El mal manejo de la crisis de la foto

Escaló a tal nivel que la conclusión más fácil de sacar es que el Gobierno pecó un poco de ingenuidad y otro toque de soberbia

Intro

Hemos contemplado atónitos variadas torpezas en la actuación del gobierno para intentar resolver el llamado “problema de la foto”. No es que este tema sea crucial en la historia de la Nación Argentina, pero a veces las grandes crisis se desencadenan en episodios insospechados y casi ridículos.

En términos políticos, debemos decir que no es la primera vez que el Presidente no cumple algún protocolo, como así tampoco lo respetaron a rajatabla varios de los dirigentes más importantes de la oposición. Tampoco se trata de analizar si la foto es un mecanismo para ocultar otras cuestiones, como táctica de corto plazo de Juntos por el Cambio para cambiar el eje de la discusión y ganar agenda contra el presidente.

Lo que queda claro es que la foto la vieron todos, todas y todes, que fue un tema que ocupó la agenda mediática durante casi una semana, que desde el más oficialista de los medios hasta el último “gorila” del zoo declaró al respecto y, en segundo término, que esta situación desencadenó una catarata de derivaciones que, como en distintas crisis, se escapa de las manos y la contención de la información es casi imposible a esta altura.

Las crisis

Las crisis desestabilizan, por lo que el objetivo para su manejo es la necesidad de reducir al máximo la incertidumbre, brindando las respuestas acordes lo antes posible, que expliquen cualquiera de los cuestionamientos. Esto no quiere decir que se debe dejar conformes a todos, pero indefectiblemente es plantar una clara posición de modo contundente.

En el caso del Vacunatorio VIP, el pedido de renuncia del ministro sin dudas es un fusible que sirve para varias respuestas. ¿Qué debe hacer el gobierno con este tema? ¿Qué consecuencias electorales puede causar que no se tomen cartas en el asunto? ¿El Presidente es tibio en la respuesta? Y todas las preguntas conducen a una misma respuesta: el pedido de renuncia a un ministro. Algo así como un remedio que permita contrarrestar con comentarios como: “¿Y que más querías que hagan? ¿Que manden a matar a los vacunados VIP?”.

Muy diferente al caso de la foto en el que cada palabra fue nafta para el incendio.

Analicemos la seguidilla:

Allá por 2020:

1- La torpeza inicial

Se trata de la fiesta de cumpleaños misma. Es de alguna manera el “pecado original”, que depende quien lo analice va de inocencia, torpeza, soberbia, incapacidad o delito. Unos dirán: “¿Cómo puede ser que nos pidió colaboración para un tremendo aislamiento y después se reúne socialmente con gente en el cumple de su mujer?”, Otros podrán defenderlo (quizá mejor que Aníbal): “No fue gravísimo, se sentó unos minutos a brindar”.

2.- La ingenuidad

Sacar fotos, es cuanto menos inocente. Un riesgo tremendo fue pensar que podrían controlar a mozos, cocineros y asistentes cuando un Presidente está rompiendo una norma que él mismo dictó. Demasiada tentación dando vuelta.

Ahora en 2021:

El mayor de los problemas fue la falta de coordinación y estrategia de comunicación de crisis. Sabemos que el presidente y la vicepresidenta no parecen estar muy de acuerdo con estas disciplinas, pero en este caso hubiera ayudado enormemente.

3- La primera mentira

Télam publicó un comunicado en el que se aseguró que el 14 de julio el festejo sería por Zoom. Evidentemente en algún lado se buscó desinformar. No hay duda de eso.

4- Desplazamiento inicial

Las primeras respuestas fueron que seguramente las típicas que niegan el hecho e incluso la veracidad de las imágenes. “Fake news” y “retoques de Photoshop”. La intención era que corra la noticia sin llegar a mayor repercusión… Algo así como “mejor que no prenda, que siga su curso y se extinguirá sola” pero lo que era un tema en sí mismo como la difusión de los listados de concurrentes a la quinta de Olivos con cierta intención manipuladora de algunos que dejaban entrever que ciertas asistentes no entraban con fines laborales, se transformó en el gran problema posterior…

5- Minimización de lo sucedido

Fue luego de largas horas de presión que el jefe de Gabinete, Santiago Cafiero, dijo: “Es evidente que hubo un descuido, que se cometió un error y que estuvo mal”. O Aníbal Fernández con su habitual sinceridad brutal señaló a la compañera de Alberto como la principal responsable: “Es un error. Yo no dejo de criticarlo. Si la licenciada Yañez organizó un cumpleaños en contravención sanitaria es un tema que no tiene nada que ver con la función pública. ¿Qué va a hacer el marido, llegar y cagarla a palos?”.

