La ridícula idea de que todo lo que decimos es ridículo

Una oleada conservadora busca amedrentar e inhibir las voces feministas. La estrategia es ridiculizar todo lo que se plantea. No hay manera de esquivar la ridiculización sin entender que, no importa que se diga o se deja de decir, todo va a ser visto como exagerado, superfluo, torpe o tonto. Así que acá escribimos una columna ridícula

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Las periodistas feminstas son ridiculizadas
Las periodistas feminstas son ridiculizadas en la televisión como enojonas, amargadas y gritonas, pero si son todo lo contrario también son ridiculizadas (Getty Images)

Sos ridícula si decis garchar. Y sos ridícula si te oponés al abuso sexual porque -te critican- “así no se va a poder coger más”. Si pedías protocolo de género en empresas, universidades, colegios y eventos culturales te enrostraban que “se va a tener que ir a una escribanía antes de tener sexo si piden tanto consentimiento”. Ay, estas monjas ridículas que abajo de la demanda de consentimiento tienen una sotana. Eso decían.

¿Era ridículo frenar la violencia sexual o es ridículo promover el goce sexual? ¿No hay aunque sea un ridiculómetro para poder medir nuestra ridiculez y ver si podemos achicar nuestra ridícula idea de no ser violadas pero disfrutar del placer sexual?

Ya estoy mareada sobre qué está bien, qué está mal, qué molesta más y si lo que quieren es tener sexo o no tenerlo. Tantos años de aguantar que te pregunten si no te gusta que te digan piropos (somo si la apología a la violación fuera un halagador paseo por la vía pública) que ahora el nuevo top ten en ser ridícula es ser tan atrevida como para osar a decir la palabra garche.

Che, no se puede ser tan descaradas, mal habladas, vulgares y chabacanas que ofendimos hasta al batallón de glorificación de los piropeadores seriales y a las señoritas que querían que les digan barbaridades porque, sino, se les iban a terminar todos los romances.

El ridículos nos libre y salve de la pacatería que defendía el santo derecho a decir “qué lindo culo que tenés” pero se ofende si el sexo no es lo que tenemos que escuchar sino lo que podemos decir, porque casi todo el secreto de las ridículas ideas feministas era que queríamos que nos digan cosas lindas los o las que queríamos, cuando queríamos, pero que no nos digan cosas ofensivas quienes no queríamos, cuando no queríamos. ¿Lo ridículo es decir qué queremos y qué no queremos?

Victoria Tolosa Paz hablo con
Victoria Tolosa Paz hablo con Martín Rechimuzzi y Pedro Rosemblat en una entrevista por Youtube dijo: "En el peronismo siempre se garchó".

Sos ridícula porque hablás de goce y sos ridícula si decís que en el sexo “vale todo”, si decís que sí, pero si decís que no el “no es no” no tiene que ser escuchado. Pero, ay, de las mentirosas, quejosas, caprichosas, monumento a las víctimas, mosquitas muertas, resentidas, vengativas y exageradas que no querían que tengan sexo con ellas, que toquen sus cuerpos o besen sus bocas, si ellas no querían. ¿Saben lo que les va a pasar si siguen cuestionando el impulso sexual de los varones? Se va a terminar el sexo y ustedes -¡ridículas!- van a ser culpables de la extinción del apareo.

Sos ridícula si denuncias un abuso sexual porque tenés una lista de otras calamidades de la humanidad que no denunciaste. ¿Quién te da derecho a decir lo que te pasó si no te ganaste el Premio Nobel de la Paz? ¿Y si te lo ganaste, por qué oscuros privilegios lo tenés vos y no se lo ganó otra que, obvio, sufrió más que vos y vos no la acompañaste? Ufff. ¿No podemos hacer una lista de requisitos para ser feminista que la vara está mucho más alta que para ser economista, panelista, diputado o cirujano?

Sos ridícula porque no importa lo que digas, hagas o escribas, ahí están para decirte que en algún lugar del planeta o con alguna injusticia no hiciste nada. ¿Quién dijo que no es ridícula la mujer maravilla que no puede hacer todo y estar en todos los lugares simultáneamente? ¿No podemos volver a tener el poder de ser invisibles para no molestar tanto y dejar de mostrar tan desfachatadamente tanta ridiculez a plena luz del día?

Florencia Peña después de sufrir
Florencia Peña después de sufrir machismo dijo que se juzga a las mujeres que hablan de goce.

¿Ah y a vos no te parece ridículo que te atrevas a acompañar a una mujer y no a todas, a escribir sobre un caso y no sobre todos, a poner un tuit y no a tuitear las 24 horas como un delivery que despacha reclamos de los que odian el feminismo pero le reclaman al feminismo como a un altar en el cual rezaran?

