¿Llegó la hora de subirse al Merval?

Cómo ha sido el ciclo de los precios de las acciones que cotizan en la Bolsa de Comercio de Buenos Aires desde el inicio del año

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La primera mitad del año la operatoria con acciones se caracterizó por  hubo una tendencia ligeramente bajista, en un ambiente de abulia y desinterés por parte de los inversores (Reuters)
La primera mitad del año la operatoria con acciones se caracterizó por hubo una tendencia ligeramente bajista, en un ambiente de abulia y desinterés por parte de los inversores (Reuters)

Transcurrido algo más de un semestre, desde la publicación de una nota anterior en este medio: Cómo debe leerse el recorrido del Merval, podría resultar de utilidad analizar la bondad del ajuste de las previsiones allí vertidas, con el comportamiento efectivo de las cotizaciones.

El gráfico siguiente, expresado en moneda doméstica, fue obtenido de Clave Bursátil, al igual que los que se mostrarán posteriormente. En él, se puede observar que en los primeros cuatro meses del tiempo transcurrido desde la publicación de la nota citada anteriormente, hubo una tendencia ligeramente bajista, en un ambiente de abulia y desinterés por parte de los inversores.

Adelantarse a los acontecimientos, e invertir en el momento de máximo pesimismo, resultó ser acertada

La estrategia sugerida, de adelantarse a los acontecimientos, e invertir en el momento de máximo pesimismo, resultó ser acertada, ya que luego se produjo un swing alcista de relativa importancia, seguido de una sana corrección, la cual, podría estar a punto de finalizar, dando continuación a la tendencia principal alcista de corto plazo.

Con relación a las perspectivas futuras, el transcurso del tiempo habría mutado las expectativas, desde una visión bajista, con un enfoque en el corto plazo de 3-6 meses, hacia una incipiente visión alcista, por parte de algunos pocos, pero respetados analistas del mercado.

La mirada comenzaría a posarse, entonces, en un horizonte de 12-24 meses, y el driver principal sería la previsión de un resultado desfavorable para el gobierno, en las próximas elecciones.

En cuanto a la trilogía de etapas que se caracterizaron en el informe anterior, habría finalizado la primera de ellas. Se trata del período de acumulación de paquetes accionarios, por parte de los “cazadores de gangas”. Se estaría ingresando, ahora, en el segundo período, en el cual el motor principal debería ser la política y los cambios de humor de la sociedad, hacia los gobernantes y la oposición.

La mirada comenzaría a posarse, entonces, en un horizonte de 12-24 meses

Si bien la mayoría de las encuestas prevén un “empate técnico” que impediría el avance de los proyectos más temidos por “el mercado”, algunos, hasta ahora solitarios opinadores, auguran una paliza electoral histórica en contra del oficialismo. El argumento más respetado, refiere al cansancio del ciudadano medio, que se siente agobiado por los malos resultados de las políticas monetaria y fiscal de la actual administración.

La variable que más perjudica al oficialismo es la permanente caída en el poder adquisitivo de los ingresos de las grandes mayorías populares.

El gobierno de Mauricio Macri, a pesar de su pésima gestión macroeconómica, tuvo algunos aspectos positivos. Por tal motivo, sus principales dirigentes y, aún, la opinión pública, le auguraban un resultado medianamente favorable en las primarias de 2019. Sin embargo, la sociedad lo castigó duramente con un voto rabioso y enojado, que benefició a la oposición de entonces. Fallaron las encuestas y la gente manifestó en silencio y de manera no preanunciada su enfado contenido, ante la presencia de muchos errores no forzados.

El mismo fenómeno estaría gestándose larvadamente en la actualidad. El voto castigo podría ser de dimensiones realmente importantes y beneficiar a las variadas coaliciones opositoras. Se produciría una dispersión de la representación popular en el Congreso y se podría esperar la lenta formación y reedición del “partido del ballotage” para las próximas elecciones presidenciales.

La previsión de un cambio de régimen y el viraje hacia una economía con visos más realistas y menos ideológicos debería disparar las cotizaciones del Mercado de Valores, a fin de recuperar total o parcialmente los precios existentes en 2019, antes de la debacle de las últimas PASO presidenciales.

El siguiente gráfico, medido en moneda dura, permite visualizar la magnitud del ascenso que deberían tener las cotizaciones para recuperar el terreno perdido en los últimos dos años.

Desde los máximos de 2018, se observa una caída del 80%. Una reversión completa implicaría, entonces, una quintuplicación de los precios, para dejar los mismos en el punto de partida inicial.

El mismo gráfico, pero en una visión de más corto plazo, permite observar que el punto mínimo del movimiento bajista parece haber ocurrido en el mes de abril ppdo. En la jerga bursátil: “el Mercado ya habría hecho piso”.

Resiliencia de muchas empresas

La reversión de la tendencia es clara para el ojo avizor de los analistas más experimentados.

Desde el análisis fundamental, es fácil encontrar valor en muchas de las empresas cotizantes.

