una muy favorable adecuación. Pero los intereses contrarios al progreso llevaron al default, devaluación y pesificación de 2002, derrumbando las reformas estructurales y, en 2008, completaron la faena con la estatización de los aportes privados a las AFJP, otra colosal estafa a quienes confiaron en el país.
Proponer dilemas como atender la deuda pública, interna o la externa, socavan la confianza en las autoridades, ahuyentan capitales. Argentinos mantienen un monto similar al PBI en el exterior, unos USD 400.000 millones. Otras disyuntivas, tipo “salud vs. economía” inclinan a cuarentenas exageradas.
Cuestiones a reparar
En el libro de marras detalla 30 propuestas concretas, superadoras del empobrecimiento, y enseña que los conflictos se superan buscando beneficios superiores a los costos y riesgos individuales.
Moneda confiable es el idioma de los contratos. Los gobiernos argentinos imponen el peso, aunque en muchos países prefieren el dólar; en la Unión Europea el euro. Ecuador dolarizó a fines de 2000; desde entonces, multiplicó su ingreso por 2,5. Nadie progresó tanto en 20 años. Dolarizando Argentina en 2000, con el mismo impacto, el PBI por habitante hubiese subido a USD 21.700 por habitante. No habría avance más contundente.
Falta de trabajo. Las relaciones laborales son personales, como las amistades, cada uno construye la suya. Las libertades contractuales amplían alternativas de selección, de empleadores y de quienes buscan ocuparse en una actividad rentada. Todos los meses seis millones de estadounidenses cambian de empleo, confirmando el dinamismo de libertades. En la Argentina, las normas contra los despidos; la exigencia a no afiliados a tributar al sindicato; ocupaciones forzadas de espacios ajenos; traban empleos y la competencia laboral. Otra RFDE. La construcción reconoce normas más flexibles.
Las libertades contractuales amplían alternativas de selección, de empleadores y de quienes buscan ocuparse en una actividad rentada
Servicios públicos. Cuando la tarifa refleja los costos del servicio, cada usuario acomoda el consumo, compatibilizando los intereses privados y del conjunto, no hay privilegio. Pero cuando se subsidia la demanda, como en la actualidad, se desperdician producciones y encarecen los gastos a toda la población.
Energía. Aliviando trabas forzadas, pagando y reconociendo los costos correspondientes, se podrían generar exportaciones en cantidades importante.
Falta de dólares. Acordando precios competitivos a todas las actividades dejarían de faltar divisas. La escasez refleja la ausencia de precios competitivos y la falta de confianza en el cumplimiento de los compromisos.
Educación es difundir el valor de las libertades, conocimientos y trabajos. Los establecimientos educativos sufren la degradante ausencia de mediciones de rendimientos, competencias. Programas impuestos por autoridades, gremios docentes sostenidos por regulaciones estatales. Huelgas docentes abandonan a los alumnos. Demasiados gastos (más del 6% del PBI) en educación ideologizada. La educación gratuita puede ser demasiado onerosa.
Salud. La epidemia del Covid-19 desnuda fallas de vacunación y de la cuarentena para evitar contagios. Muertes y 11,5% de la población contagiada, las más elevadas del planeta. No obstante, la relación muertos/contagios cercana a la media mundial, indicaría que los sanatorios responden, pese a los costos excesivos (más del 9% del PBI) por trabas a la competencia.
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