Sos ridícula si llorás por si te atacan y si atacas para defenderte. ¿Hay alguna manera de defenderse de ser ridícula? ¿Hay alguna manera de que no duela que te digan ridícula cuando te lo dicen para que te duela? ¿Somos ridículas también porque, además de soportar agresiones, las tenemos que aguantar sin quejarnos y sin que nos duela? ¿Ya no les parece un poco ridículo pedirnos tanto?

Sos ridícula si sos una feminista trucha que llega al puesto de editora en un diario pero tiene que dar explicaciones porque criticó que un candidato se toquetee los testículos en un acto electoral a la vista de todos. No son ridículos los que se rascan, sino las que les dicen que “poner huevos” es una metáfora que queda mejor en la cancha.

Las mujeres pueden ser ridículizadas
Las mujeres pueden ser ridículizadas para generar metáforas sexuales humillantes, pero si se defienden son descalificadas y tildadas de "feministas truchas".

Sos ridícula si defendés que a las chicas no las matan, ni las violan por usar pollerita corta, ponerse un escote, caminar con mini short. Nadie les tiene que hacer daño y, cuando el daño ya está hecho, ellas son las víctimas y no las culpables. Porque son ellas las que pueden disfrutar de su cuerpo y no son las que “están provocando” que les generen un daño.

Pero sos ridícula porque una vez que peleamos para conseguir derechos sexuales y reproductivos -a la vanguardia de América Latina y el mundo- se puede mostrar el cuerpo y pelear para ser votada e ir al Congreso. ¡Aleluya! Pero que la tanga y la urna puedan convivir no es a pesar de las que construimos un feminismo del goce, sino gracias a los feminismos que nos mojamos la lengua para que ninguna chica sea demonizada, ni subestimada por su cuerpo.

La libertad sexual no llovió y regó los campos fértiles de más igualdad de género. Las que ahora somos ridiculizadas nos mojamos para lograr una batería de leyes y de consensos sociales y mediáticos para que nadie juzgue a las exuberantes, ni crea que ser atractiva era sinónimo de descerebrada. Acá estamos las ridículas que, encima, queremos seguir peleando para que la libertad sea, también, de las que bailan mejor y piensan distinto.

¿Pero las que más peleamos somos ahora las que tenemos que dar explicaciones sobre qué hicimos y cómo lo vamos a seguir haciendo? ¿O vamos a tener que ir a pedirle al comité de machismo verificador un ISO 900 de feminismo libre de ridiculeces que no los ofendan, ni perturben?

"Zorra" es una de las
"Zorra" es una de las descalificaciones a las mujeres, en una calle de Nicaragua. Pero las mujeres siempre somos las que tenemos que dar explicaciones. (Nicaragua). EFE/Jorge Torres

Sos ridícula si decís que en la televisión no se puede legitimar a alguien señalado por abuso. Pero sos ridícula XXX si no señalaste a todos los machistas que pisan suelo argentino porque si vos abrís la boca tenes que convertirte en diosa y diabla para pensar que todos son iguales y poner un jardín de infierno en el fondo de tu casa para que ninguno pague o ninguno se salve.

Sos ridícula si te parece que la libertad de elegir como vestirte, como llamarte, como nombrarte y como disfrutarte es un avance que coloca a la Argentina en la vanguardia mundial y da la posibilidad de una felicidad que ni cotiza en bolsa. Pero te dicen ridícula los que se apropian de la palabra libertad como si fuera una consigna solo para los que hacen de la libertad un modus operandi de tradición, familia y propiedad.

Sos ridícula si no querés que las nenas miren dibujitos donde les enseñan que los maestros les van a decir que tienen que hacer los que ellos quieren sin poder escapar. Y sos ridícula si no te parece que el enemigo sean los dibujitos animados si en la escuela les enseñan que “no es no” y que no tiene que haber secretos negativos que impliquen tocarles sus partes íntimas y amenazarlas con dañarlas a ellas o sus seres queridos si hablan o cuentan la verdad.

Sos ridícula si querés que la televisión se cuide o genere debates críticos, pero sos más ridícula si crees que la mirada crítica -sin censurar obras, programas, ni películas- se lleva mejor si la educación sexual integral se aplica en las escuelas y si chicas y chicos se saben cuidar no corren riesgos de ser engatusados.

La doble vara deja que
La doble vara deja que la educación sexual silenciosa sea el machismo, pero se opone a la eduación sexual en las escuelas.

Pero mira si serás ridícula que defendés que a los chicos y chicas les digan que los padres no pueden tocar, ni amenazar, ni obligar a realizar sexo oral. Ah, no, que la escuela no está para eso. Que es una ridiculez adoctrinar en contra de los progenitores, padrinos y padrastros. Quieren llenarle la cabeza a las nenas con esas ridiculeces. Y si las nenas hablan las ridículas son las maestras, las psicólogas, las periodistas o las madres que las escucharon.

