Existen varias razones para explicar el bajo nivel de los salarios de los trabajadores argentinos, pero la génesis se encuentra, mayormente, en la injerencia del Estado en las relaciones laborales.
Empecemos por los impuestos. ¿Cuánto tiene que vender una empresa sólo para pagar el sueldo de un empleado? Como el Estado se pone primero en la fila para cobrar, a las ventas hay que restarle el IVA neto, ingresos brutos, impuesto al cheque y tasas municipales varias, tales como seguridad e higiene. La suma de todos estos rubros puede llegar fácilmente al 15%. El saldo tampoco puede ir todo al bolsillo del empleado. Antes se deben pagar las contribuciones patronales del 24% y el empleado deja otro 17% por sus aportes. En conclusión, la empresa necesita vender $175.000 para que el empleado se lleve unos $100.000 a su casa. Y todavía sin haber recaudado un peso para cubrir los costos de mercadería vendida y otros gastos que tenga la compañía. El Estado, sin arriesgar nada, ni invertir, ni dedicar su tiempo, se lleva tres cuartas partes de lo que se lleva el trabajador. O visto de otra manera, del valor de $175.000 que genera la persona, $75.000 se lo lleva el Estado.
Por otra parte, están las regulaciones laborales tales como cantidad mínima de trabajadores, sueldos mínimos o falta de flexibilidad. Los convenios colectivos han sido superados por la tecnología y condenan a la ineficiencia a las empresas y a los empleados. Como la masa salarial no puede expandirse ya que llevaría al productor a la quiebra, el mismo monto se distribuye entre más personas. Se puede pensar que esto es bueno y “solidario”. No es así, lo bueno para las personas y para la sociedad es que se realicen trabajos del mayor valor agregado posible, esto se ve claramente en los países con esquemas laborales flexibles. Existen múltiples ejemplos que ilustran estas ineficiencias forzadas: a) Los actuales equipos petroleros de perforación se pueden operar con 5 personas, pero hay que contratar a 10, como hace 20 años. b) En la TV, existe el ayudante de cámara para ayudar a acarrear una cámara, ya que antes era un aparato muy pesado; hoy se reemplazó hasta por un celular. c) Un vendedor de un local no puede trabajar para asistir en las ventas online durante sus tiempos ociosos. El trabajo inútil y las trabas lo único que logran es crear pobreza.
El tercer punto es la falta de acumulación de capital. La falta de previsibilidad y los altos costos impositivos hacen que la tasa de ahorro y de inversión en Argentina sea muy baja. Esto redunda en sistemas productivos que no se modernizan y son poco eficientes. Un noruego o un canadiense no son mejores trabajadores por el hecho de haber nacido allí, son más eficientes por todos los equipos y sistemas que los ayudan en su trabajo. Por eso sus sueldos son más altos.
Para cerrar un cuento que ilustra muy bien algunos de estos conceptos. Un economista estaba visitando China y, para impresionarlo, lo llevaron al lugar de la construcción de una gran represa. Al llegar, le llamó la atención ver miles de personas con palas y carretillas transportando tierra hacia el terraplén. Les preguntó a sus anfitriones por qué no usaban topadoras y camiones, a lo que respondieron que era para darle más trabajo a la gente. “Ah, entonces denle cucharitas”, refutó el economista.
Como conclusión, cuanto más eficiente sea la sociedad, más ricas serán las personas y mejor será su nivel de vida. Todos estos conceptos van de la mano.
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