Cómo la inflación subvierte la sociedad

El alto ritmo que mantiene el aumento de los precios, y las crecientes regulaciones e intervenciones de los mercados conspiran contra el crecimiento y el bienestar general

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Las ofertas no resultan suficientes para atenuar el efecto de la inflación sobre los presupuestos de las familias (EFE)
Las ofertas no resultan suficientes para atenuar el efecto de la inflación sobre los presupuestos de las familias (EFE)

Nos asociamos para estar mejor protegidos, ganar información, habilidades, emprendiendo, especializándonos en ocupaciones diferentes y asegurarnos ante desgracias potenciales, explica David Hume. En sociedades desarrollamos lenguajes, culturas, instituciones para convivir e intercambiar.

Los beneficios son tanto mayores cuanto más firmes están las instituciones y extendidas las sociedades. Abarcando gentes del mundo entero. Ninguna sociedad expropiadora prospera.

Ilumina Hume que el orden legal es para proteger nuestra vida en paz. El trabajo se hace más productivo en ausencia de estorbos redundantes, con el disfrute pacífico de lo adquirido por fortuna y esfuerzos.

Lo central es la estabilidad de la posesión, el cumplimiento de los compromisos y la transferencia por consentimiento. La Justicia está para que las disputas se resuelvan en las cortes y la fuerza policial. Justo es la misma ley para todas las ocasiones y personas, sin privilegios. La Justicia debiera aportar productividad, evitando desperdiciar esfuerzos en disputas estériles.

Lo central es la estabilidad de la posesión, el cumplimiento de los compromisos y la transferencia por consentimiento

La propiedad de lo obtenido sustenta la vida y, por lo tanto, es la madre de todos los derechos. La persona despojada de lo que produce y consiguió, pierde libertad, sometida a la voluntad de otro. Las redistribuciones forzadas conllevan transferir bienes de quien los valora más a quien los valora menos. No son voluntarias.

La persona despojada de lo que produce y consiguió, pierde libertad, sometida a la voluntad de otro, como se intentó en Guernica, provincia de Buenos Aires
La persona despojada de lo que produce y consiguió, pierde libertad, sometida a la voluntad de otro, como se intentó en Guernica, provincia de Buenos Aires

Toda violación exige entregar derechos valorados a quienes los menosprecian. Ocurren bajo amenaza. Por eso, todas las cesiones forzosas reducen el valor de los derechos, activos, empobrecen. Son lo opuesto a las transacciones, siempre voluntarias, que transfieren derechos de quien los valora menos a quien los valora más, enriquecen.

Subversión del dinero

Las monedas, idiomas, instituciones son nexos que facilitan los intercambios voluntarios. La subversión del dinero fiduciario aparece al emitir a costo cero para financiar al gobierno. Al hacerlo, quienes cobran se sorprenden con sobrantes de liquidez. En reacción, reponen los bienes, servicios prestados, alzando precios -devaluando la moneda-. Ahora, a los nuevos precios, necesitan mayor cantidad de billetes, que adquieren a cambio de entregar mas bienes y servicios al gobierno.

Como el Flautista de Hamelin, bajo el encantamiento del alza de precios, el gobierno consigue una auténtica redistribución voluntaria de activos; gana el Estado y se empobrecen los privados del valor adquisitivo de sus tenencias monetarias. Repetir estafas no construye futuro próspero, enseña la Torre de Babel, en las Sagradas Escrituras.

Bajo el encantamiento del alza de precios, el gobierno consigue una auténtica redistribución de activos

Escuchamos la inflación perjudica más a los vulnerables. En realidad, incrementa la incertidumbre, desconocimiento de valores futuros. En consecuencia, se reducen los horizontes para decidir contrataciones, negocios. Peor, la confusión de precios dificulta controles, alimenta la corrupción.

Los funcionarios agregan incertidumbre modificando tarifas, impuestos, decidiendo controles de cambios, favoreciendo a partidarios. La corrupción se aviva. La inflación contrae las capacidades de contratar, empobreciendo a los contratantes en pesos. Cuando el peso era codiciado, la Argentina prosperaba.

Es imposible hacer planes y controlar administraciones con inflación elevada. El mercado de capitales y la escasez de financiaciones en pesos lo confirman. Con la tasa de inflación actual, 50% anual, una de las más altas del planeta, los precios se multiplican cinco veces al cabo de 4 años.

Pasado un tiempo, se hace muy complejo evaluar la calidad de decisiones, avivando la corrupción y desconfianza. Los inversores y emprendedores huyen. Los funcionarios encubren la maniobra, afirmando “la inflación es multicausal”.

Se trata de un impuesto silencioso, subvierta las funciones del Congreso. Infobae informó el noveno aumento del Presupuesto de 2021, cuando aún no completaron 8 meses del ejercicio. Clara usurpación, cancelando la contribución de los acuerdos y controles del Poder Legislativo. En respuesta, las fortunas emigran del país, acumulando el equivalente a un PBI anual, más de USD 400.000 millones, que prosperan en otras tierras. Los funcionarios se quejan de la “falta de dólares”. El violador protesta porque las víctimas se “fugan”, no aceptando malos tratos. La inflación del peso acorta horizontes y decisiones.

Las fortunas emigran del país, acumulando el equivalente a un PBI anual, más de USD 400.000 millones, que prosperan en otras tierras. Los funcionarios se quejan de la “falta de dólares”

Emitir dinero para financiar gastos estatales constituye una auténtica expropiación, prohibida por la Constitución, que reduce los patrimonios. Un daño catastrófico a los ingresos y la Riqueza de los argentinos. Por eso, todas las Constituciones prohiben expropiar, porque afectan la estabilidad, seguridad y valoración de los derechos de propiedad. La paz social y disfrute pacífico de los bienes se enerva, empobreciendo a todos los afectados.

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