Tal fue la descoordinación y el efecto de negar o minimizar el hecho que el propio periodista, afín al gobierno, Víctor Hugo Morales criticó al presidente explicando que la oposición en este caso tenía razón en su indignación.

6- Autocrítica

Como en una comedia de enredos, llegó la autocrítica. Necesaria y lógica, que tuvo la virtud de la espontaneidad, que pareció sincera y natural, pero carente de argumentos sólidos para frenar las nuevas envestidas. El Presidente dijo con tono sentido: “Fabiola convocó a un reunión y un brindis con sus amigos que no debía haberse hecho y que lamento que haya ocurrido, y que mirando en retrospectiva debí haber tenido más cuidados que no tuve”. Pobre, oración por oración, poniendo como sujeto principal a su pareja, restando importancia al encuentro llamándolo brindis, explicando simplemente que no debió suceder, cuando se esperaba algo más, porque hay que ser y parecer en un escenario de cuestionamientos de tanta repercusión a semanas de una elección nacional.

La oposición pedía la intervención de la justicia, ¿podría haberse autodenunciado para cortar por lo sano? ¿A esta altura buscaba igualarse como un hombre común con altas responsabilidades? Si fue así, no se cumplió con el objetivo.

7- Las derivaciones

Quedó demasiado fuego amigo abierto. No se calman los ataques como efecto del pobre arrepentimiento. Y funcionarios como Sergio Berni, que pertenece al mismo frente que lidera el presidente dijo cosas como: “Nosotros tenemos que dar el ejemplo, ser mejores que los demás, ser más éticos, trabajar el doble… Porque si entregamos a nuestra compañera a la primera de cambio con el solo objeto de salvar nuestro pellejo, es difícil que nos crean capaces de defender los altos intereses de la Patria”. Duro por demás.

8- El enojo

24 horas después de la sentida autocrítica, el Presidente pasó de la calma a los gritos en un acto diciendo: “Piensan que me van a hacer caer por un error que cometí. Todo el fin de semana me la pasé leyendo las cosas que escribían y decían los hipócritas, y me cansé de recibir el cariño y el afecto de mis compañeros”. El tono contradice la reflexividad de las horas anteriores. Destruye parte de la mínima empatía de haber asumido la culpa de lo sucedido.

Complementariamente, ya es anecdótico que dijo que no le echó la culpa a Fabiola. Si bien su intención no fue esa, lo que pasó realmente es que la nombró como organizadora del evento. Y una vez más se nota que la improvisación de los discursos no es lo aconsejables en conflictos tan complejos en los que se analizará cada letra de cada palabra de toda oración.

9- No te enojes

Hasta la líder del espacio, la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner, se metió en la situación y le dijo: “Alberto, poné orden en lo que tengas que poner orden y no te pongas nervioso”. Ya parece un cuento de nunca acabar.

10- La inoculación final

Aparecieron los videos, desde el medio El Destape y luego en la TV Pública, pero no muestran mucho más. Un presidente tranquilo, sin grandes movimientos, ni abrazos, ni bailes... Se difundieron en un marco contenido y cuidado.

Inocular es un término usado en la vacunación para proporcionar parte del virus y que el cuerpo se acostumbre si llega a tener contacto con la enfermedad. En definitiva, que, si aparecen nuevos videos más cerca de la fecha de votación, los ciudadanos piensen que son “parte de una noticia vieja que ya vieron”.

11- Lejos del cierre

Santiago Cafiero expresó que no veía delito y que tanto Carrió, por su cumpleaños, o Rodríguez Larreta como asistente y Vidal por el famoso asado de Juntos por el Cambio debían también pedir disculpas. Continuar con el tema, ¿será el nuevo camino elegido?

Conclusiones

El detalle a detalle, sumado a los rumores (algunos inverosímiles) logran que el tema fuera una bola de nieve que aún hoy no sabemos si dejó de rodar. Por eso la “curita” se saca en velocidad y, aunque el dolor es mayor, se termina rápidamente. La foto escaló a tal nivel que la conclusión tan fácil de sacar es que el gobierno manejó mal la crisis con un poco de ingenuidad y otro toque de soberbia.

Las reglas básicas de cualquier consultor en medio de una campaña no fueron escuchadas: coherencia entre diferentes voceros, evitar la subestimación de lo que podría pasar, dejar de lado la posibilidad de mentira y ser y parecer, sobreactuando incluso la ejemplaridad.

Consecuencias

Una foto que vio todo el país se sumó al material de archivo y explotaron los memes en Internet. Un error no forzado a días de las elecciones.

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