Es marcada la resiliencia de varias compañías que, a pesar del pésimo clima de negocios, la gravosa presión impositiva y la maraña regulatoria, se las ingenian para obtener resultados positivos, muy superiores a los que debiera esperarse en tan desfavorable coyuntura.

Es el caso, por ejemplo, de una empresa acerera, propiedad de uno de los grupos económicos locales más importantes. Sus resultados recientes son de tal magnitud que, la relación entre el precio del papel y las ganancias proyectadas, implican recuperar el capital invertido en 1,5 años.

En la jerga bursátil, se expresa de la siguiente manera: el Price Earning Ratio (PER) o relación precio/ganancias es de 1,5 años. Su inversa, expresa la tasa de rentabilidad anual esperada (TIR), que en este caso es del 66%. Para facilitar aún más su comprensión, puede indicarse que con una rentabilidad del 66% anual, se recupera la inversión en 1,5 años.

Una empresa acerera, propiedad de uno de los grupos económicos locales más importantes registra una perspectiva de recuperar el capital invertido en 1,5 años, cuando el promedio mundial se ubica en 10 años (Reuters)
Una empresa acerera, propiedad de uno de los grupos económicos locales más importantes registra una perspectiva de recuperar el capital invertido en 1,5 años, cuando el promedio mundial se ubica en 10 años (Reuters)

Compañías similares, en países macroeconómicamente más estables, tienen un PER promedio de 10 años, lo cual implica una TIR de 10% anual. En sus épocas de esplendor, esta misma empresa ostentaba un PER de 15 años (TIR del 6,66 % anual). El precio actual por acción es de USD 0,50, y en circunstancias normales, debiera valorizarse en aproximadamente 3 dólares.

Otro sector importante es el de los Bancos, habitualmente líderes de los movimientos tendenciales del mercado local. Estos, en la actualidad, actúan como meras agencias de intermediación del BCRA y, sus menguadas utilidades son determinadas mezquinamente por el ente emisor. La expectativa de un cambio en las reglas de juego, que devolviera normalidad al sector, catapultaría significativamente las cotizaciones, ya que debería esperarse un retorno a sus tasas de rentabilidad históricas.

La expectativa de un cambio en las reglas de juego, que devolviera normalidad al sector bancario, catapultaría significativamente las cotizaciones

La principal petrolera nacional, por otra parte, a pesar de no tener libertad para trasladar a los precios los incrementos de sus costos, tuvo pérdidas menores a las esperadas. Descontando las partidas contables no erogativas, tales como amortizaciones o impuestos diferidos, la empresa pudo conservar un flujo de fondos positivo

Esto le ha permitido disminuir su endeudamiento y continuar con su plan de inversiones. De esta manera, podrá ampliar su producción y sus resultados en los próximos ejercicios. El muy probable descongelamiento de los precios de los combustibles, luego de las elecciones, podría ser otro importante factor dinamizador de sus utilidades futuras.

Las empresas proveedoras de servicios públicos, por otra parte, a pesar de tener los precios congelados desde hace dos años, han presentado balances muy superiores a lo esperado. No es razonable que el esquema de subsidios actual sea sostenible durante mucho tiempo. El descongelamiento implicaría un ascenso brusco en la rentabilidad de esas firmas que cotizan actualmente con una métrica que contempla las bajas tarifas actuales. Una vez más, la multiplicación de las cotizaciones se avizora certera en el horizonte, cuando se analiza con realismo el probable devenir de la regulación del sector.

La multiplicación de las cotizaciones se avizora certera en el horizonte, cuando se analiza con realismo el probable devenir de la regulación del sector de empresas de servicios públicos (Reuters)
La multiplicación de las cotizaciones se avizora certera en el horizonte, cuando se analiza con realismo el probable devenir de la regulación del sector de empresas de servicios públicos (Reuters)

Algunas de ellas, además, han iniciado nuevas líneas de negocios, no relacionadas totalmente con su objeto principal. Representan una porción creciente de su facturación, y sus precios de venta no están sujetos a la regulación oficial. En varios casos, se trata de productos que se exportan, sin obligación de liquidar inmediatamente las divisas en el mercado oficial.

En términos generales, los irrisorios valores actuales, solo se justifican ante el desmedido e injustificado temor a una completa radicalización del gobierno actual.

Los irrisorios valores actuales, solo se justifican ante el desmedido e injustificado temor a una completa radicalización del gobierno actual

Al suponer previsible tal escenario, parece olvidarse que la sola intención oficial, si la hubiera, no sería suficiente. Se necesitaría, además, la anuencia y el silencio cómplice de la mayoría de la población. Esto no parece posible en las actuales circunstancias.

En síntesis, el escenario catastrófico que está descontado en los precios actuales de las principales compañías cotizantes en Bolsa, no podría considerase realista.

Si esto es así, a poco que los inversores comiencen a darse cuenta de que “el rey está desnudo”, debería observarse una reacción favorable en los precios, de una magnitud significativa.

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