El año de las competencias en las PASO

De las 134 listas presentadas, en 41 habrá contienda

Listas para las PASO

Estamos a poco más de dos semanas de las elecciones Primarias, Abiertas, Simultáneas y Obligatorias y sin embargo no se percibe clima electoral. En la era de la virtualidad y las redes sociales, la imposibilidad de realizar grandes actos ha modificado la impronta de las campañas electorales provocando un efecto que puede tener una lectura benévola, la falta de crispación en el ánimo colectivo, o lo contrario, el desapego de los ciudadanos por el proceso electoral.

De todas maneras 34.332.992 electores están habilitados para votar en las 101.457 mesas instaladas en los 17.092 locales designados para ello, un par de miles más que en las últimas elecciones para evitar la concentración de personas y respetar la distancia social.

Este año, pandemia mediante, debemos prepararnos para una posible merma en la participación, al menos en las PASO. Debemos recordar que en elecciones similares (PASO de medio término) la participación en 2013 fue de 75,01% y en 2017 de 72,37%. Por otro lado, en las elecciones que tuvieron lugar en Jujuy, Misiones y Salta la participación este año disminuyó 8, 17 y 12 puntos respectivamente, en relación con el promedio de participación desde 1983.

Los motivos más evidentes son el temor al contagio de COVID 19, a pesar de los protocolos sanitarios aprobados, que deben difundirse con mayor intensidad, y de la información proveniente de los más de 150 países en los que se celebraron elecciones y en los que no se registraron aumentos en los contagios como consecuencia de estas.

Este año se eligen para el Congreso Nacional, en listas paritarias -o sea, una mujer y un hombre intercalados o viceversa- un tercio del Senado y la mitad de la Cámara de Diputados. Los 24 senadores, a razón de tres por distrito, provienen de Catamarca, Chubut, Corrientes, La Pampa, Tucumán, Mendoza, Córdoba, Santa Fe. Los 127 Diputados son elegidos en número dispar, pero vale saber que se eligen 2 bancas en 5 provincias; 3 bancas en 11 provincias; 4 en 2 provincias; 5 en 2; 9 en 2; 13 en 1 (C.A.B.A.) y 35 en 1 la provincia de Buenos Aires.

A nivel de legislaturas provinciales, también tienen PASO el 12 de septiembre la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, las provincias de Buenos Aires, Catamarca, Mendoza, San Luis y en el caso de Santa Fe se eligen concejales municipales en toda la provincia.

No debe resultar llamativo que la demografía indique que entre provincia de Buenos Aires, CABA, Córdoba y Santa Fe suman 66 de los 127 diputados y que 20 provincias eligen cada una cinco o menos diputados totalizando entre ellas 61.

Pero tal vez lo más notorio de estas PASO sea la extendida competencia interna. De las 134 listas presentadas, de acuerdo con la Unidad de Datos de Infobae, en 41 habrá contienda. Pero este año será entre las fuerzas políticas de mayor relevancia y en muchos distritos. El Frente de Todos compite en 4 distritos para el Senado y en 9 distritos para diputados; Juntos por el Cambio en 8 distritos para el Senado y 20 para diputados, entre ellos los cuatro más grandes, y el Frente de Izquierda en 6 para el Senado y 17 para diputados.

No es ocioso recordar que en la categoría diputados y en los casos que hay competencia, si la segunda o tercera listas llegan a un determinado porcentaje que cada agrupación determinó, los precandidatos de las listas minoritarias se integrarán a la lista de candidatos definitiva.

Las PASO están pensadas para comenzar con precandidatos enfrentados en listas que compiten y terminar con la integración de las distintas opciones en la proporción que el voto popular determine.

Hace 10 años se celebraron las PASO por primera vez y su desempeño en este periodo ha sido juzgado en forma dispar. El enorme esfuerzo institucional, financiero y logístico para su celebración debe ser escrutado cuidadosamente de acuerdo con su contribución al sistema representativo. La necesidad de cambios, ajustes o su continuidad deben ser evaluados.

Como nunca, este año podrá comprobarse si los precandidatos de las agrupaciones políticas están preparados para competir con firmeza, pero sin agravios de manera de no perjudicar el futuro desempeño del conjunto; y también, si los ciudadanos que en las PASO votan alguna de las opciones de una determinada agrupación, mantienen el apoyo a la misma, aunque la lista interna que hayan votado no haya resultado electoralmente favorecida y a su candidato preferido no le toque encabezar.

Si así fuera, la selección democrática de candidatos habría cumplido su cometido: conciliar electoralmente las diferencias y matices de las agrupaciones y construir opciones electorales competitivas, legitimadas por el voto popular.

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