Sos ridícula si decís que a tu hija la abusaron porque esa es una ridiculez de resentida que le lleno a la nena la cabeza con imágenes que no sucedieron para vengarte de su ex. Sos ridícula si decís que la escuchen porque las nenas no saben la palabra vulva, ni dibujan como la tuya una escena donde muestran que las obligaban a tragar un pene. Esas madres ridículas que solo saben llenar la cabeza y que van a terminar pagando por no cuidar bien a sus hijas y dar tanta cantaleta.

Sos ridícula si pedís aborto legal porque los embarazos no buscados se pueden evitar con anticonceptivos. Pero sos ridícula si apoyas que el Estado compre penes de madera para enseñar educación sexual. Porque no importa lo que hagas. No se quiere evitar el abuso, el embarazo no planeado y las enfermedades de transmisión sexual sino que se hable de eso –el sexo no violentado- que es tan, pero tan ridículo que mejor porque no te quedas callada y nos ahorramos este numerito ridículo.

En Colombia hicieron esta intervención
En Colombia hicieron esta intervención para que los chicos y chicas hablen y puedan relatar los abusos sexuales/ Colprensa

Sos ridícula si no te gusta que te llamen Roberto porque tu DNI dice Mariela. Pero te parece que al dólar hay que sacarle el cepo. Porque lo ridículo es que vos elijas, no que las grandes empresas, las financieras y los bancos apuesten. Lo ridículo no es el derecho a elegir, sino creer que la elección es un derecho con el que no se nace, sino que se construye con los deseos.

¿Ay, dijiste deseo? Ya saliste con esa ridiculez. Dale, seguí, todes, tenés que escribir con la e? Sos ridícula si decís todes porque quien leyó a Cervantes con la e. Pero te encanta el abecedario que tira Elegante que marca la eeeeee. Pero la e de la cuestión es quien lo dice y donde. Ay, a vos te queda tan ridícula. ¿Me entendisteeeeeeeeeeeeee?

Sos ridícula si no te parece mala idea que las toallitas higiénicas no tengan IVA y que haya en las escuelas. No importa que acompañaste a nenas que las mandaban de excursión con pañales en sexto grado o si fuiste a buscar a tu hija que se marea si le viene. Quién quiere hablar de sangre en un país con periodistas que se indignan por el “Ministerio de la Menstruación” pero hicieron su carrera desnudando quién se acuesta con quien.

En México pelean por una
En México pelean por una menstruación digna y libre de impuestos, pero en Argentina las propuestas de higiene menstrual son ridiculizadas como superficiales e innecesarias.

Sos ridícula si peleás para que haya paridad de mujeres en las empresas porque van a ir a hablar de dietas, de galanes y de tampones. Ah, no. Y no te parece ridículo venir a hablar de economía si siempre escribiste de esa bobadita del acoso sexual y la violencia de género, que la violencia está mal, no importa contra quien. Mejor cállate, que todo lo que decís es ridículo.

-¿Y no te das cuenta que acá las mujeres si manejan y pueden estudiar?

- Sí, por eso, es ridículo que si son el 60% de las estudiantes después no lleguen a ser ni el 30% de las mujeres con poder en las empresas.

-Ah, bueno, anda a Afganistán a hacer tu luchita ridícula, a ver si te bancas enfrentarte a los talibanes ahora que se retiraron los yankees y sos tan valiente como para ir a pelear porque las nenas agarren los cuadernos. No vengas a romper las guindas acá que no les falta nada. ¿Si de verdad te importa tanto porque no te trepás a un avión a ver si no te caés, y si no te caés, directamente no te inmolás?

Ah, bueno, claro, a vos no te importan las mujeres de acá. ¿No fuiste nunca a Formosa e o al conurbano? ¿Qué te tenes que andar preocupando por las mujeres del Sahara, de Afganistán o de Nicaragua? ¿Por qué te importan las de otros países para andar firmando cartitas y porque no las de acá? ¿Y las de Nicaragua no te importan? Pero si serás ridícula que te importan o no te importan, ya me maree con lo que decís, porque el único marco de geopolítica es que sos ridícula.

La vuelta de los talibanes
La vuelta de los talibanes es utilizada no para pedir ayuda para las mujeres en Afganistán, sino para ridiculizar a las que luchan por más derechos para las mujeres EFE/EPA/STRINGER

Sos ridícula si hablas de sexo porque a nadie le importa. Ah, nos venimos a enterar que en un país obsesionado con el sexo ahora a nadie le importa salvo para mostrar, juzgar y usar a las mujeres con las que les gustaría tener sexo.

Pero resulta ahora que el sexo no es importante. ¿No les parece un poco ridículo hacerse los asexuales en un país que chorrea babas? ¿O es ridículo si no se grita como en una cancha donde las mujeres, trans y gays son el arco a donde golear y no una jugadora más que también decide a donde patear y cuando atajar?

Pero ya te estás quejando, ay qué ridícula. ¿No ves que sos una ridícula? ¿Por qué no te dejás de quejar y escribir sobre otra cosa más importante? Total, yo no te voy a leer porque no leo ridículas.

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